Un detalle, el de Orange... Un buen anuncio para los profes. Ya era hora.
¿Cómo educar hoy?
"Todo cuanto ha sido, todo cuanto ha temblado dentro de nosotros está aún como diciéndose de nuevo en nuestra vida y en la vida." (Luis Rosales)
Piedad... Qué falsa es la piedad cuando son paños calientes encima de heridas que siguen supurando. Piedad... Qué absurda es la piedad cuando mata la verdad.
Eso no es piedad. Es miedo a mirarse al espejo. Eso no es misericordia. Es la mentira disfrazada de algodón.
Qué mal suena ... "No tendré piedad de ti; no tendré piedad de mí". Desprendo la dureza que reviste la palabra, le quito lo que aparentemente pincha...
Y no. No tendré piedad de mí. Mejor con la cara rompiendo el viento frío, sin protección. Y ahí, en el descampado, donde el sol quema y el aire borra tantas seguridades infundadas... tú tampoco tendrás piedad de ti. Con la caridad basta.
ERGO... a base de falsas piedades que provocan silencios se va echando arena hasta formar un montículo. So capa de falsa piedad nos cosemos la boca y nos atenaza el miedo de comunicarnos de verdad, cara a cara, de corazón a corazón.
Tres, dos , uno... ¡¡¡Ya !!! Se acabó. Y ahora ya mi mundo es otro.
Se acabó... Que ya no... a ver si aprendo para el curso que viene... que ya no me va a afectar ver cómo se desloman mis ciudadanos y los resultados no son poporcionales. Se acabó... Que ya no me voy a tragar ningún palo, con lo que cuesta de engullir, para que ni mi sombra advierta que estoy hasta la cabeza... pero hasta la cabeza de maratones absurdos. Ni que hicieran un máster y les fuera la vida en ello. Por favor ... un poco de mesura.
Se acabó... Que ni mchísimo menos dejaré que pasen por delante de mis narices tontunas tontadas que le quitan el sueño a "esos corrillos". Tontunas tontadas de césped pulido, de "hay qué pena la mía que he engordado tres quilos", de "fíjate que aún no renové armario". Se acabó , que no, que delante de mí no. Mira tú que resulta que vivimos en un navío y aquí no hay morada segura. "Joé, qué frase más bonita". Sí , bonita, es de Sta. Teresa del Niño Jesús. De la santa chiquitina...
Y sí, se acabó pasar por el aro de cenitas y sonrisas profidén. Que nadie se atreve a largarse el primero, que con el jugo que sacan de los que se abren temprano podríamos hacer caldo para un año.
Se acabó... delante de mí ya no. Que quien avisa no es traidor. Que el personal es muy cuco y va por detrás. Y con la de afeites que llevan bien podrían dejar que se les vea el careto y al pan pan y al vino vino. Así, de frente.
Quedan pocos días. Y se acabó... Al menos por casi tres meses. Dios, qué alivio.
Llegué churrascada . Cómo puede pasearse tanto pavo real en tan pocos metros cuadrados y en tan poco rato... Dios mío... voy a vacunarme... que igual esto es contagioso.
"Estaba magullado y apaleado y no podría decir lo que sentía.
Era irreconocible para mí mismo.
Vi mi reflejo en una ventana y no conocí mi propia cara.
Oh, hermano, me vas a dejar consumirme
en las calles de Filadelfia.
Caminé por la avenida hasta que mis piernas parecían de piedra.
Oí las voces de amigos desvanecidos que se fueron.
Por la noche podía oír la sangre en mis venas,
negra y susurrante como la lluvia
en las calles de Filadelfia
Ningún ángel va a acogerme,
sólo estamos tú y yo, amigo mío.
Mi ropa ya no me queda bien.
Caminé un millar de millas
sólo para que resbale por la piel.
La noche ha caído, estoy acostado despierto.
