viernes, 31 de octubre de 2008

"El gorrión del Café de Oriente"

Dedicado a los pajareros que llegan a este blog y alguna vez han sido pájaros y han contado su historia. .. Driver, Mariana... Dedicado a Antonieta , que se fue y nos dejó una historia: "Alas de gorrión". Gracias , Pili.

El "cuarto de hora"

Hoy, fiesta en el cole. También para los profes. Una mañana con el regalo de la visita de mi hermano Artur. Mi hermano es un regalo. Gran conversador, con una chispa de sarcasmo. Café caliente, recién hecho y-a falta de chimenea- el humo de los cigarrillos. Hoy hemos hablado de sencillez. De sencillez intelectual, humana, espiritual. Últimamente es uno de sus temas preferidos. Hemos recordado a Aute. "Que no, que no, que el pensamiento no puede tomar asiento, que el pensamiento está siempre de paso, de paso, de paso...". Se ha ido y ha dejado una nueva simiente, distinta. Me gusta lo que está sembrando ahora. Me gusta, fundamentalmente, porque es feliz.
Mi hermano me cuenta que los profesores de Teresianas de Cataluña se han reunido durante dos días para profundizar en el "cuarto de hora". Es una expresión tipificada. Es su escuela dedican todos los días a reflexionar con los alumnos durante un cuarto de hora. Menos da una piedra. Todo sirve. Un texto del evangelio, una anécdota, una cuestión lanzada al vuelo, unas imágenes, una canción.
Pero el "cuarto de hora" podría acabar en una mera rutina o en un tiempo perdido. Por eso hay que encontrar momentos de descanso, un parón, para que los profesores se nutran y puedan ser testimonios válidos para los chicos y chicas. Nadie da lo que no tiene.
Hay que reconocer que han tenido el don de la oportunidad, por los tiempos que corren y por el lugar que han elegido, el Santuario de Nuestra Señora del Loreto , en Tarragona.
Me dice que escuche "Bendita tu luz", de Juan Luis Guerra. Lo cuelgo:



jueves, 30 de octubre de 2008

Una información de interés.


Me la manda Conchita. Tal vez ya lo sepáis. Pero no viene mal recordarlo.


Halloween: ¿Fiesta infantil o rito satánico?


[1] ¿Sabes tu los verdaderos orígenes y razones de esta fiesta?, mucha personas celebran Halloween sin saber realmente de donde viene. ¿Debo yo como cristiano celebrar esta fiesta o dejar que mis hijos la celebren? estas y otras preguntas te las respondemos.


¿Es Halloween una fiesta inofensiva para niños o un rito satánico disfrazado con dulces?


Los estadounidenses han hecho parte de su cultura muchos elementos y tradiciones que pertenecen a otras culturas, entre ellos encontramos el “queso suizo”, las “french-fries”, y el día de San Patricio. Halloween no es la excepción a la regla, pero quizás esta celebración sea mucho más peligrosa que saborear unas papas fritas.


‘El saber es poder’, dice el dicho popular. Millones de personas participan cada año de esta fiesta popular sin saber cuales son sus verdaderos orígenes y motivaciones. Pero más alarmante aún es ver a personas que, luego de saber sus orígenes, deciden seguir participando como si nada hubiese pasado.


Son muchos los cristianos que arreglan sus hogares y disfrazan a sus hijos para celebrar el día de Halloween, sin tener en cuenta los orígenes de esta oscura conmemoración. Doreen Irving, quien fue la bruja más grande de Europa Occidental y concubina de un alto servidor de Satán, declaró luego de convertirse al cristianismo: «si los padres tuvieran alguna idea de lo que realmente es Halloween, ni siquiera mencionarían esa palabra frente a sus hijos».


Así que este año, antes de salir a las tiendas a buscar el disfraz de moda para usted o su hijo, lo invito a conocer el origen de la fiesta más importante de los satánicos: Halloween.


Todo comenzó trescientos años antes de Cristo en las islas británicas, donde habitaban los celtas. Esta comunidad estaba controlada por una sociedad de sacerdotes paganos llamada los druidas, quienes a su vez servían e idolatraban a Samahin, dios de la muerte.


El 31 de octubre los druidas celebraban el inicio del nuevo año celta con “el festival de la muerte”. Ellos creían que en esa noche la puerta que separa el mundo de los vivos y de los muertos desaparecía, por tal motivo invocaban e invitaban a los malos espíritus a reunirse, para predecir el futuro y lo más importante, visitar sus antiguos hogares en la tierra.


Los sacerdotes druidas iban de casa en casa exigiendo comida, hombres, vírgenes y hasta niños, para ofrendar sacrifico a su dios Samahin. Si el dueño de la casa accedía a sus peticiones ellos se iban tranquilos, pero si se negaban, ellos arrojaban una maldición sobre esa casa y algún miembro de la familia moriría en ese año. De aquí proviene el famoso corito “trick-or-treat”, nos das algo o te hacemos un daño, hoy en día disfrazado como dulce o travesura.


Para ejecutar su maldición y alumbrar su camino, los druidas llevaban con ellos un nabo grande con una antorcha encendida adentro, en el también grababan una cara para representar el espíritu diabólico por medio del cual recibían su poder. Pero cuando esta tradición llego a los Estados Unidos los nabos no eran tan abundantes y fueron remplazados por las calabazas, que ahora los niños usan para guardar sus dulces y para adornar sus casas con luces dispuestas en su interior.


De fiesta pagana a tradición cristiana


El festival de los celtas tomo aun más auge cuando el Papa Gregorio IV estableció el 1 de noviembre como el “Día de todos los santos”. Estas dos fiestas se fundieron rápidamente en una, comenzando la noche del 31 y continuando el día primero. Los ingleses llamaron a esta vigilia “All Hallow\even” y con el paso del tiempo se convirtió en Halloween. De este modo, un turbio ritual se convirtió en una tradición cristiana.


Estas prácticas llegaron a Norteamérica en 1980, debido a una terrible escasez de papa que obligo a miles de irlandeses a emigrar a este país, y alrededor del 1900 ya el Halloween se celebraba pomposamente en los Estados Unidos. Actualmente se considera un día sumamente importante para el comercio, aproximándose en ventas a los productos que se comercializan en Navidad, Día de la Madres o Día del Padre.



¿Quien celebra detrás del disfraz?


Más allá de los comerciantes, quienes realmente se benefician en esta fiesta son los brujos, espiritistas y adoradores del diablo, pues como afirma Antón Lavey, autor de la “Biblia Satánica”, Halloween es el día más importante de los satánicos.


En los Estados Unidos y otros países del mundo es el día en que más niños desaparecen, y aunque no se puede probar su relación directa en una corte, es un dato que debe alertar a cualquier padre.


Cristina Kneer de Vidal, practicante del satanismo y el esoterismo por muchos años, confesó luego de convertirse al cristianismo que la fiesta de Halloween es la más importante para los cultos demoníacos, pues además de iniciarse el nuevo año satánico, «es como si se celebrara el cumpleaños del diablo».


Al Dr. James Dobson, presidente y predicador del programa radial Enfoque a la Familia le preguntaron si era incorrecto que las familias cristianas celebraran Halloween, a lo cual el consejero familiar y autor de varios libros, respondió: «Mientras que puede ser discutido que la Navidad sea una celebración cristiana con orígenes cristianos que ha sufrido los efectos de crecer en el medio secular; los orígenes del Halloween se remontan a fuentes indiscutiblemente paganas. Es razonable, entonces, que muchos creyentes encuentren algunos aspectos que los disturban de esta celebración. Yo estoy de acuerdo con ellos en ese respeto. Esta tradición se enfoca en el ocultismo, las brujas, el diablo, la muerte y el mal; enviando un mensaje a nuestros niños que alarman a los buenos padres. Y evidentemente no hay lugar en la comunidad cristiana para este “lado más oscuro” de Halloween. »


Déjeme agregar, otra vez, que le he dado mi opinión personal. Comprendo que el asunto es polémico entre creyentes cristianos, y yo entiendo las razones de sus dudas. Mi consejo final a los padres en el tema sería: “Permanezcan fieles a sus convicciones cristianas».


Fuente: Cristianos.com

martes, 28 de octubre de 2008

Llegar a viejo.


Mientras leía pedazos de la Ley de Autonomía personal y Dependencia, que garantiza y regula los derechos básicos, las necesidades y la atención a las personas en situación de dependencia, imaginaba a mi abuela paterna interrogando a los señores que han escrito esos párrafos bienintencionados y bastante complicados.


