domingo, 8 de febrero de 2009

"Bajo presión" (1)

Es el título del nuevo libro que ha escrito Carl Honoré, el autor de Elogio a la lentitud. Todavía no lo he comprado, pero he leído un extensa entrevista que es el mejor reclamo.
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La entevista... la he engullido. Y después la he leído. Pensaba... Dios mío, ¿se habrá colado este señor en mis pensamientos? ¿Tendrá el don de la empatía? Una de mis hijas, que está en plan "a mamá se le va la olla" (no ofende, os lo aseguro...pasa que es de ciencias...¡pobre!) me miraba con socarronería. Son estas miradas de adolescente que significan "te estás emocionando sola"... Sin ánimo de molestar...¿qué os emociona a las "cabezas cuadradas"? Es una incógnita que aún no he resuelto.
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A lo que iba. Honoré habla de la presión de los niños y puntualiza: "sobre todo en las clases sociales adineradas, la niñez se ha transformado en una carrera contra reloj, y la paternidad ha pasado a ser un cruce de desarrollo de un producto y deporte competitivo; eso implica una presión aplastante y sofocante. Es algo que parte de la cultura del consumo y de que tenemos muchos recursos financieros para invertir en nuestros pocos hijos que queremos convertir en niños alfa".
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Y me sorprende la expresión "nuestros pocos hijos", que no es mi caso y, tal vez por eso, las mil y una actividades programadas en una apretada agenda de niño no son posibles ni por infraestructura - no soy taxista- ni por recursos económicos. El tema de los pocos hijos tiene varias lecturas, varias causas, interprtaciones...
Carl Honoré, sin perder el enfoque educativo, a la pregunta "¿Qué pasa?", responde:
"Que cuantos menos hijos se tienen, más preciosos son y más se rechazan los riesgos; que los apretados programas que todos llevamos nos mantienen separados: cuanto más tiempo pasan juntos las familias, más fácil les resulta a los padres confiar en la capacidad de sus hijos de enfrentar riesgos".
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"Cuanto más tiempo pasan las familias juntas...". Es tan obvio que no precisa explicación. El roce, además de cariño, conlleva conocimiento mutuo, convivencia en la que todos nos manifestamos como somos, diálogo con el que expresamos nuestras alegrías y nuestros temores. Pero para eso hace falta ESO: pasar tiempo juntos. Si no, se substituye la vida natural, rica en matices, en la que se desarrollan las habilidades, las emociones, los conocimientos, los intereses de cada unos de los miembros de la familia ... por un sistema milimetrado, similar al de un ejecutivo, en el que han cabido muchas actividades pero el hogar no se abre hasta la noche.
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No queremos que se equivoquen, les queremos ahorrar cualquier obstáculo que remotamente comporte un mínimo de fracaso... Lo queremos todo atado y bien atado. Se ha llegado a extremos delirantes en los que algunos padres prohiben a los críos salidas en bici por si los frenos se estropean... prohiben excursiones por temor a una caída o "los siguen en coche para asegurarse de que el pequeño está bien"... Honoré comenta que en una escuela de Massachussets se prohibió el "corre que te pillo" porque suponía un riesgo para la salud y en escuelas de Canadá y Suecia ya no se juega con bolas de nieve "por cuestiones de seguridad".
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Al niño del siglo XXI se le cría en cautividad (..) se le encierra en espacios interiores y se les traslada de un sitio a otro en el asiento trasero de un coche".
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¿Habrá un punto medio?, le preguntan. Y casi cierro los ojos para no leer lo inevitable. "En nuestra cultura parece que sólo hay dos caminos: o nuestro hijo va a la mejor universidad, toca el piano y es seleccionado para el mejor club de deporte, o es un desgraciado. Es una filosofía que afecta a todo, el cuerpo tiene que ser perfecto, las vacaciones, los dientes..., es una presión feroz"
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¿Quién se desmarca? ¿Quién se rebela? Quien lo ha intentado conoce lo que significa - la expresión es muy catalana- "hacer piña". Pero también sabe que le tildarán de "incauto", "irresponsable" y demás lindezas de este estilo.
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Dejo para el próximo post el tema del sistema educativo. No tiene desperdicio.


14 comentarios:

Antonio Azuaga dijo...