Puedo sentir cómo me voy apagando
así que recíbeme, hermano con tu beso sin fe
o nos vamos a dejar uno a otro solos, así
en las calles de Filadelfia."
La noche ha caído...entre dormida y despierta... se acerca mañana. Una semana larga. Gente que ha sido faro en mi vida. Faros que se han apagado. Y se han levantado amigos... que ahora sé que lo son. Tengo menos frío.
El amigo es abrigo para el frío, es razón cuando la sinrazón te atrapa y no ves nada. Es faro que desaparece dejando sólo luz.
No estoy en Filadelfia. Estoy en una ciudad mediterránea que acoge a gente que a veces no es acogida por la gente. Que nadie tenga frío.
Una nota, un apunte de dulzura para todos, un regazo para quien no lo haya encontrado.
Y nos examinarán del amor... Ahora, justo en el tránsito del domingo al lunes... sólo se me ocurre... lo único que se me ocurre son los ejercicios del verbo que debería conjugar mañana y dar gracias por los faros que hoy me han hecho más fácil el camino. Termino hoy... mañana será otro día. Y no "nos vamos a dejar uno a otro solos". Esta es mi esperanza, y la tuya... y la de los que depositamos nuestra confianza en el ser humano.
Buenas noches.
La idea era desengrasar y no darle a la neurona. Y me parece que puede ser todo lo contrario. En fin... a lo hecho, pecho.
Ristadas...lástima de ego.
Muchas veces, desde el 11 de marzo, me he preguntado qué será de aquellos amigos musulmanes, hospitalarios donde los haya, que nos invitaron a su boda sin importarles nuestra creencias; que pintaron las manos de mis hijas con henna, como si formaran parte de su extensa familia; que no me pidieron que me descalzara cuando entré en aquella estancia inmensa y alfombrada donde se realizaban los preparativos para el gran día; que nos ofrecieron ese té tan especial, azucarado y adornado con menta, servido con la máxima delicadeza, acompañado con unas pastas exquisitas; los que nos dieron a probar harera – una sopa de pollo espesa, consistente, que los mantiene en pie el mes del Ramadán-; que mandaron un obsequio –a pesar de la distancia- el día que nuestra hija pequeña celebraba su Primera Comunión...
-Mina, ¿ qué está pasando?. Por favor, háblame de “tu” Islam.
-¿ “Mi” Islam?-responde... sorprendida.
-Sí, “tu” Islam... que no mata, que llama a la oración, al ayuno , a la limosna; el Islam que tú me contaste hace tiempo y que ahora no me encaja.
Tenemos una conversación, larga, con muchos intervalos de silencio. Elocuentes silencios. La entrañable Mina ... triste, preocupada; pesimista. Y hablamos, no de “su” Islam ... sino de Muhammad y de sus libros sagrados, el Qur’ an y el Sunnah –que recoge la práctica y el ejemplo de su Profeta -. Ella, haciendo un esfuerzo para que la entienda; yo, escuchando con voluntad de comprender.
Me cuenta... “Islam significa sumisión y se deriva de una palabra árabe cuyo sentido originario es ¡paz!”. “¿Y entonces...?” “Espera... los musulmanes creemos en Dios, Uno, Único e Incomparable; en los Profetas a través de quienes llegaron sus revelaciones a la humanidad; en el día del juicio final y en la responsabilidad individual por las acciones de cada uno; en la autoridad absoluta de Dios sobre el destino humano y en la vida después de la muerte”.
“¿Y los cinco pilares del Islam?.” “Los cinco pilares vienen a ser como la forma de vida de los musulmanes. El primero es la fe, todo en lo que creemos , lo que te he contado al principio. La oración –salat- es el segundo pilar. Nos obliga a rezar cinco veces al día, al amanecer, al mediodía, por la tarde, a la puesta de sol y por la noche; son como cinco parones que determinan el ritmo de todo el día...”.