Mi abuela María, una mujer de rompe y rasga que falleció a los 98 años, seguramente hubiera puesto una condición: “Que no me lleven y me traigan como si fuera un fardo” . “Los viejos, ¡ay los viejos!. ¡Cómo estorbamos!”. Con una mente clarísima, una vida muy vivida... pero prácticamente ciega. Murió en su casa, un 25 de Febrero, hace casi cinco años. Jamás aceptó que la despegaran de su entorno ni consintió otros cuidados que no fueran los que ella eligió.

Mi abuela María me ha devuelto el recuerdo de esta breve historia. Un conferenciante muestra al auditorio un billete “potente”. “¿Quién lo quiere?”, pregunta. Todos levantan la mano. El conferenciante arruga el billete y vuelve a preguntar: “¿y ahora?, ¿quién lo quiere?”. Las mismas manos se vuelven a levantar. Esta vez tira el billete al suelo y lo pisotea. Así, sucio y hecho un guiñapo lo muestra a la concurrencia. “¿Quién quiere todavía el billete?”. Las manos siguen levantadas.


Magnífica demostración la del conferenciante. Todos quieren el billete; da igual que esté manoseado, arrugado. El billete sigue conservando intacto su valor. Lo mismo sucede con nuestras vidas. Jamás perdemos nuestro valor. Ajados, enfermos, sin apenas movilidad porque la artrosis y la artritis nos ha dejado molidos, un poco –o un mucho- sordos, con dificultad para caminar. El conferenciante concluye: “Nada de eso altera la importancia que tenemos. El precio de la vida no radica en lo que aparentamos ser, sino en lo que hacemos y sabemos.”

Pero las cosas como son; la vejez nunca ha sido plato de gusto. Ya en el siglo II, Cicerón desarrolló en su tratado De Senectute cada una de las causas que hacen aborrecer la vejez
. No obstante, encontró todo aquello que compensa lo que se ha perdido. Aunque la vejez nos vuelve inactivos y el cuerpo se debilita, la actividad intelectual no decrece. El viejo -¡qué mal suena esta palabra!- puede poner al servicio de la sociedad toda su experiencia, el cultivo del espíritu. Si los placeres propios de la juventud disminuyen para el anciano, existen otros, como la amistad y la buena conversación. “Debéis retener que yo alabo aquella vejez que descansa en los fundamentos que se han puesto en la juventud (…). Ni el cabello blanco, ni las arrugas pueden, de repente, destruir el prestigio, sino que, si se ha vivido honradamente en la etapa anterior, la última etapa recoge los frutos”.

Si esto es cierto, ¿por qué, como dijo con fina ironía el autor de Los viajes de Gulliver, Johnatan Swift, “todo el mundo quiere vivir muchos años, pero nadie quiere llegar a viejo”?. ¿Hay motivos? . Hay motivos. La catedrática de Ética de la Universidad Pompeu Fabra, Victoria Camps, cita dos: el abandono y la hiperprotección. El abandono del cuidado de los seres más cercanos, “substituido por otro excesivamente profesional y distante” y el temor a “ser tratado más como un objeto de la técnica que como una persona”. “Los mayores no sólo necesitan justicia, sino también solidaridad y afecto. Si queremos evitar que se sientan excluidos porque se les expulsa del mundo activo y queremos superar el paradigma de una medicina estrictamente curativa propiciando el cuidado, habrá que apelar a las actitudes de las personas y no sólo a una gestión de las administraciones públicas” .

Ojo con de la Ley de Dependencia. Contiene párrafos inquietantes. No sé qué les parecerá a algunos dependientes que la ayuda económica a su familia, si su familia tiene a bien cuidarlo, reciba el calificativo de “excepcional”. “El beneficiario podrá, excepcionalmente, recibir una prestación económica para ser atendido por cuidadores familiares, siempre que se den las condiciones adecuadas de convivencia y de habitabilidad de la vivienda y así lo establezca su Programa Individual de Atención” (Artículo 12.3). En el artículo 17.1 queda más que claro: “Excepcionalmente, cuando el beneficiario pueda ser atendido en su domicilio por su entorno familiar y se reúnan las condiciones establecidas en el artículo 12.3, se establecerá una prestación económica para cuidados familiares”.

Poderes públicos y persona podrían entrar en un peligroso conflicto. Porque se contempla como primera opción la inversión en centros, públicos o privados, para mejorar la calidad de vida de los seres dependientes, relegando el refuerzo de “las condiciones” y “la habitabilidad” de su entorno natural- su casa y su familia- a la cola de las prioridades. Los “dependientes” necesitan, además de salud y dinero, una tercera “prestación”: el amor. ¿También de eso se encargará el Estado?.


Tranquilos... el Estado ya no se encargará de nada porque mucho bombo y platillo , pero para esta Ley no hay dinero.

lunes, 27 de octubre de 2008

Eufemismos




Ahora nos ha dado por emplear eufemismos que esconden las ignominias más brutales. Malos tratos, violencia doméstica, violencia de género.


Ninguno de los tres envoltorios me parecen adecuados. Los medios de comunicación se encargan puntualmente de informarnos hasta el mínimo detalle, incidiendo en los aspectos más escabrosos. Que sea ético o no es otro asunto.


El maltrato tiene un significado demasiado amplio y su intensidad abarca muchos grados. No es lo mismo una actitud despectiva que una paliza y mucho menos el odio y el ensañamiento que termina en un asesinato.


Cuando se habla de violencia doméstica...se cita el continente, el ámbito familiar, para evitar el contenido, el miedo sordo de quien nunca sabe qué sucederá cuando el violento introduzca la llave en la cerradura y cierre la puerta de casa.


El colmo del cinismo es mezclar la gramática con la barbarie. Violencia de género, se supone que femenino. Si lo que se pretende es que quede claro que nos referimos a ELLAS, ¿por qué damos tantos rodeos?.


El dolor de estas mujeres está haciendo historia con nosotros. Me recordaba Ernest Vallhonrat, colombista riguroso y honesto, cómo definía la Historia Cicerón: “...testamento de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria...”. Cuando con la palabra mutilamos la realidad, traicionamos la propia historia, oscurecemos “la verdad”. Y ésta, la de la mujer agredida por “su” macho, que la considera como un juguete de su propiedad y si se cansa o no le ríe las gracias la arroja a la basura, está reclamando soluciones urgentes.


La violencia de género, para la gente que pisa la calle, significa que existen mujeres permanentemente aterrorizadas y amenazadas por...como se llamen esos individuos, que no se atreven a denunciarlos porque temen las represalias, que duermen camufladas entre almohadones para que el cuchillo del que persigue acabar con su vida no roce su cuerpo malherido. Y todos los días piensan que puede ser el último. Si se puede hacer algo, es imperdonable esperar un minuto más.


(...)


¿Por qué hoy? Porque he recibido un comentario duro, doloroso, que me ha recordado que hoy es un buen día para recordarlo. Todavía no es la hora del noticioso. Pero no hace falta ser adivino para saber de antemano que,¡otra vez!, hablarán de ELLAS. Miedo me da que nos hayamos acostumbrado.

domingo, 26 de octubre de 2008

¿Un domingo más?


Me he pasado el fin de semana diciendo: ¡el domingo dormimos una hora más! , ¡el domingo dormimos una hora más! Bueno, lo he repetido más veces pero no es cuestión de llenar el post con la misma frase.


Mejor me hubiera ido si me hubiese callado. Porque esta noche he dormido menos. A las 5´30 con los ojos como platos. El clásico cigarrillo, a ver si me meto en la cama y consigo descansar. Pero si uno es de rituales, no hay cigarrillo sin café cargadito. Pues nada. Yo he dormido una hora o dos menos. Y estoy enfadada porque la resaca del insomnio me dura un par de días mínimo. Y me arrastro como una serpiente.


A pesar del preámbulo, es Domingo. Y leo el evangelio del día. Me sitúa mucho porque hoy el tema es el amor.


Texto del Evangelio (Mt 22,34-40): "En aquel tiempo, cuando oyeron los fariseos que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?». Él le dijo: ‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente’. Éste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas».


Hoy el P. Mario o el P. Matteo -no sé quién celebrará la Misa- se pondrán las botas. Amar a Dios y amar al prójimo va en un pack. No se entiende una Amor sin el otro amor. Y la coletilla "como a ti mismo" da para mucho.


