miércoles, 8 de octubre de 2008

"Palabras para el silencio"


Hacía poco tiempo que había muerto el padre de mi marido. Un Magistrado de una pieza. Un oscense reciclado, como solía decir él. El reciclaje se lo dio Cataluña y Madrid.


Soy incapaz de recordarlo sin su pliego de folios, un libro y un rotulador azul . En Huesca es donde Antonio tenía su biblioteca. Esa tarde me pasé un par de horas, más o menos, observando y ojeando los libros. En la mayoría de ellos hay cuartillas con anotaciones, reflexiones. ¡Cuánto leyó esta persona! Sus intervenciones en las conversaciones familiares, fueran del tema que fuesen, tenían ese sabor de sabiduría bien apuntalada. Siempre aprendíamos algo. Cuando los temas derivaban al cotilleo, se solía levantar de la mesa ..."Bueno chicos... aquí se está muy bien , pero yo me voy a trabajar un rato". No está de más decir que cuando nos reuníamos todos solía ser en el mes de vacaciones; de lo que se deduce que Antonio, aunque sabía disfrutar del ocio, nunca estaba ocioso.


Esa tarde cogí prestados algunos libros que aún tengo que devolver. "Palabras para el silencio" de José Mª Alimbau fue uno de ellos. Ayer por la tarde me atrapó una historia que ilustra un capítulo. Pensé que lo trasladaría al blog.


Saber vivir

(El hecho narrado por Anthony de Mello no pretende aleccionar a nadie que carezca de lo necesario para vivir o esté sin trabajo, como tampoco exaltar la pereza o la insolidaridad)


El rico industrial se horrorizó cuando vio a un pescador tranquilamente recostado contra su barca y fumando una pipa.


"¿Por qué no has salido a pescar?", le preguntó el industrial.


"Porque ya he pescado bastante hoy", respondió el pescador.


"¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas?", insistió el industrial.


"¿Y qué iba a hacer con ello?", preguntó el pescador.


"Ganarías más dinero", fue la respuesta.


"De ese modo podrías poner un motor a tu barca. Entonces podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Entonces ganarías lo suficiente para comprarte redes de nylon, con las que obtendrías más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas... y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico, como yo."


"¿Y qué haría entonces?", preguntó de nuevo el pescador.


"Podrías sentarte y disfrutar de la vida", respondió el industrial.


"¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso momento?", respondió el pescador satisfecho.


Este relato tiene tantas interpretaciones como lectores. Yo, ayer, me formulaba una cuestión: ¿Quién es más rico? Sin duda, el industrial. ¿Quién es más sabio, más equilibrado, más sensato, más feliz? Sin duda, sin ninguna duda, el pescador. ¿Qué personaje me atrae como un imán? Sin duda, sin ninguna duda, el pescador. ¿Por qué? Porque vive cada día con la intensidad y el descanso merecido como si fuera el último. Porque vive en presente. Porque puede rezar esta parte de la oración que Jesucristo nos enseñó y que nos llena de esperanza "Danos hoy nuestro pan de cada día"

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me escapo un segundo del atasco.
Tan sólo un segundo.
Uno.

LIBRO I . ODA XI.


Leuconoe no quieras saber (que el saberlo es sacrilegio) qué fin nos han reservado los dioses a ti y a mí, ni los bosques en los cálculos babilónicos. ¡Cuánto mejor será aceptar lo que viniere!
Ya te haya asignado Júpiter muchos inviernos, ya sea éste que abate el oleaje tirreno contra los riscos de la orilla opuesta, el postrero. Sé inteligente, filtra tus vinos y, dada la brevedad de la vida, recorta tus largas esperanzas. Mientras hablamos se ha escapado el tiempo envidioso. Goza de la jornada, sin fiarte en absoluto del día de mañana.

sunsi dijo...

Tenía ganas de escribir esto alguna vez. Siguiendo la tonalidad del comentario de Driver...
Como "Tempus fugit", pues "Carpe diem".... teiendo presente siempre que "Tempus fugit".

Cuando estudiaba literatura en el colegio, creía que estos dos tópicos era antagónicos. No es cierto. Uno complementa al otro y viceversa.

Saludos

sunsi dijo...

En broma, en broma...pero lo del plan fue un error acertadísimo. Aún recuerdo esa entrada tuya. Cada día un plan y pan. Porque sin pan me temo que no hay plan.

Hoy parece que estoy del ala.Es que ha empezado el curso de catequesis de confirmación y me ha tocado un grupo...¡¡¡fantástico!!!.Me han dejado explicar y como no estaba acostumbrada me he quedado muy esponjada.

Abraçades