domingo, 28 de agosto de 2011

La habitación.


Este verano mis ciudadanas no han parado en casa. La mayor (perdón si se me cae la baba encima del ordenador) se ha pasado un mes acompañando a su abuela paterna en Huesca. Su salud es frágil, la casa demasiado grande y los hijos/nueras nos hemos compinchado para que no esté sola. La una pendiente de la otra. La abuela preocupada por lo que considera que es llevar casi vida monástica, impropia de una chica de 18. La chica de 18, que no llevaba intención de ampliar el número de amistades en la ciudad aragonesa, pendiente de los movimientos de la abuelita. Con un libro y el portátil no cabe el aburrimiento.

La ciudadana pequeña que no es pequeña, tras las huellas de Colón y "colonizada". El verano ha consistido en un suma y sigue de colonias que no se le ha visto el pelo. Aterrizar con maleta, lavar ropa de maleta y volver a llenarla. 

La diferencia entre una y otra es que la segunda se apunta siempre a un bombardeo. Estamos acostumbrados a que parezca los ojos del Guadiana.

Me centro, que si no me voy a perder en anecdotillas. En julio anoté una frase de Virginia Wolf: "No es una habitación propia solamente lo que necesitamos las mujeres para escribir, sino un espacio libre en la mente". Énfasis en el "solamente". Empiezo por ahí. Es imposible abstraerse si me instalo en un lugar de paso. Así que he empezado a elaborar una estrategia para convencer a la peregrina que suele colarse en la litera de la habitación de su hermana. A la flacucha se le adjudicó sin premeditación la mejor estancia de la casa. Un dormitorio con vistas donde  la vegetación se funde con el ventanal y deja huecos para ver el mar. Sol de mañana... ¡Qué desperdicio!  He intentado no dejarme llevar por el impulso inicial y he empezado por cambios de distribución. "¡Qué chula, mamá!", me dijo cuando regresó de su segunda escapada. Pero la cabra tira al monte y ella sigue dándole más importancia a compartir sueño con su hermana mayor. 

¡La tengo! "Habitación propia" para escribir sin interrupciones el tiempo pactado. No es lo más importante, pero en un domicilio de entradas y salidas constantes no deja de ser un punto fuerte.

"El espacio libre en la mente" es cuestión de disciplina. ¡El teléfono! El primogénito con horarios hippies, el que va de tarde a la facultad... Me hago a la idea de que estoy en activo. ¿Alguien me pasaría una llamada mientras estoy en clase de lengua? ¿Algún ciudadano abriría la puerta del aula para preguntarme "mamá, ¿dónde está el polo verde? ". Preguntas retóricas que no precisan respuesta.

Caliento motores. Tengo 50 años y estoy como una botella de cava que reventará y se cargará algún objeto si no la descorcho. Son los frentes abiertos que se lamentan porque no los termino de cerrar. De momento ya tengo el diseño del objetivo. Ha empezado la cuenta atrás para iniciar una carrera de fondo el día que empiecen las clases. ¿Seré capaz de cumplir lo que me he prometido?

18 comentarios:

Ana, princesa del guisante dijo...

Sunsi, yo me he dado cuenta que el silencio que necesito para descorchar mi botella no es exterior, sino interior. Hasta que no se callan los ruidos de mi cabeza las palabras se empecinan en no salir. Y cuando salen, ya puede haber gente y ruido, que se me escriben solas.
(no te he servido para nada,creo)

Te felicito por tu admiración hacia tus hijas, porque realmente la merecen. Y no dudes que sus alforjas no se vacían cuando se dan a los demás. Es entonces cuando se llenan.
Un beso

sunsi dijo...

Completamente de acuerdo, pesoleta. Viene a ser lo que Virginia Wolf denomina "espacio libre en la mente", alejado de las resonancias que invaden el interior y no te dejan avanzar. Sí me ha servido, Ana. Lo que sucede es que ese silencio me cuesta conseguirlo. Tengo que afianzarlo con aislamiento. Quizá es porque somos una panda de parlanchines.

Lo de mis hijas...es que las adoro. También a ellos. Como a la mayor ni se le ocurre entrar en el blog, te puedo decir sin que engorde su ego que gracias a ella la abuelita ha estadon atendida, arropada y feliz en la casa donde nació. No había nadie disponible en julio para ir a Huesca. Ha renunciado incluso a un canguro "suculento". De la gente joven también se aprende, sobre todo generosidad. La otra es una lagartija. La cortas por la mitad y sigue moviéndose. Tremenda. Quiere ser periodista. Como no para hasta que consigue una respuesta, tal vez le vaya bien en este campo.

Muchas gracias por tu cariñoso comentario, Princesa.

Un beso dominguero.

MO dijo...

Claro q si, después de lo malo viene siempre lo bueno! Me alegro de tu nuevo espacio, y espero q te ayude a retomar muchas más cosas q el blog.
En cuanto a tus niñas... Q te voy a decir!!!

sunsi dijo...

Ay, Marteta que ahora caigo que te debo una "lectura"... Los tiros van por ahí. Tengo que cerrar un frente y empezar otros que me rondan y precisan una atención algo más profesional.

Muchas gracias, Marta.
La niñas... bueno... es que se comeríam con patatas a tus fetuccinis. No me extraña. Son comestibles.
Ciao , bella Ragazza. Un bacio.

Susana dijo...

Yo también tengo dos niñas, no tan niñas. Mi mayor es la más movida y la pequeña la más casera. Tengo un chico que no pasa mucho por la universidad. Qué gracia, cómo coincidimos.
Por cierto, siento lo de tu verano con Roca. Un beso.

sunsi dijo...