De entrada, a veces no sé hasta qué punto nos amamos, nos aceptamos, nos perdonamos a nosotros mismos nuestras limitaciones. Dios nos perdona, pero ¿y nosotros?. Tantas veces le damos vueltas a nuestros defectos que acabamos mareados.


Y si los aceptamos, nos queremos como somos, como -de hecho- Dios nos ha creado, ¿a qué viene fustigar al prójimo? Sucede que tenemos dos medidas. Una para nosotros mismos y otra para los demás. Sucede que yo me puedo equivocar, puedo faltar a la caridad, puedo ser injusto en mis juicios, puedo... Pero los demás no. Ellos no. Un buen tema de reflexión. Así, escrito, se ve claro. El problema es ponerlo en práctica.


Creo que hoy voy a repasar mi "lista de agravios" y la blanquearé con típex. Al menos esa es la intención. Y repasaré mentalmente llamadas pendientes, agradecimientos que no han llegado a su destinatario, enfermos que no sé si se han recuperado... Porque es Domingo, el día del Señor, y a veces los cristianos nos lo pasamos por el forro (me incluyo, por supuesto).


¿Me ha salido una homilía? No era mi intención. Sólo hablaba conmigo misma mientras tecleo, que me va muy bien para ordenar mis ideas.


Feliz domingo a tod@s
PDTA. Corro el riesgo de que mi amiga Pepa me llame cursi, por la ilustración que encabeza el post. La he sacado de una colección de imágenes de mi hija pequeña. Ellas, a esta edad, están el la fase "dulzona" y "acaramelada".


sábado, 25 de octubre de 2008

Vivir o sobrevolar la vida: ésta es la cuestión.

Conchita me envía este Power Point. Casi nunca cuelgo pps porque son demasiado acaramelados, abstractos, llenos de típicos tópicos. Y al final piensas, pues vale... y te olvidas. Éste no. Éste me ha hecho pensar que realmente la vida no está para que la vayamos tirando ¿o ahorrando?. Que os guste.

Abre los ojos


Cuando escribí este artículo, el Tsunami acaparaba todos los medios de información. Sigue habiendo tsunamis, rincones del planeta que se enfurecen y se cobran muchas vidas. La televisión se encarga de plantarlo tal cual, con toda su crudeza. En casa , aquellos días, hubo varias reacciones . Aún hoy sirven. Incluso para los tsunamis personales... para los terremotos interiores que tantas veces nos desconciertan.



A veces cuesta dormir.


El insomnio de estos días es la sensación de impotencia a pesar de tanto esfuerzo solidario; es la inequívoca certeza de estar pegado por la ley de la gravedad al mundo en el que han quedado aprisionados los que agonizan en las costas del sudeste asiático. Sin casa, sin alimentos, sin agua potable.


Después de tantos muertos, acecha la enfermedad que abonan los cadáveres sin una sepultura digna. Y por la mañana uno no puede poner el pie en el suelo como si el mundo siguiera girando armónicamente.


Es la punzante realidad de saber que compartimos la misma redondez de todos aquellos que el mar ha engullido.


En los rostros de los no tan niños se adivina el desconcierto. Toca explicar que esas terribles imágenes no anuncian un video-juego de los catalogados como violentos. La realidad, de nuevo, ha superado la ficción.


«Apaga, por favor», sugiere Carlos, oprimiendo los párpados para no llorar por lo que ve.

«No, hijo. Abre los ojos. Ábrelos más».


Abrir los ojos. Lo necesitan, aunque les cueste.


A los que no pueden enviar dinero o alimentos, a los que no se pueden desplazar al lugar de la tragedia porque son menores, a los que no pueden prestar sus conocimientos porque aún no los han adquirido... precisamente a ellos les conviene abrir los ojos.


«!Abre los ojos! Esto que ves no es un dolor inventado. !Ábrelos más! Grábalo a fuego en la memoria y acuérdate

cuando las contrariedades te parecen inasequibles,

cuando un error de los adultos lo elevas a la categoría de injusticia,

cuando conviertes en un drama terminar una tarea,

cuando te cuesta esperar a la cena y crees que eso es pasar hambre...


Abre los ojos y aprende.

Que la soledad no son los momentos en los que tú crees estar solo, sino cuando dejas solo al que tienes a tu lado;

que la miseria no es el capricho que no te han dado, sino las consecuencias de lo que dejas de hacer para que en el futuro a nadie le falte lo necesario;

que la enfermedad no es la gripe que te postró en la cama, sino la antesala de las muertes que se podrán evitar si tú estudias a fondo para saber cómo combatirlas».


La solidaridad y el compromiso reclaman hoy que los hombres y mujeres de mañana sean hombres y mujeres de una pieza.


Y a nosotros, los padres, nos exige que acompañemos a nuestros hijos en esta carrera de obstáculos, sin adelantarnos para retirar los escollos antes de que intenten superarlos.


Basta con correr a su lado, ayudarles a levantarse cuando caigan, aplicar mercromina en aquel rasguño y soplarles al oído, siempre que sea preciso: «!Abre los ojos!».

viernes, 24 de octubre de 2008

Más de madres




Fue una temporada que corrían pps de madres "al borde de un ataque de nervios". Pensé que podía aglutinarlos y añadir algo de mi propia cosecha. Posiblemente a algunas os quede lejos porque los hijos ya son mayores. Pero lo cuelgo para que lo recordéis con un punto de humor.






SER MADRE UN DÍA CUALQUIERA

Tomo nota de las incidencias cotidianas de una madre de a pie. La mayoría trabajan fuera de casa y en casa; otras –cada vez más- desde casa y en casa; y algunas en la casa ... en casa. Vuelco en una coctelera algunas situaciones corrientes y otras que corren por la red. La agito y sale el siguiente relato de un día más o menos normal.

Hoy el pequeño se ha despertado con fiebre. Llamas a tu madre... o a tu suegra... para que se quede con el niño hasta que llegue la canguro y a la canguro para que llegue un poco antes y se pueda ir tu madre o tu suegra – que son un encanto y acuden siempre-. Y , desde el trabajo, cruzas los dedos para que en la consulta dejen de comunicar y la enfermera te haga un hueco para no tener que decirle al jefe/jefa que el niño está malo y que por favor te dé permiso para salir antes. Cuando por fin consigues hablar con la enfermera, te contesta que no, que la agenda está llena y tú suplicando y ni por ésas. Almuerzas de bocata y sigues trabajando haciéndote la relajada, pero la canguro te llama y te explica que no queda Dalsi. Y llamas otra vez a tu madre o a tu suegra–que son un encanto- para que le acerque el Dalsi a la canguro. Suena el teléfono . No es la enfermera que se ha compadecido de tu situación y te ha cambiado la hora. Es tu marido que te pregunta: “¿qué tal el día , cielo?” . Ni acordarse de que el niño está enfermo. No obstante, no deja de ser un detalle. Cuelgas enseguida –hay confianza- y sales chutando a casa, recoges al niño y chutando al colegio para recoger al mayor . Cuando llegas al pediatra descubres que han colado a la siguiente visita porque has llegado ¡dos minutos tarde!. Y también cuelan a una señora que sólo viene a hacer una consulta “breve” y a saber qué entenderá la señora por “breve”. El diagnóstico del niño es, como siempre, un virus. Total, un virus, que cuando no se sabe qué tiene un crío siempre es un virus. Y corriendo a la farmacia, que la acaban de cerrar en tus narices y hay que ir a la de guardia que cae en donde alguien perdió la alpargata. Llamas a tu marido por “ si puedes acercarte tú” y tu marido no puede acercarse porque lo pillas en una reunión; y piensas que tu marido no vive... se reúne. Llegas a la farmacia con todo colgando. Los mocos colgando del peque; el mayor colgado de tu manga; la mochila, la bolsa del peque y la cesta de la compra colgando del cochecito. Sudada como un pollo plantas la receta en el mostrador y en la cola descubres que ahí está ELLA. Es esa mamá del colegio de tus hijos que nunca se despeina ni suda. Lleva a sus niños a alemán, a tenis, a pintura, a fútbol y a natación. Y es de las que comen y no engordan. Te repasa con la mirada, de arriba abajo, y te suelta: “Chica, es que no te sabes organizar. ¿Por qué no pides reducción de jornada?.” Aquí es donde le dirías “algo” por cada euro reducido por reducir tu jornada. Pero te callas y haces como que no te afecta. Dejas tu autoestima en la farmacia y vuelves a casa. Deberes-baños-cenas. Y hasta que no has gritado diez veces “¡niños, a dormir!”, no se han dormido. Con la casa en silencio, engulles una ensalada y un pedazo de tortilla de patata, te sientas en el sofá y asoma la cabeza tu marido, que acaba de llegar, y te cuenta que se ha reunido tres veces y encima ha tenido una cena de trabajo. “Estoy reventado”, dice.

