Pensaba hace unos días, escuchando una de tantas arengas sobre el amor en abstracto... cómo dar con una definición de amor sin convertirlo en un estatua de mármol. "Amar es, principalmente, recordar". Me gusta esta idea. No es pétrea ni confusa ni algodonosa. Así, sin darle demasiadas vueltas, recordar es como devolver al hoy lo que reposa en la memoria. Actualizar cada día lo que pertenece tanto al antes como al ahora. Sólo tienes presente a quien quieres llevar contigo, al objeto de tus pensamientos... de tus afectos. Tienes presente, siempre en presente, a quien no quieres que caiga en el olvido porque buscas y deseas ininterrumpidamente el calor de su compañía, sus palabras, su letra, su rostro...
Tiene sentido. Se me ocurren ejemplos que no se entienden cuando alguien ama:
No te digo que te quiero... Ya lo sabes. Para qué repetirlo.
No te beso, no te abrazo... Te achuché demasiado cuando eras bebé.
No te llamo. Sé que supones que me acuerdo de ti.
No te felicito. Tú y yo tenemos feeling... aunque no nos hablemos.
No te pido una cita. Ya sé cómo es tu rostro. Y guardo tu fotografía.
No lloro ni río contigo ni por ti... Con tu llanto y tu risa es más que suficiente.
¡No!. Disculpa tanto no ... Francamente, he caído en la cuenta de que no te amo. Si te amara: te lo diría hasta quedarme sin saliva; te abrazaría y no contaría los besos; te llamaría ... porque querría oír tu voz, que menos da una piedra... Y si murieras... querría resucitarte aunque sé que deberé contentarme con manosear tu fotografía o echar mano de esos vídeos antiguos.
No te digo que te quiero... Ya lo sabes. Para qué repetirlo.
No te beso, no te abrazo... Te achuché demasiado cuando eras bebé.
No te llamo. Sé que supones que me acuerdo de ti.
No te felicito. Tú y yo tenemos feeling... aunque no nos hablemos.
No te pido una cita. Ya sé cómo es tu rostro. Y guardo tu fotografía.
No lloro ni río contigo ni por ti... Con tu llanto y tu risa es más que suficiente.
¡No!. Disculpa tanto no ... Francamente, he caído en la cuenta de que no te amo. Si te amara: te lo diría hasta quedarme sin saliva; te abrazaría y no contaría los besos; te llamaría ... porque querría oír tu voz, que menos da una piedra... Y si murieras... querría resucitarte aunque sé que deberé contentarme con manosear tu fotografía o echar mano de esos vídeos antiguos.
"El mundo gira tan deprisa"...
que el amor se olvida
porque no queremos gastar tiempo para re-cordar
Un mimo para María, que se avecinan los trimestrales. ¡Ánimo, princesa!
23 comentarios:
Hablando del amor...
Dice un amigo mío, que a las mujeres no hay que comprenderlas.
Hay que quererlas.
...
Eso dice mi amigo.
Bueno, Driver... Un poco de cada. Dicen también que las mujeres se comprenden a sí mismas mientras hablan. Y se supone que no hablamos solas.
A mí, si nadie me toma en serio cuando explico algo o se hacen los suecos y nunca se esfuerzan por comprenderme... No sé qué decirte. Que mando al/la susodicho/a, sea quien sea, a freír espárragos.
Comprender va en el lote de "las cosas del querer". ¿O qué?
Dile a tu amigo que se lo replantee.
Se lo diré de tu parte cuando lo vea.
De momento creo que ya no vive con su señora.
Tal vez le faltó comprenderla, aunque la quisiera.
...
¡Uf!, ¡cómo son!, ¡las cosas del querer!
Dinamita en estado puro.
Si se calientan no explotan.
Pero si se prenden...
¡BBBOOOUMMM!
El amor –dice la etimología– es la primera parte de mi oficio; la segunda es el conocimiento. Eso define la filosofía; así que hoy no existe discrepancia.
No hay amor sin la decidida voluntad de comprender, saber y descubrir a quien se ama. Y como este “quien se ama” es “persona”, el territorio de la investigación es inagotable. Claro que esto no lo piensa todo el mundo. En realidad, lo piensa muy poco mundo. Por eso se “cansa” tanta gente de su esfuerzo, porque se cree muy lista o porque ven al otro como una hacienda limitada en la que ya nada hay que comprender, saber o descubrir.