El problema, el verdadero problema es la deformación, el desmoronamiento cultural. No me refiero a tópicos de común aplauso, no a los que viniendo de donde nada es posible llegan a la portentosa maravilla donde el paraíso es su imposible posibilidad. Me refiero a la sociedad aborigen, la que pretenden dividir en ciudadanos alfa y épsilon. El más y el nada, sin betas ni gammas siquiera. Sólo sistema nervioso especializado y miembros de soporte vigorosos y agresivos. Ni ojos para llorar, ni bocas para decir, ni corazones para enamorar. Sólo eficacia funcional y triste para dirigir; sólo extremidades burdas para progresar y para golpear. Yo trabajo con muchas de éstas; sus familias no tienen que ver con las de tu entrada: no hay tiempo de pasar juntos, ni dónde ni con quién pasarlo. Las horas de especialización de su prole se hacen en la calle, en el barrio, en la panda… ¡En la barbarie! Configuran sus horizontes en la televisión y conforman su axiología con los desechos de ésta. Su "presión" es selvática. Yo trabajo con “unidades épsilon” que mercadean con el “soma” en cuanto me distraigo. Se las quiere brutas y embrutecidas. Otros lo hacen con unidades alfa a las que se embrutece de modo diferente. El proyecto es el mismo porque a las dos les falta cuerpo, les falta el resto de humanidad.

Perdón por la acritud, Sunsi, pero llevo demasiados años mirando este paisaje. Y cada vez me gusta menos. Probablemente, ya nada.

Un saludo.

sunsi dijo...

De acritud nada, Antonio. Al revés. Afortunado comentario y afortunado este blog por haberlo escrito aquí.

Alfa o épsilon (yo también he trabajado con ellos) el problema es el mismo...son las dos caras de la misma moneda. Fíjate que ambas son abandonadas de formas opuestas, pero abandondas al fin y al cabo. Cuando termina el día duermen en una jaula o en un castillo. Cenan distinto, el somier está caducado o es de látex... pero la raíz es la misma.

¿En qué punto del espacio y del tiempo se nos olvidó que esos enanos son personas, con afectos, susceptibles de querer descubrir lo que les rodea, con necesidad de ocio sano, creativo?

No tengo más tiempo. Empieza la carrera del día. Luego sigo.

Saludos y gracias

Anónimo dijo...

Hola Sunsi!
Cuánto tiempo!!!...he estado muy ocupada, espero que estés bien. El blog, sigue viento en popa!!!...es muy variado!Está muy bien!!!
Un abrazo
Mariana

sunsi dijo...

¡Mariana! ¡Qué alegría! No sabes lo que me he acordado de ti. Bueno... ¡estás viva! Driver se alegrará también. Recuerdos de posts pajareros... y palomas de las Ramblas de Barna.

Gracias por pasarte.
Un beso.

Anónimo dijo...

Mariana.
Te hemos echado mucho de menos.
Escríbe más a menudo.
Por fa plís.

Mar + ana = Mariana.
Saludos.

Anónimo dijo...

Hola, he meditado mucho sobre esta entrada.

En principio, nada que decir sobre su planteamiento y conclusiones.

Ahora bien, profundizando un poco, se me ocurren algunas reflexiones.

1) Hemos de partir de una premisa real: las madres trabajan en su mayoría.

2) Otra premisa: los padres, hoy, trabajan en su mayoría.

3) Las jornadas laborales, en España, son interminables, salvo que seas una suerte de privilegiado funcionario.

4) Ergo: cada hay menos tiempo para atender a los hijos.

5) Ergo: es más fácil atender a uno, que a dos, que a tres, cuatro o más.

6) Ergo: si papá y mamá trabajan ¿qué es más útil y menos dañino? ¿aprender algo? ¿ver al televisión? ¿colgarse a internet?

Creo que estas son realidades que no debemos pasar por alto y, en consecuencia, no debemos pretender que nuestros hijos vivan de la forma en que nosotros vivimos: no es posible.

Y, por favor, que nadie salga con la tremenda falacia de que no es cuestión de cantidad de tiempo, sino de calidad de tiempo.

Trabajamos, todos, muchas horas y nuestras familias se resienten.

¿Cómo se puede equilibrar familia y trabajo?

Pues no lo se, si tuviera la respuesta estaría por ahí, forrándome a coferencia o siendo ministra de la cosa, en lugar de picapleitos cabreada.

A algunas personas que he oido (conferencias incluso) resulta que cuenta, en su casa, con figuras que, en cierto modo, suplen o palian, las ausencias.

Así que ¿qué quereis? En el fondo, estoy mucho más de acuerdo con Antonio que con otras percepciones, mucho más poéticas, pero que nada tienen que ver con la realidad.

Y, de veras estoy convencida, que poniendolo todo y más, a veces, la diferencia la marca la suerte.

Con Dios, hedbanna rana

sunsi dijo...

Hola, Pepa. He transcrito párrafos de esta entrevista, pero estoy como tú. Lo que dice Antonio, una realidad. Lo que expones tú, analítica hedbana, también. Y que los chavales están bajo presión ... algunos... tú sabes seguro a qué "colectivo" me refiero... también.