Se han hecho las tantas. La cabeza se te escurre por el respaldo del sofá . Después de la batalla, éste es el momento más dulce del día. La tele está enchufada, no por nada, porque para lo que echan... pero mira, ayuda a conciliar el sueño. Y sale una señora estupenda, con una silueta de pasarela, con el pelo impecable y una sonrisa que descubre unos dientes perfectos, blanquísimos y dice: “Ausonia; me gusta ser mujer”. Y no se te ocurre otra cosa que repasar tu ajetreada jornada que, está claro, no tiene nada que ver con la de la señora de la tele. No es que no te guste ser mujer, es que ella tal vez sufre una metamorfosis que la deja así de intacta y a ti con unas ojeras que te llegan a los pómulos.

Mañana, más de lo mismo. Hay que cargar pilas. Y le dices a tu marido: “Cariño, es tarde; me voy a dormir” . Preparas los bocadillos para el día siguiente, los cuencos y las cucharillas en la mesa de la cocina “para adelantar”; sacas la carne del congelador, abres un armario para controlar si quedan suficientes cereales, llenas el azucarero y dejas la cafetera lista. Metes la ropa húmeda en la secadora y la sucia en la lavadora. Planchas una camisa y resulta que le falta un botón. Y lo coses a toda castaña, sin dedal, y te pinchas. Y manchas la camisa por donde más se ve. Lo del frotar se va a acabar no cuela. Frotas y la dejas otra vez para lavar. Caes en la cuenta de que hace días que no riegas las plantas... y las riegas. Cuando te diriges al dormitorio, pasas por la habitación del mayor, escribes una nota en la agenda, cuentas el dinero de la excursión y colocas en la estantería un libro que se ha quedado debajo de la cama... Luego entras en la habitación del pequeño, le pones el termómetro y le haces tragar como puedes una medicina que sabe a demonios.

“Pensaba que te habías ido a dormir”, comenta tu marido , que te encuentra todavía lavándote los dientes. “Estoy yendo”, respondes tú. Apagas las luces del pasillo, cierras la puerta con llave y programas la alarma de la radio-despertador. Abres el armario y en lugar de sacar la ropa del día siguiente lo ordenas mínimamente porque está hecho un desastre. Te sientas en la cama y haces la lista de las cosas urgentes que no pueden pasar de mañana. Vuelves a la cocina y pegas la lista en la puerta de la nevera con las frutitas imantadas. Ahora sí. Ya está. Y te quedas frita sólo con rozar la almohada.

Dicen que las mujeres viven más tiempo. Posiblemente porque están hechas para los largos recorridos. No se pueden morir antes. Tienen demasiado que hacer. Y lo hacen.

Hoy es el día de la madre. Felicidades a todas las madres trabajadoras, que son todas. Trabajen donde trabajen , jóvenes y no tan jóvenes. A todas en general y a la mía en particular: ¡CHAPÓ!

jueves, 23 de octubre de 2008

Claves de una madre y 2.


Pepa, la autora del post "Claves de una madre", ha ampliado el contenido y lo comparte en un segundo post.


Lo que más me gusta de este blog es que es el blog de varios, en el sentido literal de la palabra.


No participo de la filosofía comunista, la cuestión es que me gusta que en esta República Independiente sea como una comunidad de vecinos bien avenida. Por eso estoy tramitando, a pesar de la crisis, el alquiler de unas cuantas estancias más.
La campesina de la foto tiene que ver con la autora. Un recuerdo de su patria chica. No he encontrado la música de "Asturias, Patria querida...". Lo siento, Pepa.


Ampliación:


"Llega un momento en esta historia, en la que hemos de alistarnos y luchar en la guerra.


En esta historia no hay "mamá" ni "papá", hay PADRES.


En esta historia no hay "rey" ni "reina", hay PADRES.


En esta historia, los padres son SOLDADOS DE INFANTERIA la mayor parte del tiempo: hacen el trabajo duro, inasequibles al desaliento.


Otras, son EL GENERAL: organizan, reordenan filas, marcan las reglas y establecen los límites.


Otras, LOS ZAPADORES: tienden puentes, abren túneles, derriban murallas. No compadrean con la tropa. Resisten la tentación de ser (y parecer) iguales en la batalla, porque si caen en la tentación, no podrán ser capaces de llevar a sus huestes a la victoria.


En esta historia los PADRES se reparten el papel que más se acomoda a su naturaleza.


En esta historia, los PADRES son personas educando personas.


Naturalmente, es más fácil (mucho más)cuando los PADRES son dos, a veces, los PADRES son uno.


Así, cuando escribo sobre mi experiencia no lo es tanto como mamá cuanto PADRES.


En nuestro caso (en mi historia) la parte tierna, desde luego, no soy yo. Ni soy la reina de nada, me hubiera encantado ser una reinona de la canción, pero, a diferencia de mis creativos hijos, sólo me llega, justito, para escribir demandas.


Un saludo a todos los PADRES."

"Del resentimiento al Perdón" y 2

Me ha gustado mucho cómo Driver ilustra con una metáfora el anterior post. Driver, esta vez ni siquiera te he pedido permiso. La confianza da asco:

"Siempre hay alguien que te engaña, alguien que intenta conseguir algo de ti, alguien que te utiliza.Alguien que te hace daño.
...
Siempre hay alguien que te da su verdad, alguien que te da algo sin esperar nada a cambio, que te regala un trozo de vida.Que te ama.
...
Y ahí estás tú, jugando con cartas sobre el tapete verde, apoyado en la mesa del día a día, en la habitación de la edad, la tercera planta del edificio de tu vida.Y unas veces vienen buenas cartas, y otras no.
Así que un día, logras coger fuerzas, subes por las escaleras a la cubierta del edificio, te asomas por la barandilla y ves el vacío.
Tienes que decidir.
O te tiras tú o tiras los resentimientos.
Así que coges una bolsa de basura, la llenas con los abandonos, las traiciones, las estafas, los engaños.
Como la bolsa pesa, hay que cogerla con mucha fuerza, voltearla alrededor de tu cuerpo, y con cuidado para que no te arrastre con su peso, tirarla por encima de las protecciones.
Y entonces te quedas apoyado en el pretil, viendo como la enorme bolsa cae al vacío, acabando en el contenedor de los escombros.
Te esperas.
No hay prisa.
Es tu momento de gloria.
Al rato viene el camión de la basura.
Pasa cada día.
Se lleva el contenedor con la enorme bolsa.Y tú te quedas ahí, viendo alejarse el camión, pensando que pasa todos los días.
Miras al horizonte.
Amanece.
Ya no tienes resentimiento.
Ya no tienes dolor.
Sólo un hermoso y a la vez complicado día por delante.
...
Afortunadamente, los camiones de la basura, pasan todos los días.
Los azules y los grises.
Todos los días."

miércoles, 22 de octubre de 2008

"Del resentimiento al Perdón"




Es el título de un libro que estoy leyendo a ratos. Poco a poco, para poder asimilar despacio cómo va desgranando el autor ese proceso. Se me olvidaba. El autor es Francisco Ugarte Corcuera.

Quisiera compartir un interrogante para que quien lea este post pueda reflexionar sobre este tema.


"El resentimiento es un efecto reactivo ante la agresión, que en cuanto a tal tiene carácter negativo. Consiste en la respuesta ante la ofensa que se experimenta íntimamente. Por eso, lo determinante en el resentimiento no radica en la ofensa en cuanto tal sino en la respuesta personal.


Y esta respuesta depende de cada uno, porque nuestra libertad nos confiere el poder de orientar de un modo u otro nuestras reacciones. Covey advierte que "no es lo que los otros hacen ni nuestros propios errores lo que más nos daña; es nuestra respuesta. Si perseguimos a la víbora venenosa que nos ha mordido, lo único que conseguiremos será provocar que el veneno se extienda por todo nuestro cuerpo. Es mucho mejor tomar medidas inmediatas para extraer el veneno".


