"No parece Navidad"... "¡Qué fiestas más... extrañas!" Estos días suenan estas frases. Más, mucho más que los villancicos.
¿No parece Navidad o es que en años anteriores todo se "parecía" demasiado a una celebración centrada en lo que luce, sabe, huele...? Pensaba que lo que hace que "parezca" Navidad tal vez solo se asocia al trasiego desenfrenado, a la posibilidad de adquirir sin mesura, incluso al corre que nos pilla el toro y aún falta mucho por rematar hasta el mínimo detalle.
No... quizá no parece Navidad. Las riadas de compradores han disminuido; probablemente el menú de Nochebuena o del día 25 sea más austero; es posible que la carta a Los Reyes Magos no pase de unas líneas o ni siquiera eso... Hay más silencio. El tiempo transcurre lento. Hay más oportunidades de no tener que pasar frente al Belén casi de espaldas, con estrés, con prisas. Y uno dice... ¡va...! me siento un poco. Contemplo el "Misterio". En el Pesebre solo hay una mula, un buey y mucha paja... y polvo. Y a uno le sabe mal que a la Virgen y a San José no se les haya ahorrado nada. Ella ya sale de cuentas... el Niño pesa y el cansancio del viaje pasa factura. En esta posada ... a ver si en la del final del callejón... No hay ni un rincón resguardado para que María dé a luz. Y José sufre; seguro que está pasando uno de los tragos más duros de su vida. En la oscuridad de la noche hay pastores alrededor de una hoguera. Calientan pucheros mientras se turnan para no perder al rebaño... No es una noche cualquiera aunque ellos todavía no lo saben. Nosotros les llevamos ventaja; conocemos cómo empezó la Historia del Amor más grande... en la pobreza más absoluta, deliberadamente despojados de todo.
23 de diciembre. Ha oscurecido. Ya podemos colocar en esa cueva de corcho o de madera a la Virgen y a San José. Es un lugar destinado a mulas y bueyes y hay que adecentarlo. Así pasan los Esposos las horas previas al Nacimiento del Niño Dios. Y el que lleva sentado un buen rato recuerda el anuncio del Ángel: "Paz en la Tierra y a los hombres de buena voluntad". Claro que es Navidad. Igual no lo parece... porque lo que parece Navidad estaba en la antípodas de su sentido real. Con menos muchas veces entendemos más. Y suena más fuerte que nunca el verdadero mensaje: "Os ha nacido un Salvador; el Mesías, el Señor".
Y al que sigue sentado frente al Belén le gustaría ser el Tamborilero.
Os deseo una Feliz y Santa Navidad a todos los que entráis en este blog, a menudo o esporádicamente... y a toda la humanidad. Falta nos hace este regalo de Esperanza.