domingo, 6 de mayo de 2012

Crecidas y afluentes.


El río venía muy cargado y no llegaba al mar. Todos estos años de blogosfera han sido ricos, muy ricos e intensos. No por lo que he escrito en los posts... o a veces sí... sino por tantas personas (no olvido ninguna aunque no las mencione porque la lista es larguísima) que han participado libremente, con respeto y han conseguido que Pensar de Oficio haya sido una ventana parecida a un hogar.

Os decía al principio que el río venía cargado. Me gustaría saber explicar lo que esto significa; de ello depende que se entienda la razón por la que cierro definitivamente La República Independiente de mi casa. En esencia somos los que somos, desde el primer llanto hasta que cerramos definitivamente los ojos; en mi caso, para poder abrirlos y acudir a la cita con el Pastor que ha ido silbando para que reconozca  mi camino de entre multitud de sendas que llevan a la Eternidad. La inmovilidad no existe... Siempre damos pasos que, en la mayoría de las ocasiones, quedan reflejadas en muchas entradas. Un día te da por releer y, a pesar de que te reconoces... de que son mudanzas necesarias, quieres pasar página. Y con una de estas crecidas te das cuenta de que sigues necesitando escribir de otra forma. Nace sin querer un afluente. Creías que era un asunto puntual y al final cobra forma y le das nombre. 

Tantas veces he escrito que "Vivir es ver volver". Y puntualizaría... saneando los recuerdos y soltando lastre.

Llevo un tiempo corto navegando en un afluente. Todavía no estoy preparada para mostrarlo. Es distinto porque es una bitácora real en un mundo virtual. No doy pie a comentarios porque lo que sí sé es que no puedo contestar como se merece a quien interviene.  

¿Por qué esta explicación? Supongo que podéis imaginar que todos los que alguna vez han entrado sin dejar rastro, los que lo han dejado, los que se han arremangado y se han implicado en debates serios, los que me han  ( nos han...) hecho reír, los que se han encargado de montar fiestas cuando he desaparecido por unos días... merecéis que no deje este blog con (...).

Me atrevo hoy a ir más allá de una estricta explicación al uso. Hoy me "desprendo" de un lugar en el que he sido muy feliz. Mucho. Pero toca retirada. No añado nada más... Me está costando tragar. Gracias a todos por vuestra generosidad, este buen hacer propio de personas exquisitas. Me llevo lo mejor. Vuestra amistad...


jueves, 29 de marzo de 2012

(...)


Se veía venir. Cada vez cuesta más encontrar el hueco para escribir. Los puntos suspensivos son como una pequeña herida abierta. La recesión no es un término abstracto; es el resultado de la suma de lo que se vive en muchos hogares y el mío no es una excepción."Habrá que hacerse a la idea que sube la marea..."

"Habrá que componer de nuevo el pozo y el granero y aprender  de nuevo a andar... Habrá que demoler barreras, crear nuevas maneras y alzar otra verdad... desempolvar viejas creencias que hablaban en esencias sobre la simplicidad..." Los años restando por diversas circunstancias no me pillan desentrenada, pero no es suficiente apretarse más el cinturón. Es el momento de plantearse un cambio de costumbres y rescatar las de generaciones pasadas... Aprender un estilo de cocina mucho más laboriosa; plantearme con mayor seriedad el homeschooling del primogénito; repasar los rudimentos de corte y confección de aquel curso que realicé cuando terminé filología para reciclar sin tener que acudir a una costurera; diseñar un  huerto aéreo en casa tras un tiempo de estudio del medio... Significa lo que muchos denominan un cambio de "chip"... aunque todos los ciudadanos estudien y trabajen... ¡saben lo que vale un peine y mi amor de madre no puede disimular que se me caiga la baba!... aunque los progenitores - trabajadores de la función pública- ya estamos acostumbrados a ser los primeros en ser los sujetos pacientes de los "manos-tijeras"... 