Esta alternativa se presenta ante cada agresión:o nos concentramos en quien nos ofendió con su agravio y entonces surgirá el veneno del resentimiento, o lo eliminamos mediante una respuesta adecuada, no permitiendo que permanezca dentro de nosotros.


Esto explica que el mismo fracaso de una empresa, idéntico desaire provocado por un poderoso, pueden sufrir varias personas a la vez y con la misma intensidad, pero que en unos cause sólo un sentimiento fugaz de dolor, mientras que otros queden resentidos para toda la vida.


¿Es posible realmente orientar nuestras reacciones ante las ofensas para que no se conviertan en resentimientos?"...

Y es posible que alguno piense ¿a qué viene este post? . Como todo, de la vida misma.

Hace poco alguien decía: "No. No me quiero morir sin verla cara a cara. Me hizo mucho daño. Y tiene que saberlo".

Toda la vida esperando esa ocasión, toda la vida alimentando los efectos de la ofensa. Toda la vida. Pensé que sí se puede vivir así; de hecho hay mucha gente que vive con este lastre. Pero, ¿compensa? ¿Qué vida es este tipo de vida?


PDTA. El café que ilustra el post , tomado en un ambiente tranquilo, es una de las mejores formas que conozco para reconciliarme con algunos prójimos.























martes, 21 de octubre de 2008

Claves de una madre.


Pepa es una madre que comenta en esta República Independiente de la blogosfera. Cada madre tiene su pequeño decálogo o similar que le ha funcionado. Los mejores son los que se pueden escribir tecleando fuerte porque los ha redactado la experiencia.


Le he pedido si puedo subirlo y me dice que sí, "corazón" ( luego cuando salga la palabra "borde" ... podéis hacer como si no la vierais).



"Vaya por delante que soy una madre orgullosa de sus hijos.


Ahora bien, no confundir con que:


a) Hagan lo que esperaba de ellos.


b) NO los vea tal cual son.


Dicho esto, creo que se educa desde el momento en el que nacen, equilibrando amor, comprensión, con firmeza.


Es importante no confundir firmeza con antipatía.


Es importante no confudir hacer lo correcto con que hagan lo que yo quiero.


Es importante que tengan criterio y, después, no reprocharles constantemente que no coincida con el nuestro.


Es importante que sean independientes y seguros de sí mismos y después no acusarles de hacer su voluntad.


Y la regla de oro: tus hijos hacen lo mismo que el resto del mundo. Son adolescentes y, como tales, ADOLECEN* de casi todo.


Conste que lo digo por experiencia propia: si ha habido alguna madre borde y antipática, el primer premio es para mí. Aún así, son buena gente.


En resumen: para educar, desde el momento en el que nacen, después, en la adolescencia, paciencia (mucha) y firmeza (mucha más).


Así es posible que pasen de la náusea profunda al asco respetuoso**


Un saludo


* La frase no es mía, la he copiado de mi socia, que es la mejor.


** Tampoco es mío, pero me ha hecho gracia."


Gracias, Pepa.


lunes, 20 de octubre de 2008

Premios...



Gracias, Militos. Sí, es cierto que te acompaño en noches de insomnio. Seguramente cuando tú escribes y , de cuando en cuando, le echas un vistazo al firmamento... estrellado o no, con luna llena o luna nueva, yo hago lo mismo. El mismo firmamento, las mismas estrellas, la misma luna.
Y cuando tú preguntas y la bóveda celeste parece hueca y responde lo que no se atrevería a contestar con la luz del sol, tal vez yo también estoy preguntando. Tal vez pregunto cosas parecidas a las tuyas ... o no.
La noche y el silencio. Cuando todo está dormido, en calma. Tal vez yo también esté dándole a las mismas teclas que tú.
Me dices que puedo repartir el premio. Y , sin duda, va:
-Al pozo de sabiduría : Cajón de Sastre, el blog de Modestino.
-Al blog de Luisa, Mis ideas cotidianas, por muchos motivos... su autora es el primero.
-A cambiaelmundo porque es de visita obligada si quiero saber qué se cuece y quiénes son los que mejor lo cuentan.
-Y a Driver, el trovador que regala cuentos en diversos blogs y es una lástima que no tenga el suyo propio para poder colgar el premio.
Saludos desde Tarraco.

Espera...


Ya se conoce la raíz de la violencia en los adolescentes. Los estudios más recientes apuntan al diálogo y a la familia. Ahí se engendra y ahí se resuelve. Y me adhiero a la hipotética crítica de los padres que, posiblemente, están hartos de tópicos. Detectar la causa no significa haber dado con la solución. Ante los problemas reales no sirven las recetas abstractas. Necesitamos ayuda, orientaciones prácticas para poder marcarnos objetivos concretos.

Con este propósito, releía hace poco un artículo de J.A. Arregui. El autor advierte que se incide en el esfuerzo y la exigencia como un valor básico, pero se olvida que tan connatural al ser humano es la tendencia de no querer hacer y dilatar lo que hay que hacer porque no me apetece como querer en el momento algo y exigir obtenerlo ¡YA! porque me apetece. “Es una pedagogía falsa y peligrosa. (...). Es falsa porque espontáneamente la mayoría de los hijos ni estudian, ni se comportan en la mesa, ni se levantan por la mañana, ni dejan de insultarse ni pelear. Y es peligrosa porque los adolescentes que pegan palizas a los inmigrantes también son espontáneos; y, además, unos bestias”.

Enseñarles a esperar. Se puede empezar desde el momento en que el pequeño de un año monta un espectáculo en la calle porque quiere este muñeco ¡ahora! y la respuesta es NO. Después, será la bolsa de chucherías que ha visto en el estante del súper y si le decimos NO hay que arrastrarlo literalmente...y la gente nos mira- ¡pobre niño!- pero no dejamos que la cuele en el carro de la compra. Más adelante nos las tendremos, como relata Arregui, con nuestra hija de diez años que nos presiona para que salgamos a las diez de la noche de casa porque se le han gastado las pilas de los “discmans”... y decidimos que NO; escuchamos sus argumentos y le explicamos que mañana no es demasiado tarde. Y las botas de marca que nuestro adolescente de dieciséis necesita “urgentemente” cuando sólo queda un mes para las Navidades y NO; nosotros también estamos esperando la extra. Educarlos en la espera. Para que entre lo que desean y el momento en que lo obtienen exista un impás que les permita ponderar si esas necesidades son verdaderas o responden al instinto de saciar el primer impulso.

Una chica y un chico que se ha acostumbrado a esperar le será más fácil decir ¡NO! cuando le ofrezcan por primera vez un porro delante de sus amigos... porque sabrá calibrar las consecuencias; y podrá detenerse y pensar ¡NO! antes de agredir, física o verbalmente, a un compañero. La espera da frutos valiosísimos en el ser humano: constancia, acabar lo que se empieza, superar las dificultades. NO para poder llegar al SÍ de los proyectos personales a largo plazo.

Enseñarles a esperar para que sus decisiones dependan de ellos mismos. Porque el ejercicio de la espera hace fuerte la musculatura de la libertad.

domingo, 19 de octubre de 2008

Belén Llàtser se subió al Arco Iris.






Para los castellano- parlantes, es importante aclarar que l' Arc de Sant Martí es la expresión que empleamos los catalanes para referirnos al Arco Iris.




No sé si Belén estuvo de verdad ahí. Yo ceo que sí. Porque hay muchas maneras de colarse en lugares que aparentemente son inaccesibles. Sólo unos pocos lo consiguen. Apuesto a que ella es de esos seres que, un día mágico, se impregnó de esos colores que pinta el cielo cuando luce con todo su esplendor después de la lluvia.

