Post-Epifanía...

Todos los blogs vecinos habéis tenido un detalle con SSMM. Y yo con la rosa roja colgando. Brasevisto... El remordimiento me corroe. Pobres Magos... Con lo bien que se han portado y no los he mentado.

Ayer me dediqué a recoger los adornos de Navidad, las postales que rodean la repisa del hogar y vuelta a colocar esas dos fotografías del jefe y la que escribe cuando éramos jóvenes... el Misterio de la entrada... las velas ... un Papá Noel que hizo Blanca hace unos cuantos años...las bolitas plateadas colocadas  con cuidado en una planta grande que hace las veces de árbol... Y ya. No me atreví todavía a desmontar el Belén que ocupa siempre la chimenea y sus laterales. La traca final, la Epifanía, no la he saboreado. De casa a la casa de los avis... con una àvia educada en una familia numerosísima, con muchas tradiciones, acostumbrada a ser la salsa de esta fiesta. Yaya guapa... qué buen paje mientras el avi observa satisfecho con esa sonrisa  de orgullo por la reunión familiar y una pequeña dosis de sorna.  

De la casa de los avis a la de los abuelos en Terrassa ... La abuelita está sola. Comemos con ella  y cómo nos acordamos del abuelo. Es ya el cuarto año que no nos acompaña desde la tierra. El abuelo ha dejado un hueco que dudo que ni un regimiento pueda llenarlo. Sucede siempre con personas que hacen y hacen sin ruido, tan sabias que siempre guardan un as bajo la manga, una anécdota... una conversación interesante...y te despides con la cabeza llena de temas para pensar. Gracias, abuelo... Siempre te guardamos la silla en nuestro corazón.

Y de Terrassa a Badalona...chutando para llegar a Misa de 20h. en Santa María. Con los Cachos de Badalona ponemos la guinda. Yo no sé cómo Olga consigue escribir estas cartas tan originales... Siempre sorpresa para todos. Allí sí se vive magia. Porque todavía hay dos peques con ojos como platos saltando de alegría cada vez que se abre un paquete... Y esa copa de cava frío (a Toñín le gusta casi casi helado)  con un trocito de roscón... Volvemos a estar juntos los 12 después de haber estado también juntos el fin de año y el año nuevo en Tarraco... Reencuentro con abrazos otra vez. Nos cuesta irnos... pero tenemos que regresar.

Hoy me he sentado un rato al lado del Belén. Vaya... El Rey Melchor no tiene cabeza y acudo al superglú... No lo desmontaremos hasta el día de la Candelaria. Es un alivio tras el galope de las fiestas que te dejan con ganas de estar un tiempo más contemplando aquella Noche ... un tiempo más para poder guardar, como María, todos los sucesos del Nacimiento en el corazón. Con platos ligeros que desengrasan algún que otro exceso, el recuerdo de la Navidad seguirá presidiendo nuestra sala de estar. Y ahí seguís estando también todos vosotros. Hasta la Candelaria.

Cuelgo la canción que, aunque no es un villancico, ha sonado muchos estos días. A María le ha dado por ahí...