“¿Y por qué rezáis así?”...Y hago esos movimientos que tanto llaman la atención. “Todo tiene su significado. Cuando decimos `¡Allah es el más grande!´ elevamos las manos a la altura de las sienes para testimoniar el poder absoluto del Dios del Universo, luego inclinamos la espalda como señal de reverencia y nos postramos con la frente tocando el suelo en actitud de súplica. Después nos enderezamos y permanecemos sentados sobre los talones, con las rodillas en el suelo y la cabeza inclinada para manifestar nuestro fervor; también realizamos un movimiento de cabeza, a derecha e izquierda, para saludar a los dos Ángeles”... “¿Has dicho ángeles?”... Mina suelta una carcajada al ver mi cara de sorpresa. “Sí, niña. Los musulmanes creemos en los ángeles.” ... “Y a todo esto, si estás en la oficina o tomando un café... ¿cómo haces?”. “Pues igual. Ojalá tuviéramos una mezquita al lado. Pero si no, cualquier sitio vale”.
No...si valer, vale. El problema es lo extravagante que resulta. Y se lo digo; y dice que ya lo sabe. “El Islam parece exótico, extraño...pero el problema es del mundo moderno, que desliga completamente las creencias de la vida ordinaria.”
Además de la fe y la oración, me explica la importancia del Zakat, la limosna, “nuestras posesiones se purifican dando una parte de ellas a los necesitados”. “¿Tenéis una cantidad estipulada?” “Sí, un porcentaje de nuestras ganancias; en concreto el dos y medio por ciento del capital anual de cada uno”.
El Ramadán es, quizá, lo más conocido. Por eso le pregunto cómo es de estricto el ayuno. “Los enfermos, los ancianos, los que están de viaje y las mujeres embarazadas o que amamantan a sus hijos pueden quebrantar el ayuno; pero deben recuperarlo en un número igual de días. Si no pueden realizarlo por causas físicas deben alimentar a una persona necesitada por cada día que no han cumplido el ayuno”. Uno se queda pensando...Desde el alba hasta la puesta de sol, sin comer ni beber, todo un mes. Durísimo. ¿Y con qué fin? Mina me da una explicación que, por lo menos, hace pensar. “El que ayuna, al abstenerse de las comodidades a las que está habituado, logra una mayor compasión hacia los que pasan hambre; también ayuda a profundizar en la vida espiritual”.
“El quinto pilar es la peregrinación que todo musulmán debe realizar, al menos una vez en la vida y si se tienen medios para el viaje”.
Todo lo que me explica no tiene nada que ver con las bombas humanas, ni con el odio, ni con las masacres que están causando tantas muertes, tanto dolor; de momento lo que advierto son bastantes preceptos y obligaciones. Por ello, Mina puntualiza. “No te vayas a quedar sólo con eso. En el Islam, la intención es necesaria para la validez de todos los actos obligatorios.”...
Tenía que salir, eso sí que era obligatorio y ella lo sabe. “Mina, no te ofendas...” Por el tono intuye que le voy a preguntar sobre la jihàd. Me explica que jihàd significa lucha y que la más importante es la interior, la que cada uno mantiene consigo mismo para lograr la paz de espíritu. En cuanto a la guerra, el Islam permite luchar en defensa propia y en defensa de la religión, aunque matiza “El Qu´ran dice : `Combatid por Dios contra quienes combatan contra vosotros, pero no os extralimitéis. Dios no ama a los transgresores ´ `Si buscan la paz, búscala tú también. Y confía en Dios, porque Él es Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe’ “.
Noto que es un tema del que le cuesta hablar. Porque ama su religión... como yo amo la mía. Miles y miles de musulmanes repartidos por todo el mundo están sufriendo; es un sufrimiento que no se ve, que no se oye. No sabemos de su angustia porque su angustia no hace ruido. Pasan desapercibidos porque son buena gente y la buena gente no es noticia.
Mina me da las gracias por interesarme por ella y los suyos. “¡ Por Dios!; ¡es lo mínimo! ...Y te lo debía”.