L' ARC DE SANT MARTÍ

"-Adéu!
-Torna aviat!
-D’acord!
Surto de casa. Ha plogut i no sabia què fer, per tant he sortit a passejar. No sé on anar. Com que no he provat mai d’anar cap a l’arc de Sant Martí, que veig a l’horitzó, allí em dirigeixo.
Hi arribo en quinze minuts. Mai no l’havia vist tant proper. Ben mirat, no sembla que, si t’hi enfiléssis, vagis a caure. El toco. És suau. Em sorprèn no poder-lo atravessar amb la mà. Penso que seria divertit passejar sobre aquests colors tant bonics.
M’hi enfilo i començo a caminar. Se’m fa estrany anar sobre un fenomen que semblava “abstracte”, sense matèria. Però les coses canvien, oi? I a tots ens agrada que ho facin, perquè sinó tot seria massa monòton per a viure, massa predecible. I perquè l’emoció es basa en la ignorància del que passarà. Jo no podria viure una vida sense emocions -por, il·lusió-, de debò que no podria.
Quan ja porto cinc minuts de deliciós trajecte miro el bonic arc. Puc distingir els sis colors: vermell, taronja, groc, verd, blau i violeta.
Vaig caminant. Ja sóc dalt de tot. Veig casa meva com un puntet, un puntet molt petit. Sento la veu de la meva mare cridant-me a dinar. Si crida tant ho sentirà tot el poble! Com puc baixar? He d’anar ràpid o s’enfadarà. Com baixo? Què faig? Si pogués tirar-me aniria molt ràpid i em divertiria, però no ho puc fer. No sé volar, de manera que no em puc tirar. Però si he pogut caminar sobre l’Arc de Sant Martí puc saltar i volar. Si el matí és màgic perquè no provar-ho? M’ho repenso. Mentre ho faig, una suau brisa m’empeny i em fa caure. No he tingut elecció. No ha sigut culpa meva. La culpa, la famosa culpa que sempre ha de ser d’algú. Sempre.
És divertit, sembla irreal. Caic suaument, i crec que volo. Miro cap a dalt. Veig un núvol. Un núvol blanc. Em palpo les butxaques. No, no duc colors, no el puc pintar. No sé per què quan veig quelcom de color blanc tinc la impressió de que no ho he pintat...
Un breu sentiment de por invaeix el meu cos. Com cauré? Em trencaré una cama? Tantes preguntes que vénen sobtadament al cap de qualsevol que es trobi en una situació...estranya.
Una altra part de mí em diu que no em preocupi, que encara falta molt. Sempre va bé aquesta part bona que s’esforça per fer-te creure coses. Deu de ser la reacció humana per a la supervivència psicològica.

Gaudeixo del vol. Em sembla que hi ha gent, allà baix, que m’ha vist. Desconcertats, busquen un avió des del qual m’hagi pogut tirar. Ells no disposen d’un matí màgic, no poden pujar per l’Arc de Sant Martí i no poden volar. Ells no són especials. Especials com jo. Especials com tu.
Vaig veient el sòl més proper, i més, i més... Ara sí que tinc por. Cauré i em faré milers de molles. La sensació és diferent ara. Aquell pànic que inunda tots els recons de totes les parts d’aquest cos que es trencarà dintre de poc. Molt poc.
Però no. Aterro suaument, com una ploma.
Quan ja han passat uns segons des de l’aterratge em caic. Les meves cames havien perdut el costum de fermesa sota els peus.
Molta gent m’envolta formant un cercle de curiosos i preocupats. La meva mare plora d’alegria. Tothom em pregunta què ha passat. Fins i tot jo em pregunto: Què ha passat? És un somni, oi?
No, no ho és. Per sort. Ha sigut divertidíssim. Sense dubte, el millor de tot això és que un sentiment em diu que ho podré fer quan vulgui. Pobrets els altres. Mai no tindran una experiència així.
I tu, quan vegis l’Arc de Sant Martí apropa-t’hi, toca’l. Sents quelcom? Ets com jo?"

Belén Llàtser Nieto

Fin de semana; un poco de todo.


Domingo. No pierdo de vista que es el día del Señor . Preparo un poquito la Misa con el Evangelio de hoy:

(Mt 22,15-21): En aquel tiempo, los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra. Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: «Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas. Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?». Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Mostradme la moneda del tributo». Ellos le presentaron un denario. Y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?». Dícenle: «Del César». Entonces les dice: «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios».

Comentario: P. Antoni Pou OSB (Monje de Montserrat, Cataluña, España):
(...)

"La interpretación que se ha hecho a veces de Mt 22,21 es que la Iglesia no debería "inmiscuirse en política", sino solamente ocuparse del culto. Pero esta interpretación es totalmente falsa, porque ocuparse de Dios no es sólo ocuparse del culto, sino preocuparse por la justicia, y por los hombres, que son los hijos de Dios. Pretender que la Iglesia permanezca en las sacristías, que se haga la sorda, la ciega y la muda ante los problemas morales y humanos de nuestro tiempo, es quitar a Dios lo que es de Dios. «La tolerancia que sólo admite a Dios como opinión privada, pero que le niega el dominio público (…) no es tolerancia, sino hipocresía» (Benedicto XVI)."
Profundo comentario. Invita a la coherencia, a vivir entre los hombres sin ser mundano. La "naturalidad" del cristiano. Oído cocina.

...

Inmersos ya en la preevaluaciones. La semana que viene, más. "Salen; este finde salen a la disco. No voy. Tengo exámenes. No puedo permitirme el lujo de dormir poco. El domingo también tengo que estudiar".

Se palapa el esfuerzo que quizá dará sus frutos o tal vez no. Pero hay esfuerzo, hay voluntad de sacar adelante el curso desde el primer día. Es la forja de la voluntad. Es el afán de superación . Es el pulso que hace fuerte la musculatura de la responsabilidad. Ese pulso es lo que permanece. Ese pulso que tiene como objetivo aprender a aprender.

...

El futuro es incierto, la crisis parece querer devorarnos. Pero no somos un colectivo que puede engullir la coyuntura del momento histórico. Somos personas que se ubican en un lugar determinado del Planeta y se instalan intentando que el lugar que habitan sea más amable , un lugar donde se esté bien... para trabajar, compartir el trabajo, formar lazos de compañerismo y amistad. Nos lo pueden quitar todo excepto nuestra existencia.
























sábado, 18 de octubre de 2008

¿Hacia dónde vamos?




Los experimentos genéticos que tal vez sean considerados inocentes, positivos, en favor de una mayor calidad de vida no difieren demasiado de los que ya practicó el nazismo. Si no van a ser "perfectos", mejor que no nazcan. ¿Qué es ser "perfecto"? ¿Quién va a decidir qué seres tendrán el privilegio de poder nacer y a cuántos vamos a eliminar? Me repito, sé que me repito. Pero es necesario saber que en el momento en el que empezamos a cuestionarnos la vida, podemos terminar en un peligroso proceso de selección humana. Y eso tiene un nombre: eugenesia.

No seamos cínicos. Tan espantosos fueron los campos de exterminio de la Alemania nazi como los macabros experimentos que se practicaron con el fin de "confeccionar" una raza "pura": la raza aria.

Cuelgo un artículo que lo ilustra.



¿Primer mundo? El síndrome de Down desaparece en España.

Según un artículo publicado por el periódico madrileño El Mundo, el 95% de las mujeres españolas aborta cuando se detecta la alteración cromosómica que da origen al SD; el número de nuevos casos se ha reducido más del 50% desde 1980


El informe periodístico se presentó en oposición a la reciente afirmación de Sarah Palin, candidata republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos, quien a pesar de que las pruebas prenatales detectaron la anomalía, decidió seguir con el embarazo, lo que representa una excepción a la tendencia general manifestada en el primer mundo.


A partir de las mejoras técnicas en diagnóstico prenatal y la aprobación de la actual Ley del Aborto española, se ha registrado una notable disminución de nacimientos de portadores de esta condición. En 2006 se registraron un 56% menos de casos que en 1980. Este descenso ha sido aún más drástico en el caso de los bebés cuyas madres son mayores de 35 años: un 85% menos. Estos datos proceden del Estudio Colaborativo Español de Malformaciones Congénitas (ECEMC).


Debido a que las madres en edad de riesgo acceden sistemáticamente a la realización de una amniocentesis (la prueba diagnóstica más certera, pero también invasiva y riesgosa), al conocer el resultado positivo la mayoría de ellas (el 95%) opta por la interrupción voluntaria del embarazo.


Pero los datos arrojados por el ECEMC muestran también una tendencia a la baja de nacimientos de niños con la alteración de madres menores de 35 años. Según Jesús Flórez, asesor científico de la Fundación Síndrome de Down de Cantabria, la interrupción voluntaria del embarazo está conduciendo a una tasa de uno por cada 1.000 nacimientos en muchos países.


Por su parte, María Luisa Martínez Frías, directora de este estudio y experta en la temática, recalcó el espectacular descenso que han experimentado todas las anomalías congénitas desde 1980, y que según su entender, “estamos buscando el hijo perfecto”.


