...por todas las víctimas del terrorismo.
“Yo quiero ser llorando el hortelano/de la tierra que ocupas y estercolas,/compañero del alma, tan temprano” (...)
“Un manotazo duro, un golpe helado,/un hachazo invisible y homicida,/un empujón brutal te ha derribado”. (Miguel Hernández)
Así, sin más. Pasaban por allí. ¿Y por qué allí?¿Y por qué a ellos? ¿Dónde es ALLÍ? Allí es culquier rincón del País Vasco, allí es Madrid, allí es Atocha, El Pozo del tío Raimundo, Santa Eugenia, cualquier lugar... pero también nuestra casa, un trayecto de todas las mañanas elegido al azar, el quiosco donde alguien compra el periódico, el bar donde unos estudiantes se toman un café cargado porque hoy hay examen, el autobús lleno de niños que se dirige a la escuela.... Allí pudede ser aquí; allí podemos haber estado todos.
“Temprano levantó la muerte el vuelo/temprano madrugó la madrugada”.Temprano, en hora punta de cualquier día... o a medio día o cuando anochece... en cualquier calle de cualquier ciudad. Da igual. Todos tomamos el tren de la vida. Y sin previo aviso puede decir basta... y se rompe. Como si la tierra pudiera engullir de vez tantas vidas, proyectos, ilusiones.
“Tanto dolor se agrupa en mi costado/que por doler me duele hasta el aliento.”
Sus restos abonan cada rincón para que florezca más dolor si cabe. Su dolor, el de los que lloran a los que no están. Y nuestro dolor porque no nos da la gana dejar de sentirlo, porque ellos podrían haber sido nosotros. Más... Porque ellos somos nosotros.
“Y siento más tu muerte que mi vida”.Y siento que tu muerte hace que cuestione las prioridades de mi vida. Y siento como nunca la brevedad... la fugacidad del tiempo. Y pregunto si tu muerte puede servir, al menos, para que mi vida sea algo más que unas manecillas de reloj que nunca se detienen; si dejo siempre para mañana esa solidaridad que nos urge hoy... porque no sabemos si habrá mañana.
“A las aladas almas de las rosas /del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas(...)
Cosas que nos quedaron pendientes la última vez que nos vimos, aquello que no nos dijimos porque teníamos prisa, el apoyo que no supe darte porque ni me acordaba de que pasabas un mal momento, la sonrisa que no te dediqué porque estaba de mal humor y me dolía la cabeza y cuando no te escuché porque solo me preocupaban mis cosas... Para ti, mil minutos de silencio...
(...) compañero del alma , compañero”.
17 comentarios:
Yo empiezo a dudar que el silencio sea lo que nos haga falta. A lo mejor habría que gritar fuerte para averiguar quién dió las órdenes para que pasaran esas atrocidades ese día.
Estuve allí, reformando un colegio a quinientos metros de Atocha, en la calle Peñuelas.
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Dos imágenes tan solo.
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Imagen 1:
Acceso al hospital Gregorio Marañón.
Zona de urgencias.
Accesos de ambulancias.
Una cola de unas cincuenta ambulancias, una tras otra, intentando descargar heridos.
Yo conducía en sentido contrario, y los relámpagos de las luces de emergencia de las ambulancias se clavaron en mi mente.
Me quedé aturdido.
Sólo el miedo a pegármela hizo que me fijara en mi carril, y que apartara la mirada de aquel fuego de luces rojas y amarillas.
Luces rojas y amarillas, que me dejaron mal.
Francamente mal.
Imagen 2:
Atocha, quince días después.
Sábado por la mañana, iba a un museo.
Fin de las tareas de desescombro.
Una enorme grúa cargaba en un enorme camión de transporte especiales, un vagón.
No voy a describir cómo estaba el vagón.
No.
Sólo que me di la vuelta y me volví a casa.
Ese día no tenía ganas de museo.
Me las quitaron de un golpe.
...
Tendré que vivir el resto de mi vida con esas dos imágenes.
Y en mi caso, el tema de las imágenes, es muy serio.
Me rompen el alma.
...
Ojalá no hubiera visto nada.
Pero lo ví.
...
Estuve allí, a quinientos metros, reformando un colegio para niños de preescolar.