Y, claro, pasa lo que todos sabemos que pasa: una combinación de soberbia intelectual (“aquí no hay nada nuevo para mí”) y de cosificación (“reificación” es más técnico, pero más pedante) de la persona del otro (“…ese ‘objeto’ que me sé de memoria y ya no da más de sí”).
¡Qué cosas!
Un saludo de los de siempre.
P.S.: Por cierto, para mí amar no es sólo memoria –que también–, sino empecinamiento de acrecentar esa memoria; es decir, seguir queriendo descubrir al otro, que siempre es mucho más de lo que uno jamás supuso.
Para María, esperando le de suerte en los exámenes.
EL SECRETO DE ARISTOTELES
Todo el mundo andaba buscándole.
Y cuando digo todo el mundo, digo todo el mundo.
Había encontrado el cuarto libro de Aristóteles, el que hablaba de la risa, el libro más buscado en la historia de la Humanidad.
Lo encontró de casualidad, y lo escondió en una isla.
Nadie pudo arrancarle nunca el secreto.
Le habían ofrecido de todo: riquezas, honores, sabiduría.
Nunca descubrió su secreto a nadie, hasta que un día ocurrió un suceso extraordinario...
…
Tomaba un café con un amigo en una terraza de la ciudad.
Éste esperaba a una compañera de trabajo.
El mundo se paró.
En ese preciso instante en que ella llegó.
En ese momento en que sus miradas se cruzaron.
El mundo se paró.
Hermosa como un atardecer.
Embriagadora como las olas del mar.
Él sonrió.
Ella bajó la mirada.
Pasaron una agradable tarde de charla.
Él trataba de hacerla reír.
Ella no reía nunca.
Se le anocheció el alma.
Aquella mirada que no reía le estaba volviendo loco.
Se vieron otras veces.
Se encontraron en múltiples situaciones.
Nunca la vio ni tan siquiera esbozar una sonrisa.
....
Y entonces se dio cuenta.
Tenía que desenterrar su tesoro.
Tal vez en el libro de Aristóteles encontraría la forma de hacer reír a la chica.
Removió Roma con Santiago.
Tiró su escasa fortuna por la borda y se fue a la isla donde había escondido el libro.
...
Al llegar a la posición secreta, al llegar a la longitud y la latitud exacta, se encontró con una sorpresa...
La tierra estaba removida allí donde había guardado el cofre con su libro...
Cavó con sus propias manos hasta encontrar la cajita de acero.
La cerradura estaba forzada. La caja estaba abierta.
....
En su interior una foto de ella.
Sonriendo.
El corazón se le escapó por la boca al verla.
Sus manos, temblorosas, cogieron la nota que ella había dejado y que decía....
"Soy una ladrona.
Te tendí una trampa.
Te robé el cuarto libro de Aristóteles, el que trata de la risa, ése que han buscado tantas generaciones de hombres. El texto que todo el mundo quería tener, pues se supone que contenía las bases de la felicidad absoluta.”
…
Pero resulta que el libro no contiene ni textos, ni dibujos.
Tan sólo hay una dedicatoria extraña en la primera página.
"Entierro este libro aquí, hoy 12 de marzo del 2.000, para llenarlo con las historias que viviré con la mujer más maravillosa del mundo, aquella que deje que le enseñe a sonreír".
Y después, tan sólo, una firma.
Si recuerdas a alguien, el afecto está ahí. Pero ese amor que quieres definir lo identifico con cierta sed que nos ocurre, esa necesidad de conocimiento del otro... Y es independiente de la reciprocidad. La reciprocidad es necesaria para proyectar un futuro, para poder realizar algo al lado de alguien que quieres. Pero para quererlo, para quererlo no. Yo aún sigo queriendo a personas que ya no están en mi proyecto.
El amor lo identifico más con esa necesidad de saber, de conocer y reconocer al otro... creo que Antonio lo ha descrito muy bien, independientemente de si se da la reciprocidad o no. Quieres a alguien, y quieres saber... de ese amigo, amiga, padre, madre, hermano... aunque es cierto, siempre los recuerdas.