No cierro el blog. Pero tampoco sé cuándo voy a poder retomarlo en condiciones, como antes... como en aquellos tiempos en los que podía contestar a los que tan amablemente comentaban. En la República comemos, cenamos, dormimos, vivimos ... seis ciudadanos cuando solamente estamos "los íntimos". Toca priorizar. Y echar el poco cable que queda a los que lo pasan peor...¿acogiendo? No se me ocurre otra fórmula para atenuar el golpe que , para muchos, es cuestión de subsistencia pura y dura.

Tengo una certeza: de determinadas estrecheces se recogen frutos de fortaleza, libertad interior, austeridad, templanza, compasión... Pero hay que currárselo. 

Le coloco el paréntesis a los puntos suspensivos. Me duele... incluso físicamente. Todo se andará. Lo último es perder la esperanza. Humet lo explica así:



miércoles, 21 de marzo de 2012

Cuesta encontrar definiciones...


Va y viene... Juega a un estúpido escondite que no tiene la gracia de un juego. Sombras sin sol que proyectan la nada, aunque la nada es ausencia de todo lo que desaparece a temporadas.

Va y viene... A pesar de una deuda importante que todavía no has saldado con el cerrajero, cuenta con la fuerza de la naturaleza crispada y derriba la puerta.

Se pasea por los arbustos que empiezan a brotar. "No te asomes al jardín". "Espera a mañana, si mañana es mejor que hoy". "No te sorprendas si la voz se quiebra o no aguanto el tipo, ... si enfatizo demasiado o no encuentro la palabra exacta..." Es primavera. Y la primavera llega... se instala durante un tiempo que nunca se sabe... y se va.


*Disculpad que no haya contestado a los comentarios que habéis escrito en los dos últimos posts. Gracias por vuestra amabilidad.


Antes de contestar al comentario de James, cuelgo este vídeo... Bingo, caballero;-)


lunes, 19 de marzo de 2012

Repito post: Felicidades, papás.


A falta de inspiración... me copio. No quiero dejar vacío el blog el día de San José. Perdón si alguien ya lo ha leído.

"Lo de siempre. El día del padre es todos los días. Con el mismo argumento se puede pasar por alto el día de la madre, el día de los enamorados, el día de la mujer trabajadora, el día del estudiante… y el del maestro, el día de los abuelos ¡dos veces padres!... Pero no es menos cierto que los seres humanos nos servimos de este estilo de eventos, resaltados con colores en el calendario, para mantener vivo el recuerdo… por lo menos una vez al año.

“¡Felicidades, papá!”. A los papás jóvenes hoy os toca abrir un paquete, tal vez envuelto en papel de seda, con un corazón donde el pequeño de la casa ha escrito lo mejor que ha sabido “Te quiero mucho, papá”. Te ha costado disimular la emoción y tragas saliva. Quizá hayas dicho “me voy al baño” para llorar a gusto sin que nadie te vea. Y el pequeño aporrea la puerta porque le falta el beso. Desaparecido en combate. Dicen que los hombres también lloran, pero menos. A las mamás, en cambio, no nos importa ser el escaparate de nuestras emociones y que se nos escape una lágrima en público.

Es posible que hoy recuerdes aquellas horas que el periodista Joan Barril describe como “esa sensación de mueble incómodo que alguien ha puesto en la sala de partos (…) resignado a que los momentos capitales de nuestra condición de padres tengan que ser vividos en la más absoluta de las soledades”. Cuando nació el “moco” de la casa ya nada fue como antes. Descubriste que, a partir de ahora, la noche tiene fases; que tu mujer ya no es tan tuya y debes compartirla con un biberón cada tres o cuatro horas, con pañales húmedos que hay que cambiar, con llantos imprecisos que estallan sin previo aviso y que sólo tu mujer sabe descifrar- “le duele la barriga o tiene hambre o no concilia el sueño”-; que se acabaron las cenas románticas e interminables porque el bebé tose y el aparato este que se han inventado delata todo lo que sucede en su dormitorio pintado de azul o rosa o amarillo o verde… ¡se acabaron los estereotipos!; que ya no hay sábado de cine sin programar, ni escapadas aunque sean de dos días. Quizá llegaste a pensar que tres son multitud y no entendías el arrebato de tu mujer que, a pesar de sus ojeras violetas que le llegaban hasta los pies, miraba embobada al bebé.

