miércoles, 1 de octubre de 2008

¡Ojo!


El problema tiene visos de cronificarse si los padres no nos arremangamos.


Jóvenes y alcohol. Es un titular cada vez más frecuente. "¡Ah! no, mi niñ@ no! " ¿No? ¿Por qué no? El hij@ de cada uno siempre es la excepción y creemos que no van nunca incluidos en las estadísticas. Sólo podemos estar seguros si somos nosotros los que les abrimos la puerta de casa cuando llegan. La moda de "¿Puedo salir? Dormiré en casa de Pepit@" es la peor trampa. " Todo el mundo lo hace", todos acaban durmiendo en casas ajenas y , al final, a saber si aterrizan en alguna. Uno por el otro, la casa sin barrer.


El buen rollito de "yo me fío de mi hij@", "es muy madur@" ... es eso, buen rollito. Vamos de colegas y nos chupamos el dedo. Y no somos ni sus colegas ni tenemos edad para usar el dedo como chupete. Y en asuntos de alcohol y drogas ni son tan maduros ni tienen tanta personalidad para saber decir no cuando el 99% se les echan encima para que consuman. La noche es el mejor aliado para que su incipiente personalidad se vaya al carajo.


Lo dicho: ¡Ojo!




11 comentarios:

maria dijo...

Buenas tardes. ¡Vaya tema! ¡Hay tantos aspectos de la vida de nuestros niños y adolescentes que hay que vigilar, que quizás nos perdemos en cosas más banales! Lo que apuntas, sobre la 'madurez' y la confianza en nuestros hijos es tan evidente que admite réplica. Aún así, a veces nos la pegan. Pero hay que estar vigilantes, de la misma manera que ponemos medidas para evitar que nos roben en nuestras casas, ¿ponemos medidas para que no nos roben lo mejor 'nuestras joyas', que son nuestros hijos?.
Repecto al tema alcohol, ya son muchos años dando vueltas al tema y la gente no se percata de la gravedad de lo que pasa.Claro que estar vigilante es costoso....
Por otra parte, ¡qué incoherencia advertir a nuestros jóvenes del riesgo que corren con estos comportamientos adictivos y los ayuntamientos autorizan el 'botellón' en determinados lugares, para que estén concentrados.
El Ministerio del Interior, remitió hace 10 años un cuadernillo, cuando una de mis hijas cumplió 14 años. Esto sucedió con mi otro hijo. No estoy en contra de la información, pero como en todo la 'información sin formación' no basta.
Este tema hay que sacarlo a relucir con los padres que nos rodean, para hacerles pensar sobre su labor en este campo.

Anónimo dijo...

Hola.
La etapa de la adolescencia, sin ninguna duda es un tema que preocupa y desde luego que no faltan motivos!!!
"La información sin formación" tal y como apuntas María puede dar más ideas que prevención convirtiéndose en arma letal.
Los anuncios de tráfico, por poner un ejemplo, ahí están aunque no se ha demostrado si son eficaces o no. En fin, son tantas cosas...el tabaco, el alcohol...son drogas que han sido aceptadas y consecuentemente socialmente también. Como se suele decir...construir desde "0" era más fácil que no ahora que toca destruir para volver a construir. Pero hemos de ser positivos y
con los adolescentes...mucha mano izquierda...aunque cueste!!!

Con todo mi cariño, MK.

sunsi dijo...

Guadalupe, Mariana... La idea es que, si me preocupo ... me ocupo de ello. Si es un tema tan extendido , los que tenemos hijos adolescentes no se libran. Y creo que la clave es dialogar mucho. Mejor dicho, que ellos puedan contarnos y que sepan que pueden contar con nosotros ante la dificultad. Y que si a veces decimos NO , no es por autoritarismo sino por su bien.

¿Recordáis la película "Cuando un hombre ama a una mujer"?

A más de un crío le iría bien verla.

Abraçades a las dos.

Anónimo dijo...

Estoy con María que el tema hay que sacarlo a relucir con los padres que nos rodean. Nuestros hijos tienen que ser fuertes con el ambiente, y los padres también. A veces nos podemos sentir muy solos cuando intentas vivir unas normas como fijar un horario prudente de vuelta, que después de una salida vuelvan "a casa".Me parece que eso es prudencia, y no tenerlos en una burbuja como suelen calificarlo. A muchos les parece que si no dejan a sus hijos entrar en la rueda se quedarán sin amigos porque esto es "lo normal". Toda precaución es poca, por lo menos pongamos los medios, aún así nadie estamos libres de nada pero al menos tendremos la conciencia tranquila de haber hecho todo lo que hemos podido, inculcándole hábitos,transmitiendo valores y sobre todo escuchando...dialogando.Ahora puede que algunos no lo entiendan pero ya lo agradecerán el día de mañana.

Anónimo dijo...

Sunsi,

No estoy para nada de acuerdo.
A mi me educaron en el conocimiento de lo que era cada cosa. Podría haberme drogado y haber bebido hasta la saciedad, porque he tenido noches de salir y dormir en casa de amigas (y sí que llegaba a su casa)y noches de salir hasta el amanecer.

Soy consciente de que mi madre lo reprueba. Puede prohibirme salir hasta tarde. Pero nunca lo hace cuando le digo que duermo en casa de alguien. Sí, mi made confía en mí. Y hay que decir que me lo he ganado a pulso.

El día que estoy en la discoteca y me parece que el ambiente no es el adecuado, la despierto, y ella santamente me viene a buscar a la hora que sea.

El problema no es salir. Si yo decidiera drogarme o beber lo haría cuando me diera la gana. El secreto es la Educación recibida. Y te puedo asegurar que el ingrediente de confianza hace más sencillo decir no. Seremos "adolescentes" pero no queremos defraudar a nuestros padres.