Pesoleta... Esta es otra. La mayoría de los españoles creemos que se ha ocultado la verdad. Vamos a ver ... qué sale de este juicio.
Un beso, Princesa.
Hoy, la duda sobre lo ocurrido sigue siendo evidente. También Uno se vergüenza de la capacidad de la clase política para utilizar cualquier circunstancia que pueda ser traducida en número de votos a favor o en contra. Manipulación sin escrúpulos.
Aún hoy, el dolor está ahí.
Driver... Recuerdo cómo lo contaste. Y cuando estuvimos en Madrid nos enseñaste uno de los epicentros.
La fecha del triste recuerdo ha coincidido con el Tsunami de Japón. Más recuerdos sangrientos que se suman al día de hoy.
Un saludo, camarada...
¡Colombine! Qué alegría... y , a su vez, qué día ...La huella profunda que ha dejado el 11M... Japón.. Quiero pensar que los hechos se esclarecerán...Quiero pensar que saldrá a la luz lo que se ha ocultado y se podrá hacer justicia. Por las víctimas, por sus familiares y por la credibilidad de nuestro Estado de Derecho.
Gracias por pasarte.
Saludos cordiales.
Mi primo tuvo que ir a reconocer a su compañera... era su tatuaje, era ella.
Es un horror, es desesperante.
Somos tan frágiles.
No logro comprender qué se gana matando, ni cómo alguien puede decir "ahora" y pretar un botón que arruinará la vida de tantas almas inocentes.
Driver, te entiendo, yo no estuve allí, pero se me partió el alma cuando lo ví.
Bicos
Me uno a vuestro sentimiento; fue un día durísimo, incluso para quienes lo veíanmos a distancia.
No estoy muy confiada en conocer la verdad de lo que pasó...pero hay que recordar y rezar por tanto dolor.
Gracias por recordarlo, un beso.
Hola, soy uno de los hijos de paterfamilias. Me gustaría decirte que en Torreciudad conocí a tu hermano Juan Emilio. Si me quieres responder algo hazlo en el blog de mi padre. Gracias.
Mi.
Estremecedoras la poesía, tus palabras y el momento.
Un abrazo cielo.
Sunseta! en un vagón de tren, en un terremoto...distintas causas pero iguales masacres. Bonito recuerdo para todos ellos y sus familias. Besos
Todo mi apoyo y oraciones a las víctimas de esa y otras masacres.
Disculpad que os responda a todos a la vez. Gracias por vuestros comentarios ...leles, Modestino, Mariapi,Marina, Marta y Tomae.
Esperanza de que jamás nadie trunque la vida de nadie ni al azar... ni arbitrariamente... ni deliberadamente. Ya sé que es una esperanza utópica. Pero ojalá que nunca nos falte...
Con ellos, contigo..
Le rezo.
Besos.
Sigo creyendo que no sabemos lo que sucedió realmente ni quién está detrás de ese atentado. Cualquier muerte que no sea por causa natural me parece terrible, pero si encima le toca a gente que no estaba involucrada en nada, que iban a trabajar... entonces no comprendo nada. Puedo comprender los riesgos de ser un militar y morir en una guerra. Puedo comprender ser médico o enfermera y sabiendo a diario que pones tu vida en riesgo porque puedes contraer una enfermedad mortal, son lo que dice, profesiones muy crudas donde se sabe que se puede morir y aún así tampoco las acepto, pero esto, esto solamente tiene el más terrible de los nombres: Injusticia. Nada sanará la ausencia de esas personas y menos en lo que se convirtió este país unas horas después antes de las elecciones. Aún siento vergüenza por todos los hechos que se sucedieron en esos días. No, no lo olvidaremos jamás. Un buen amigo murió en ese tren y con él, su mujer y sus dos hijos que nunca han vuelto a ser los mismos. Una parte de ellos explotó en mil pedazos también.
Un beso, Monty. Gracias.
Lisset... solo porque pasaban por allí, porque les pilló en su trayecto de cada día. Yo también tengo una experiencia cercana. Un amigo libanés que reside en Ceuta sabía que su hijo cogía todos los día ese tren. Las líneas colapsadas. Horas de angustia sin noticias ... Pero él fue afortunado. Lo salvó un cambio de planes puntual. Amarga fortuna porque no puedes dejar de pensar que los habituales de tu trayecto murieron... porque sí.
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