Yo me recuerdo a mí misma preguntándole a mi padre, a mi madre, sobre anécdotas de su infancia... "cuéntamelo de nuevo, aunque sea repetido". También me reconozco en esas personas a las que les encanta ver las fotos de la gente a la que quiere, fotos de su niñez, de su adolescencia... poder visitar esa ventanilla de recuerdos que es una foto. Esta enorme curiosidad sólo se me aparece cuando estoy al lado de personas a quienes quiero... sólo entonces. Y nunca me pregunto si existe reciprocidad. No sé... no le doy tanta importancia. Quizá esté equivocada... o no.
Cuando se quiere, se quiere y punto. Te quiero libre. Y líbremente, te quiero. Todo un misterio, si te pones a pensar...
Un abrazo Sunsi.
Se me quedan los dedillos pegados a la tecla con tanto baboseo ¡por favor!
Con tanto recuerdo, tanto floreo, tanto, tanto, tanto.............
¡Jesús, María, José!
El movimiento se demuestra andando, colegas.
Hala, andad con Dios
Vaya Sunsi!
...
Me reconozco más en el "no te digo que te quiero, no te beso, no te abrazo..." que mal rollo no?
...
Demasiado deprisa voy para re-cordar, tú crees?
María guapa, mucha suerte!
Besitos
Bego
Sarracena, os amo.
¿Como decís mi señora que se demuestra el movimiento?
¡Recordad que os presenté al maitre del restaurante "el cielo", como mi prometida!
En algunos paises esto se consideraría un matrimonio en regla.
¡Oh tempora, oh amore!
...
Recuerdo a capitán ( mi otro amor).
¡Oh triste de mí!
¡mi corazón repartido como bocata de chorizo en recreo de secundaria!
Hala.
Ando un poco espesa ... Disculpad el retraso. Creo que no acierto a tocar las teclas adecuadas. Pero lo intentaré..
Querer es a veces recordar, otras es aguantar, otras querer estar, querer querer. Otras veces querer es sacar fuera lo que siento, o callarlo, o esperar, o renunciar, o pelear, o seguir, o abrazar, o no hacerlo, otras dejarse llevar, fiarse.
No tengo teorías que sirvan para el amor.
Sí que espero ser comprendida. Pero comprendo que no me comprendan. También se puede querer sin comprender.
Recordar es para mí un ejercicio para mantener vivo el amor, una forma de renovarlo.
¿Por qué es tan difícil hablar de algo que todos decimos hacer?
Y a María: una madre que mima en los trimestrales es lo más...supongo que lo sabes.
Animo.
Antonio... La cuestión es que me gustó el enfoque. Devolver al presente. "Te amo, estoy contigo, te recuerdo, vigilo..." En presente siempre; para no dejar que las pequeñas cosas que hacen que el amor siga vivo acabe en el vacío del olvido.
En realidad... es sencillo amar. Querer y querer querer. Con las cuatro cosillas del día a día. Y aun cuando esas cuatro cosillas se tuercen y un viento se lleva el tejado...y el mar azota las paredes y te quedas a la intemperie.Qué paradoja... no tienes frío. Porque el amor sigue vivo.
Gracias por tu comentario. Siempre enriquecedor.
Saludos cordiales.
Qué bonito, Driver. Tú te debes de haber comido el cuarto libro de Aristóteles. A mí siempre me haces sonreír. Tienes la capacidad de hacer que el que te lee se sienta acogido y sonría aunque esté llorando.
Dios te bendiga, colega.
Querida Ana. Me parece que eta vez no he acabado de pilllar la idea. Bueno. Da igual...
Re-cordar... entre otras cosas. Sólo pretendía escribir ese aspecto de la "cordura". La reciprocidad sí creo que es necesaria en ese amor del "uno y una" para que puedas añadir "para siempre". Otras veces es un pozo donde vas volcando ...volcando... No sabs si el dueño del pozo se entera o no. Incluso, a veces te dice ¡para!. No quiero más. Y sigues porque Quieres... Eso suele suceder con los hijos adolescentes. No puedes dejar de quererlos aunque ellos estén levantando un muro... o se vayan lejos. Sigues arrastrándolos en tu corazón y los devuelves al presente.
Te quiero... libre y desde mi libertad. Por supuesto, Anita. Sin libertad es imposible amar. ¿Alguien puede decirse a sí mismo "Tengo que amarte"? Suena incluso estúpido. Cosa muy distinta sería decirme a mí misma "quiero recuperarte". Esta es otra historia...