Tantas veces no hay respuesta... o no hay fórmulas mágicas. Estamos donde estamos y vivimos el
tiempo que nos ha tocado vivir.

Que haya escrito el post no significa en absoluto que haya encontrado una solución. ¡Ah! y de acuerdo con el rollo ese de la calidad y la cantidad. Si no hay cantidad... no sigo porque es obvio, cae por su propio peso.

Gracias por comentar, Pepa. Echaba de menos esa visión tan tuya.

Anónimo dijo...

Mi querida y analítica Pepa me hace pensar.
Reconozco que le echo más horas a pagar las hipotecas que a mis criaturas.
Y eso es: una chapuza, una vergüenza, un despropósito, una desproporción, un error,una falta de visión y una condena.
Así que estoy más cabreado, circunspecto, atónito y escocido que un camionero sin gasolina en medio de la autovía, con cara de paletillo, recibiendo un sms del banco que le comunica que está en números rojos, mientras que sus hijas le mandan otro sms diciendo que se le ha olvidado que tenían cita en el médico.

D mea culpa.

sunsi dijo...

Voy a coleccionar todos tus pseudónimos...menos éste. Quien hace lo que puede... Dudo que este asuto vaya contigo y con muchos que sí tienen su objetivo en pasar el máximo tiempo posible con su familia. Pero hay que comer... Este mea culpa también lo canta mi marido, pero es que si no lo cantara... nos quedaríamos en la calle.

Saludos, pater familias

Anónimo dijo...

Mi seductor caballero, todos hacemos lo que podemos y, tal y como la hedbanna rana dice, hay que comer y pagar la hipoteca.

No creo que los tiros, todos al menos, vayan por ahí; más creo que se trata de evitar una actitud relativamente frecuente: percibimos a nuestros hijos como una extensión de nuestras personas.

En consecuencia, cuanto más hagan, más éxito tengan, más actividades realicen, tanto más realzan nuestra persona.

Un amigo, inteligente y bondadoso, siempre nos decía que, para ser mejores, lo ideal es rodearse de los mejores y no hacer "comolas bellas damas circasianas, que se rodeaban de feas doncellas para resaltar su belleza"

Hijos "feos", poco "adecuados", socialmente inadaptados, con problemas, dificultades, no hacen sino poner de manifiesto nuestras pérdida de status social y falta de éxito personal.

Naturalmente, todos nosotros, en mayor o menor medida, reproducimos esa pauta de comportamiento, inevitablemente. Representa, quizás, la parte más repobable de nuestra conducta como padres, esa que de forma incosciente transmitimos a nuestros hijos.

Por otra parte, de vez en cuando, Dios Nuestro Señor, en Su infinita misericordia, nos da oportunidades sin fin para aprender, pero hay que estar dispuesto para el apredizaje.

En mi caso, dolorosa y vergonzosamente, descubrí que la mayor parte de mis maternales sufrimiento tenían (y aún tienen) mucho más que ver con esa pauta de actuación que con la realidad, con la verdad y con lo esencial.

Y por ahí andamos, Driver, corazón.

Me da a mí, que mientras sigas siendo un bucanero mediterráneo, bailes con los padres d etus amigos, lleves a Sarita a la peluquería, pongas el camión a todo gas y el ferrari a toda marcha, no tendrás más problemas que .... los necesarios.

y fíjate, todo eso, sin tener que mentar ni a una sola gaviota, lo que ya es un mérito ¿o no?

Smuackssssssssssssss

sunsi dijo...

Hedbana excavadora,qué fantástica eres cuando te pones pesada... pero , por favor, no me pises el siguiente post.....que a este paso me lo pisas seguro.
A ver si lo termino...

Anónimo dijo...

Niñoooooo!
Deja ya de jugar con la pelotaaaaa!
Que eso no se dice.
Que eso no se hace.
Que eso no se tooooooca.
...
Al final me sale el Serrat
...
Y la de mis amigos son unos desalmados..
Se pasan las consignas por el forro
...
Y los domingos,
a pelar hembras
entre Salou y Cambrils.
...
¡Hala, corto y me voy a bailar con la Sarita!.
Man entrao unas ganas quepaquélas prisas.
Voy a poner el volumen del casette a tó gas.
Y que arda Troya, el Ministerio del Interior, y la base imponible.

Deu chiquetas. :)))))))).

Anónimo dijo...

... me ha animado mucho pasar un ratillo por aquí... como siempre.

Máster en nubes dijo...

joé, pepa, lo has clavado, tía. No soy madre así que asisto a esto como espectadora, pero creo que has dado en diana.