Un saludo,

CArmina.

sunsi dijo...

Carmina. No sabes hasta qué punto agradezco tu comentario. Tengo mis razones para escribir lo que he escrito. Y tú tienes las tuyas para contestar como lo has hecho.
Porque, en definitiva, aunque no lo parezca, estamos de acuerdo.
Has escrito una palabra: educación. Y otra que la escribo en mayúscula: CONFIANZA. Y tú dices que te la has ganado a pulso.
Cada padre, cada madre (en teoría) sabe qué libertad puede dar a su hijo y el baremo es su grado de responsabilidad. La confianza en los hijos es básica aunque muchas veces parezca que te la juegas. Confianza hasta que no se diga lo contrario. Confianza, que se asemeja a la presunción de inocencia.

Pero todos estos términos que barajamos no tienen sentido si en una familia no hay diálogo, si no hay cariño. La autoridad sin amor produce un efecto rebote.

Claro que sabes cuándo defraudas...porque quieres a tus padres. Y los quieres porque ellos te demuestran día a día qe te quieren. Y porque no se han dedicado a decirte sí o no sin más. Porque han procurado darte elementos para que tú formaras tu conciencia.

Seguremos con este tema. Contar con tu punto de vista es un privilegio.

Besos

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que nuestros hijos son comos los de los demás, es decir, hacen de todo. Y no sólo éso, NOSOTROS somos como los demás y, cuándo hemos podido, hemos hecho lo mismo que nuestros hijos. Hemos fumado, hemos bebido, hemos mentido a nuestros padres (o no hemos contado toda la verdad a nuestros padres) y en términos generales acreditamos tanta confianza como nuestros hijos.

La diferencia es que el mundo ahora nos parece mucho más perverso y descontrolado que el de nuestra juventud. ¿Qué parte de éso es verdad y qué parte se debe a nuestra diferente apreciación de la realidad?

Nuestra obligación es educar (Educar) y formar (Formar) adultos responsables para la vida que les ha tocado vivir.

¿Cómo? No lo sé. No tengo recetas mágicas ni respuesta a todas las preguntas. Quizá la honestidad para con nuestros hijos, la sinceridad y la humildad en nuestra labor como padres sea el camino.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Addenda:

Olvidé señalar que el conocimiento nunca es malo en sí mismo, sí, creo que es terrible limitar, controlar, dirigir o negar el conocimiento en aras de una protección que, en realidad, es una forma de control, inútil y malvada.

sunsi dijo...

Buenas, Pepa. Sé qué Pepa eres. Sólo esta Pepa que conozco puede afirmar, dudar, negar... todo a la vez. Tremenda madre es Pepa.

Me quedo con tu afirmación... porque creo que es lo único que tenemos en nuestras manos: "Nuestra obligación es educar (Educar) y formar (Formar) adultos responsables para la vida que les ha tocado vivir."
Luego, a esta afirmación hay que ponerle patas y yo, como tú, me pregunto: ¿Cómo?. Yo, como tú, no conozco fórmulas mágicas pero, como tú, conozco a mis hijos. De los cuatro no hay ninguno igual. Lo que le sirve a uno destroza a otro.

A veces pieso en todas las veces que soy consciente de que me he equivocado y de las que no soy consciente... calcula. Y esto no es una fórmula, es algo que aprendí de pequeña, ... yo les pido perdón. No creo que mi cuota de autoridad desmerezca por ello. Simplemente les manifiesto que yo me equivoco y mucho. Y nos equivocamos todos. Lo importante es tener la humildad y la confianza suficiente para hablarlo, borrón y cuenta nueva... y seguir adelante.

Besos. Comenta más, por favor.

Anónimo dijo...

Menudo nivel. La verdad es que el tema da para mucho. Desde mi punto de vista todo el mundo tiene razón. El problema del alcohol, una opinión más, es que los adolescentes de hoy en día están súper informados, es decir, sí conocen las consecuencias del alcohol y por eso lo buscan expresamente, identifican ocio, o fin de semana con alcohol, en la discoteca o en el botellón: pasárselo bien. Por supuesto que la cuestión es educar y confiar, pero fundamentalmente procurar porque nuestros hijos sepan decir que no. El gran problema de muchos es que se dejan arrastrar por unos pocos, les da miedo enfrentarse o exponerse al ridículo por no seguir la cuerda. No os conozco, pero veo en todos los que habéis intervenido que sois asertivos y sois capaces de decir que no o que sí, pero porque vosotros queréis, no porque os dejéis arrastrar. Por otro lado, en la adolescencia uno empieza a escoger los amigos y éstos, si no se tiene la personalidad suficiente, nos lo llevarán por mal camino. Los padres sabemos que somos los grandes protagonistas de la educación de nuestros hijos, pero un mal amigo nos lo puede destrozar, cargarse en poco todo lo que les hemos dado. Desde pequeños hemos de esforzarnos en que sepan defender su posición, que nadie lo tuerza, que sepan decir no sin congoja. Es evidente que hay que ir soltando cuerda porque un día volarán y han de estar preparados.

sunsi dijo...

Martín. Me ha hecho gracia que emplees la palabra ASERTIVIDAD.
Mi hijo Carlos eligió el tema de la Prevención de la drogadicción para su Treball de recerca. Y la asertividad fue su "gran descubrimiento". Tener ideas propias, saber lo que uno quiere y ser capaz de mantenerlo frente al grupo, sea el que sea.

Un buen tema para un post: ¿Cómo lograr que nuestros hijos sean asertivos?
Gracias por la idea.
Saludos desde Tarraco.