Un beso, Ana de León
Y yo estoy pegada a la silla, Sarracena. Estudiando la conjugación. Que cuando lleguen mis ciudadanos tendré que saber usar correctamente la segunda del singular, la primera del plural... en presente hitórico, condicional o pretérito indefinido. Ojalá el perfecto. Señal que hay cosas acabadas y zanjadas.
Petardaaaaa
Bego, hija mía, necesitas un abogado defensor. Al revés de aquellos que no necesitan abuela. No me lo creo...
Le diré a María que le mandas besos. Está repasando mates con Artur. Mañana empiezan lo trimestrales. Yo no recuerdo haber vivido así, con angustia, la etapa de exámenes. En fin. O empiezo a ser vieja o mis tiempos no tienen nada que ver con éstos.
Muchos besos, Bego.
¿Todo bien?
¿Y por qué tú siempre eres tan... clarividente, lolo? Cuesta explicar lo que decimos hacer, se supone que hacemos o querríamos que así fuera. Efectivamnte. Estoy de acuerdo contigo. A la vista está que tratados, poemas, novelas... sobre el tema del amor se han escrito, se ecriben y lo que queda... Porque no podemos vivir sin amar. Creo... Y tampoco sin ser amados. Cómo lo definimos o entendemos es otro asunto.
No añado ni una coma a lo que has escrito. Sólo alargar un poco tu afirmación: "También se puede querer sin comprender." Porque es la razón para acabar de completar lo que le comentaba a Ana. "...en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad ..." A veces te toca la cara "fea", la que no hubieras imaginado nunca. Y seguir conjugando el verbo amar sin acabar de comprender creo que es cuando el amor madura, deja la etapa adolescente y crece, da un salto de calidad. En el matrimonio, en el amor fraterno, en la amistad. No comprendo en estos momentos, pero te quiero. Cuesta. Son momentos en los que te guías por la confianza. Y echas mano más que nunca del re-cuerdo. Bueno... Éste es mi punto de vista. Y cuesta. Hasta que no se vuelve a iluminar la estancia, todo es cuesta arriba. Y va, tira, que el verbo aún sé conjugarlo.
Gracias, lolo.
Querida amiga Sunsi.
Me vas a permitir un comentario imprudente y fuera de lugar.
Una historia de desamor.
Acabo de ver un noticiario, donde el actual gobierno español salía sonriendo al haberse aprobado hoy los primeros pasos para sacar adelante la nueva ley del aborto.
Vale.
He cogido mi DNI y lo he guardado en un viejo catecismo, en la página donde dice "no matarás".
A partir de hoy pienso identificarme con mi carnet de conducir.
Pagar como extranjero para entrar en el Museo del Prado.
Viajar por la península ibérica tratando de entenderme en francés o inglés.
Hoy he dejado de ser español.
Mi conciencia no me permite aguantar tanta chorrada.
He llegado a mi límite.
Ruego no te dirijas a mí como español.
Renuncio.
Amigo, camarada, Inquilino...
Lo he visto en las noticias del mediodía. Aunque caiga en el tópico ...hoy se empieza a escribir "La crónica de muchas muertes anunciadas".
Hoy... un miserere.
Hoy...un requiem por todos los que ni sabremos que serán asesinados ...
Una oración por todo ellos.
Y un puñetazo en la mesa...¡de impotencia!
Sólo una aclaración semántica sobre lo que yo decía. "Comprender" no es lo mismo que "entender" (tampoco, "saber" o "conocer"). "Entender" es desmantelar un problema, que por lo tanto deja de ser problema. "Comprender", sin embargo, es, según la R.A.E., "abrazar, ceñir, rodear por todas partes una cosa; contenerla incluirla en uno." Es decir, "abrazarse" al problema. Se usan como sinónimos, pero no son lo mismo. Yo me refiero al sentido puro del término, al primero. Por eso disiento modestamente de que pueda quererse a nadie sin "com-prenderlo"
Un saludo
Gracias por la aclaración, Antonio.
Enmienda parcial: "También se puede querer sin ENTENDER." No es una teoría. Podría apuntar casos en los que es así. Pero me lo guardo... Está escrito en un cuaderno de tapas azules.A veces lo releo para que no se me olvide.
Un saludo cordial. ¡Es viernes!
Venga, para que no digáis luego que soy petarda:
http://www.youtube.com/watch?v=PeXz_Evm4Vo
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