Similar es la opinión de María Orera, directora médica de Laboratorios Circagen, quien indicó que en las últimas tres décadas se ha realizado el diagnóstico prenatal de síndrome de Down, pero la tecnología permite detectar muchas anomalías más: “ahora podemos identificar 50 enfermedades genéticas a partir de la amniocentesis; dentro de cinco años podremos llegar a 200 y, en 15, a lo mejor las abarcamos todas”, augura. Siguiendo con este razonamiento y teniendo en cuenta que en la práctica la totalidad de las mujeres decide abortar cuando se detecta una malformación, cree que “puede ser que llegue un momento en que no nazcan niños”, interpelando a la sociedad y al mundo científico sobre quién establece los límites dentro de esta tendencia.


Para Orera se ha perdido el objetivo primario del diagnóstico prenatal y hay que desvincularlo de la interrupción voluntaria del embarazo, ya que “se trata de proporcionar una información útil. Su fin último no es acabar con las enfermedades genéticas, ya que esto tendría connotaciones eugenésicas”.


Con este controversial informe ha salido a la luz la gran paradoja de estas sociedades, ya que el aumento de la aceptación social de las personas con esta alteración cromosómica se produjo en forma paralela al incremento de su esperanza de vida, pero también del número de padres que deciden abortar al confirmar el diagnóstico.




LA GLORIA


Tengo el privilegio de contar con un comentarista incondicional, un escritor que regala cuentos ... cuentos que son joyas de coleccionista. En el blog hay una buen repertorio. El cuento de hoy toca la fibra a cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad.

Magnífico relato. Gracias, Driver.


LA GLORIA.


Cuando tenía doce años, se rompió la cadena de mi bicicleta.Fui al único taller de coches que había en mi pueblo, para que me la arreglaran.Mientras el mecánico hacía su trabajo, me quedé absorto, curioseándolo todo: bujías, llaves inglesas, fresadoras, amoladoras.En la parte posterior del taller, un descampado albergaba una montaña de chatarra. Coches, motocarros, camionetas.Me quedé un rato mirando aquella montaña de acero. Era fea. El óxido y la mugre campaban a sus anchas.


Y de pronto un destello. Junto a un pino piñonero, había un coche que llamó mi atención. El Ferrari. Un italiano se había pegado un leñazo con su deportivo, el coche salió volando sobre la curva de la estación, y tras dar más de veinte vueltas de campana en el sembrao de D. Julián, quedó tendido sobre su costado izquierdo. Eternamente tendido.


Aquella imagen, por alguna razón, quedó para siempre grabada en mi cerebro. El montón de chatarra, el desorden, la destrucción, el tendido eterno, y sin embargo, conservaba algo del álito vital que, su diseñador, le había regalado. Tenía el sabor de la gloria.


Antes de ser camionero, me busqué la vida de diversas formas. El verano de 1988 trabajé en Mallorca, en un chiringuito de la playa de Alcudia, de camarero.El viernes 14 de agosto libré, y como no tenía mucho que hacer, me fui a la playa a pasar el día. Junto al chiringuito donde trabajaba, estaba el hotel Meliá Alcudia. Me tumbé en mi toalla y vi pasar el mundo mundial.


En el hotel se hospedaba un grupo de alemanes, que en aquel momento estaban jugando al fútbol en la arena.

A las dos de la tarde, apareció un grupo de albañiles, inmigrantes en su mayoría, que vestidos con sus monos de trabajo, acababa de terminar de trabajar. Se quedaron en bañador, y se apoyaron en el murete de piedra del paseo.


Cuando ves al personal en bañador en la playa, desde lejos, es muy difícil distinguir si pertenecen al primer mundo o al mundo real.

Me limitaré a contar lo que pasó.


Abdhel El Mushain, hijo de Bramin y nieto de Mustafá, original de Tánger, se levantó por su cuenta, sin contar con nadie; se dirigió al grupo de alemanes y les retó a un partido de fútbol en la arena. Le siguió Carlitos, hijo de Carlos do Gama y nieto del mítico Carliños, originario de Rio de Janeiro; José Sánchez, de padre desconocido, nacido en Barbate; Victor Jastropech, hijo de los caminos de Europa, nacido en Budapest y Pepe, que nadie sabía de dónde era. En total cinco personas, todas con nombre y algunas con apellido. Peones de la Ferrovial en las obras del desvío.


Los alemanes pertenecían a un club deportivo, lo que se traducía en que contaban con una larga historia de entrenamientos, tácticas, preparación física y motivación nórdica.Los peones, por no tener, no tenían ni número de la Seguridad Social. Eran la viva imagen de los desheredados, la chatarra humana del primer mundo. En teoría.


Abdhel El Mushain, hijo de Bramin y nieto de Mustafá, original de Tánger, capitaneba a los desheredados. Los alemanes les encasquetaron diez goles hasta las cuatro de la tarde. A esa hora se hizo un descanso de media hora.Simplemente ocurría lo que siempre ocurre, ganan los guapos, pierden los feos, y la belleza y la gloria se van a tomar viento.Los alemanes comieron yogures, bebidas isotónicas y tenían un masajista que relajó sus músculos.Los desheredados un bocata de chopek.


Así que el destino me hizo intervenir. Me fui al chiringuito, me pillé seis birras de litro de la Cruzcampo, una para cada desheredado y otra para mí, barrita de mojama, tomatitos y cuatro latas de navajas.La chatarra humana del primer mundo, incluyéndome entre ellos, nos lo tomamos todo. Entonces , Abdhel El Mushain, hijo de Bramin y nieto de Mustafá, original de Tánger, miró pausadamente al cielo, vio que no había ni una nube , que caía un sol de justicia, que los alemanes comían a la sombra y que ellos comían al sol, y comprendió. No sé exactamente qué, pero tenía cara de haberlo comprendido.Los alemanes juegan al fútbol, con la meticulosidad con la que fabrican coches. Son tan precisos, que a veces se les olvida lo más simple.


Lo más simple es que nunca se puede menospreciar la capacidad de lucha de un ser eterno.Cascarás, te convertirás en polvo orgánico, nadie se acordará de ti. Pero si un día te miras al espejo y ves el brillo de la belleza reflejado en tu pupila, ese día sabrás que en ese brillo, y en el que reflejen las pupilas de tus descendientes, está condensado el sabor del orgullo. El sonido del heroísmo. La esencia de la eternidad.


………………………………..


La Cruzcampo empezó a actuar, junto a la mojama y el sol. Las ideas futbolísticas de los peones se empezaron a desarrollar de forma ordenada. Diez, dos. El sonido de Tánger se escuchaba a lo lejos mezclado con la bruma de las olas. Diez, cuatro. El ritmo brasileño encontró su acomodo en una playa de Mallorca. Diez, seis. La Semana Santa de Barbate aportó el latido de la tambores. Diez, ocho. Pepe, el hombre del que nadie sabía de dónde era, encontró sus raíces en aquella playa, diez, diez.Siete de la tarde. El partido empatado.


Yo no sé si estaba un poco afectado por la cerveza, pero me parecía que aquella gente marcaba los goles de dos en dos.


Entonces ocurrió algo que nunca olvidaré en mi vida.Me vino a la cabeza la imagen del Ferrari eternamente tendido. Aquella imagen que me perseguía desde los doce años. La mezcla de la destrucción, de lo cotidiano, de la desigualdad, encerrando en su estructura la belleza eterna. Aquella mezcla que me despertaba con preguntas muchas noches.


Conforme la imagen se me hacía nítida, Abdhel El Mushain, hijo de Bramin y nieto de Mustafá, original de Tánger, cogió la pelota, corrió la banda, se hizo varios autopases, y acabó sólo frente a la portería alemana, el guardameta mortalmente abatido.Lo siguiente es muy difícil de describir con palabras. No encuentro las apropiadas. Pero tengo que decirlo.


Abdhel, cuando tenía en sus pies la oportunidad de ganar aquella batalla, cuando a los alemanes se les materializaba la peor de sus pesadillas, cuando yo estaba abriendo la octava Cruzcampo.


Abdhel hizo otra cosa.En vez de marcar el gol de la victoria, hizo algo extraño. Cogió la pelota con ambas manos, se la puso encima de la cabeza, y se puso a caminar lentamente hacia la orilla. Se metió en el mar y se bañó tranquilamente. Se daba por satisfecho, no necesitaba más.


Y yo vi reflejada en sus pupilas la esencia de la belleza.


Cascarás, te convertirás en polvo orgánico, nadie se acordará de ti. Pero si un día te miras al espejo y ves el brillo de la belleza reflejado en tu pupila, ese día sabrás que en ese brillo, y en el que reflejen las pupilas de tus descendientes, está condensado el sabor del orgullo. El sonido del heroísmo. La esencia de la eternidad.