La cuestión es que el instinto materno arraiga enseguida. Porque lleva una ventaja de nueve meses; los que ha llevado al hijo en su vientre. El instinto paterno ha de superar esa ausencia física y sensorial. Se desarrolla más despacio. Dicen los psicólogos que no alcanza su plenitud hasta que el niño cumple 4 o 5 años. No deja de ser un alivio saberlo, pero alguno puede pensar que podrían habérselo explicado con antelación. Se hubiera sentido menos marciano en su propia casa.

El pequeño “intruso” ya camina, ya se cargó varios ceniceros de cristal y aquella figurilla de porcelana que comprasteis en el viaje de novios, ya come solo y ya va a la escuela. Hoy es la primera vez que has leído algo escrito por él, de su puño y letra; un garabato en el que se intuye el mensaje que cambia radicalmente la vida de los seres humanos: “Te quiero mucho…”.

"Y yo también te quiero; te he querido primero. Antes de que nacieras. Contigo y por ti he descubierto que “la mejor escuela de la ciudad no compensa los mejores momentos de silencio de dos personas que crecen en escalas diferentes”; que “los niños no quieren ser hijos de un director general, sino de un padre que les enseñe el funcionamiento de los hormigueros, el nombre de las estrellas, el control de los músculos, la exactitud de las palabras, la riqueza de la duda, las normas de la tolerancia, las primeras canciones, los límites del poder y el poder de la alegría” (Joan Barril)

A todos los padres:¡Felicidades! Por intentar ser mejores padres, por haber aprendido a cambiar pañales, dar biberones, por llegar a casa temprano para hacer los deberes juntos o darme un beso de buenas noches, por cerrar el periódico o apagar la tele cuando intuyes que necesito hablar, por los madrugones de los sábados para acompañarme a los partidos, por jugar conmigo a la Play en lugar de tumbarte en el sofá, por explicarme por qué no cuando me dices que no … ¡por querer a mamá!... por todo lo que queda aún por llegar pero sé que cuento contigo.

Aprovecho para felicitar a mi padre, que ya es abuelo ¡padre de padres!Felicidades, papá. Nada sería lo mismo si tú no fueras como eres, si mi padre no hubieras sido tú".


sábado, 17 de marzo de 2012

¿La amabilidad puede mover el mundo?


Disyuntivas... Ver o mirar; pasar o parar; seguir acartonado por la hiel de... siempre hay hiel a poco que uno haya vivido o intentar esbozar una sonrisa; seguir con la mano en el bolsillo... el puño apretado... o tenderla; yo o nosotros. 

miércoles, 14 de marzo de 2012

"Y yo también..."


O... "Y yo tampoco". Más o menos van así las respuestas del 99% de los receptores cuando un emisor no se ciñe al mensaje meramente informativo. "Hoy hace sol...", "Parece que la primavera se adelanta", "Están de obras por los alrededores del Carrefour". La denominada función representativa es epidérmica, evidente. Cabe  solo la respuesta "sí" o  "no"...  o, como mucho, un  "ya lo sé" con retintín de enterao. 

El tema varía considerablemente si el emisor cambia la función representativa por la emotiva. A veces buscamos  al interlocutor porque tenemos necesidad  de abrirnos en canal; el peso o la carga es demasiado pesada o cargante. Los fardos de cada uno se aligeran con una conversación de dos; tres suelen ser multitud. Las funciones del lenguaje se ven ya en la Primaria, se vuelven a repasar en Secundaria y dale que te pego en el Bachillerato. Luego dicen que estudiar lengua no sirve para nada... Por supuesto que sirve... distinto es que no vayamos más allá de unas páginas del manual con sus ejercicios correspondientes. 

- Estoy en racha y no precisamente de la buena. Igual es algo generalizado, pero parece que alguien me pisa  con el zapato y no levanto cabeza... Y...
-Uyyyyyyyssssss... Yo también. 