Ya lo vengo observando en algún post, Susana. Edades "moviditas", ¿verdad? Ya no los perseguimos como cuando eran enanos, pero los seguimos con un ojo abierto y el otro cerrado.

Un beso, compañera de cuitas.

tomae dijo...

... Me hago a la idea de lo que cuentas de tus ciudadanas y por lo que las conozco, me parecen estupendas!

Lo del espacio nuevo, si te va mejor adelante aunque siempre pienso que en un principio todo fluye pero al final todo confluye... Es como si vas de pesca a un río u a otro pero al final te das cuenta que su caudal acaba en un mismo mar...

Feliz Domingo Agustina!!!

sunsi dijo...

Tomae/Agustino... Tu buen "olfato" se confirma. Lo digo por el comentario de las ciudadanas y tal y cual.

En cuanto al tema del rincón aislado, tiene su razón de ser. Suelo escribir en una punta de la mesa de comedor... un lugar de paso. La ciudadanía de la república debe de pensar que facebookeo o algo parecido. Dado que solo me queda la pequeña en edad escolar, la sala de estar es como la Rambla. Allí no puede fluir ni un afluente de riachuelo. Vamos, que el asunto está más seco que el Francolí. Ya puestos en temas filosóficos y para honrar a Santo, si se diera el caso de que fluyera, como dijo Heráclito "NADA PERMANECE" ;-))))))))))))))))

¿Conoces aquel poema de Quevedo?
Voy a tu blos y te lo pego.
Hasta ahora, broder.

sarracena infiel dijo...

Final de verano y conclusión, propósito de vida nueva y una realidad: la bondad, NO es lo mio.

Ergo, la alforja llena y vacía a impulsos de la adoración fraterna, me suena a palabrería de monja trentina; o sea, pura apariencia y poco fundamento.

En todo caso, allá cada cual, con su opinión y su visión del mundo; no soy nadie para afear, reprochar o criticar ajenas égloglas pastoriles.

By the way, hedbanna, capaz eres, me temo que ambas nos encontramos ante una esencial disyuntiva vital. De entrada, has encontrado la habitación con vistas; el resto, vendrá solo.

Con Dios.

Mariapi dijo...

¡Cuánto me alegro, Sunsi!.
Un hueco "protegido" es un privilegio que te mereces...¡adelante! Suena a "ilusión", y no sabes cuánto me gusta eso...

Un besote.

sunsi dijo...

Tu primera afirmación hay que matizarla, Sarri. Como no te gustan los bombos, no me extiendo. Pero jamía... después de lo que llevo observado verano tras verano, DISCREPO. Y discrepo con fundamento.

Imagino conversaciones del tipo:
¿Cómo vas?, ¿Te has podido encerrar hoy? ... Sí señora. Con asuntos distintos pero la cosa va de encierros con cartel en la puerta: "NO MOLESTEN" "RESPETEN EL SILENCIO" Como el comer y el rascar, todo es empezar. Pero hay que empezar. Me comprometo a ser tu fiel guardián. Y de cuando en cuando ir a estirar las piernas con una caminata por la playa.(Tengo un mono de arena mojada...) ¿Hace?

Con Dios, hedbana.

sunsi dijo...

Mariapi, siempre tan generosa...No sé si me lo merezco. Nadie es buen juez de uno mismo. Lo que sí sé es que me ayudará para llevar a cabo algunos proyectos. Como eres Mater, has pillado enseguida que me hace muchísima ilusión poner patas a ideas que llevan revoloteando en mi cabeza y no hay manera de arrancar.

Gracias, Mariapi. Un beso fuerte, extensible al pájaro que ha volado...

Modestino dijo...

Pues en Huesca ha hecho un calor de narices .... pobre y meritoria ciudadana¡¡¡

Unknown dijo...

Querida profe, lo que tú necesitas no es otra cosa que la compañía de tus hijos/as.
Biquiños

Driver dijo...

Todos tus hijos son bastante guapos.
Algun@s incluso se salen.
Ayer, mi Sarita me preguntó:
"¿Por qué son tan guapos todos los hijos de Sunsi?"
Y le respondí lo primero que se me ocurrió.
"Porque los papás son guapos y la mamá tiene sangre fresca de un lugar que se llama Irlanda".
Entonces intervino Pilar y le preguntó a Isabel:
"Mamá, ¿por qué no te casastes con un señor guapo de la Irlanda ésa?"

¡Estas niñas se fijan en toooodo!

sunsi dijo...

No creas, Modestino. Por lo visto el julio fue bastante llevadero. Luego ya no. Y el calor de Huesca es calor de verdad. De ese que no puedes ni dormir. ¿Qué te cuento a ti que no sepas?...

Un saludo, Modestino

sunsi dijo...

Querida galleguiña... Yo por ellos ...¡mato! como Belén Esteban;-)))) Pero ... Bueno, n día te cuento. Ojalá fuera todo tan sencillo.

Petonets, guapa.

sunsi dijo...

Driver, "cuentista"...Yo creo que exageras un poco, ¿eh? Son majetes, sobre todo por dentro.
Esta Pilar es la monda. Con lo discreta que es ella... Me cuesta imaginármela con una salida así. En cambio, de Sarita me lo espero todo.

Lo del ascendiente irlandés le ha calado al primogénito. Su nombre artístico es Styles. Explotando los orígenes. Otro que tal baila.

En fin, camarada. Estaba pensando que cuando seamos más mayores-ahora somos unos jovenzuelos- contaremos batallitas de los hijos y no darán las tantas y monas. Me hace ilusión pensar que nos seguiremos reuniendo. Por lo menos una vez al año...

Os echo de menos...