Atentamente. Driver.

viernes, 17 de octubre de 2008

Después de leer un post.


La última entrada del blog de Modestino me ha trasladado al pasado. A veces creo que aún lo palpo... a veces tengo la sensación de haberlo vivido hace mucho tiempo. Como si la Historia se hubiera quedado coja; como si se arrastrara –herida de muerte- por el terrorismo, las guerras y la furia de la naturaleza.


Detrás de la alhambrada


Hace ya unos cuantos años. Mi familia y yo rastreábamos el escaso perímetro de las costas de Ceuta, donde el Mediterráneo limita en algún lugar imaginario con el Atlántico. La arena suave color carbón de la playa del “Chorrillo” va engordando hasta convertirse en piedras grandes y puntiagudas que hieren los pies. Son las playas atlánticas que bañan Benzú, la Ceuta de los musulmanes. Para sorpresa de los españoles, que sólo frecuentan “El Chorrillo”, decidimos instalarnos en “Benítez”. “¿Benítez?...¿pero a quién se le ocurre?”. A los pocos días descubrimos un grupo de habituales. Llegaban a la misma hora, vestidos con las mismas ropas. Se sentaban en silencio formando un círculo apretado. A medida que avanzaba la tarde sus ojos se clavaban en un punto fijo del horizonte donde se intuye Tarifa. “Son los del CETI”. El CETI entonces no era noticia. Se vivía con inquietud el asalto al Perejil y desde “Benítez” observábamos el cielo machacado por los helicópteros del ejército. Ceuta- una microcosmos de culturas, razas y religiones- miraba con zozobra aquellos artefactos de hierro que volaban dibujando malos presagios hasta desaparecer tras la montaña de la “Mujer Muerta”.

Pero en Ceuta hay rostros oscuros que jamás miran al cielo. Los inmigrantes del CETI nunca apartan la vista del mar. Si cierro los ojos podría describir sus facciones, la sombra de su frente, sus labios herméticamente cerrados. Con viento de levante... o con poniente seco. Todos los días acudían a la cita, recostados en algún peñasco frente al mar-océano. Un único objetivo silencioso y silenciado: surcar de noche las aguas desconocidas del estrecho, cuando las luces de Tarifa cuentan mentiras y anuncian la falsa cercanía con la Península. Un día llegaría SU DÍA, llegaría SU turno y se camuflarían en una patera. Y amanecerían en las costas andaluzas. Mientras, viven juntos –apiñados- la espera.

No sé qué fue de aquellos subsaharianos sin papeles. Las avalanchas de estos últimos años son la crónica del viaje incierto hacia la frontera de la libertad y los derechos humanos. Se escribe con las mismas letras que entonces. Sin duda ellos también recorrieron un largo camino hacia la esperanza y los detuvo una fría alambrada. Permanecieron agazapados en territorio marroquí hasta que pudieron saltarla. Fueron descubiertos y reclutados en el CETI. Y de noche, una noche oscura sin luna y sin estrellas, les llegó la hora de subir a la barcaza ... camino de una esperanza dudosa. Pero tal vez esa noche, el levante fuerte que escupe desde el fondo del mar todo lo que se mueve en la superficie jugó a los chinos con su esperanza y la depositó en el agua ; ni siquiera se rezó un responso. Nadie los echaría de menos. ¿O tal vez la suerte los acompañó hasta tierra firme, el destino anhelado durante tanto, tanto tiempo?. Cómo desearía que haya sido así. Llegaron asustados, con las espaldas mojadas, ateridos de frío. Sin duda, el trayecto fue tan largo y penoso como su miedo. Y su sueño de puntos suspensivos, de interrogantes... puso el punto final. Espaldas mojadas que fueron arropadas por la gente buena de nuestra tierra. Espaldas mojadas que se secaron con mantas de solidaridad.

¿Punto final?. Maldita farsa. ¿Desde cuándo todo el mundo es de todos? Nuestra solidaridad se estampa contra una alambrada que siempre puede ser más alta y afilada. Y la seguimos subiendo. Y los que no tienen nada que perder siguen desangrándose para poder alcanzarla. ¿Hasta cuándo?. ¿Para cuándo un Tierra para todos?.

jueves, 16 de octubre de 2008

Presunción de inocencia.


Hoy no estoy demasiado "iluminada" . Me abandonaron las musas como a Sabina. Debe de ser este otoño tan raro, que ni frío ni calor. Coordino mal las ideas y las palabras no fluyen. He encontrado una canción que va a juego con el día y echo mano de un artículo con sustancia, que escribí y publicó en su día el Diari de Tarragona.


Nos hemos acostumbrado y ya no nos sorprendemos. El ataque verbal, la descalificación gratuita, la mofa “a costa de”, airear los trapillos sucios de los demás ... Es el material con el que se confeccionan los programas de debate televisivo, las salsas rosas, las tertulias radiofónicas, los discursos de nuestros políticos. Ya ni nos molesta; incluso es posible que nos haga gracia. Las mismas pautas se repiten en los corrillos de ir- por- casa. “Verde que te quiero verde”. Hablar bien del personal no se lleva. Suena a bobería. El respeto por la buena imagen del prójimo ni se cuestiona. Y si se cuestiona, se nos acusa de ir por la vida con el lirio en la mano.

Todas estas reflexiones me las hacía a raíz de un fragmento que he leído hace poco. Es un diálogo que se atribuye a Sócrates. Luego es fácil concluir que la tentación de machacar al vecino viene de lejos. Vale la pena reproducirlo.


“Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:
-¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
-Espera un minuto - replicó Sócrates- Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.
-¿Triple filtro?
-Correcto -continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
- No -dijo el hombre-, realmente sólo escuché sobre eso y...
- Bien -dijo Sócrates-. Entonces realmente no sabes si es cierto o no. Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, por el contrario...
- Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, la verdad que no.
- Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?”


Sócrates ha pasado a la historia por ser algo más que un filósofo. Sócrates fue una existencia filosófica en medio de un mundo asfixiado por la política y la vida pública. No escribió nada, pero marcó un antes y un después en la concepción del intelectual. El hombre que piensa dejó de ser un vagabundo que vive en las estrellas para convertirse en hombre sabio que dirige su mirada hacia lo corriente, lo ordinario; no para dejarse arrastrar por ello, sino para dirigirlo mediante una meditación fundada en lo que las cosas de la vida "son".

Observen cómo desgrana progresivamente las tres claves en las que se asienta un JUICIO ÉTICO. Certeza, bondad y utilidad. Al hilo de su argumentación podemos seguir interrogándonos. Probablemente obtendremos respuestas en nuestra propia conciencia.
En el caso que plantea el texto, los tres filtros socráticos son el antídoto al “se dice, se rumorea...” de los ladrones de guante blanco que roban trozos de dignidad. Y la dignidad no puede restituirse igual que si nos robaran el reloj o la cartera. Robar la dignidad de las personas tiene un nombre: calumnia.

¿Y si partimos de otro supuesto? La información es cierta pero negativa y el conocimiento de la misma no me reporta ningún beneficio; ni a mí ni a la sociedad. Pertenece a la intimidad del individuo, imperfecto por naturaleza, capaz de cometer errores y remontarlos. ¿Qué individuo, también imperfecto por naturaleza, también capaz de cometer errores, tiene derecho a estigmatizar a nadie por un traspiés?. Puede ser que no hayamos caído en la cuenta. Pero es el deporte favorito de nuestra lengua – la física, la que se ubica dentro de la boca- que no tiene nada que envidiar a lo que se oye en los programas rosas o en los rifirafes periodísticos. Robar la buena reputación de las personas también tiene un nombre: detracción o difamación. Cierto que la fama puede restituirse, pero deja heridas, cicatrices y genera un ambiente de desconfianza hacia la víctima. “Cuando el río suena, agua lleva” .

Nos queda todavía un fleco: la información verídica que es necesario dar a conocer para evitar un daño. Pero fíjense que el objetivo ahora es preservar un bien individual o el bien común. Y suele ser precisamente en estas ocasiones cuando se apuesta por el silencio. Curioso, el ser humano.

¿Antes de hablar cuenta hasta mil?. Existe un método más acorde con nuestro ser racional: el triple filtro de Sócrates. Un descubrimiento que me ha ayudado a replantear las relaciones humanas. Un método sencillo que da volumen y relieve a la presunción de inocencia.