Este burdo ejemplo que no tiene más trascendencia, deja de ser burdo y aséptico en la vida real. Escarbaba en la parcela del cerebro donde deben de estar almacenadas las causas de las actitudes humanas... ¿Qué nos pasa que no sabemos ESCUCHAR... en silencio? Si nuestra respuesta es inmediata enmendando la plana con una vivencia propia... una de dos... y de tres: o pensamos solo en nosotros mismos o nos importa un carallo lo que corroe por dentro al prójimo o hemos nacido con sordera emocional. 

Mira, tú... Si te busco es porque te necesito; sí, oye, como suena, TE NECESITO. No puedo solo con esto. Hemos departido mucho, compartido bastante, peleado codo con codo en algunas ocasiones. Nos hemos reído, nos hemos sentado alrededor de una mesa con un café y otro... tantas horas que podríamos casi casi haber arreglado el mundo. Hoy quería hablar... Por una vez quería hablarte... largo y tendido... del "yo y mis circunstancias". Nada del otro mundo, que incluso en lo circunstancial somos poco originales... posiblemente nada de lo que no hayas vivido en algún momento de tu existencia... 

Cómo cuesta "dar cancha"... emplear la inteligencia para ser algo más que una pared de frontón que devuelve todas las pelotas... trabajar con la imaginación para cambiar la perspectiva del "yo también" con un movimiento-giro de 180º  que supone emplear el "tú". 

Pasa que, aparentemente, a nadie le pasa nada hasta que nos da por pegar el oído y detectar un cambio de voz... un caminar cansado... Y somos tan cafres que no nos viene bien "perder el tiempo" para prestar las manos y achicar agua.  Demasiadas veces clasificamos a los seres humanos con un criterio dudoso: el brutico este que las canta... y el encantador de voz melódica; el que no se corta un pelo  y ojo que no se te cruce... y el que apenas levanta la voz ni para bien ni para mal. Y cuando el pan es pan y el el vino ídem, cuando el receptor -da igual que sea bronco o melódico- es de ley... escucha  escuchando. No corta el rollo como el que va de sobrado porque "yo también" ... "y más". Y el escuchado tal vez vuelva a caminar con paso ligero. Aunque sea durante unas horas.  



martes, 13 de marzo de 2012

La web Familia Actual.


No sé si habéis echado un vistazo a una web que figura entre los blogs que sigo: Familia Actual. Transcribo el Quiénes somos: 

"Los autores del blog llevan más de veinticinco años dedicados a la enseñanza, durante los cuales han acumulado mucha experiencia tanto en el trato con padres como con alumnos. Pilar (Guembe)es pedagoga y trabaja como profesora y orientadora. Carlos (Goñi) es doctor en filosofía y escritor. Juntos escriben libros, imparten conferencias y asesoran en temas educativos. Son padres de dos hijos."

Conocí a Carlos y a Pilar durante el año escaso que residimos en Lleida. Más tarde los fui siguiendo en conferencias, artículos y libros... Forman un tandem envidiable. En temas de educación se puede llegar a un estadio de sobresaturación en el que prácticamente todo te suena a tópico. Es posible que sea un problema personal... o que solo me suceda a mí. No sé... Definiciones precocinadas, "fórmulas mágicas", conceptos inamovibles...  Actualmente me cuesta asistir a conferencias que rondan esta temática. Será que los años pesan o que muchas de las "teorías" que anotaba con fruición no me cuadraron. Pero, como en todo, existe la excepción que confirma la regla. Y es el caso de este matrimonio que no dicta sentencias y que, por encima de todo, no abandonan el sentido común. 

Os dejo el enlace de su último post: "Cuando los árboles pierden las hojas..." "Se ven los nidos" . Lo constata una crisis económica de la que todavía no se vislumbra el final. Cuando asoma el expolio -  casa, alimentos, calor humano... -hay un "lugar", el hogar de origen, que sigue en pie. En estos momentos duros se estrechan vínculos. La vuelta forzosa resulta el remanso necesario en la medida que no nos ha succionado el individualismo... que no nos hemos desprendido   física y afectivamente de los que nos prepararon para volar.  Carlos y Pilar lo explican infinitamente mejor. 

Un abrazo a los dos.