martes, 4 de noviembre de 2008

Silencio.




"Cuando llegue el momento de ser nadie, la memoria quedará encinta de ideas y preguntas que nunca nacerán. (...) Cuando llegue el momento de ser nadie, es mejor disiparse con la conciencia sepulcral tranquila" .
(M.Benedetti)




Le echo un vistazo de cuando en cuando."Vivir adrede", de Mario Benedetti. Le gustaba a mi amiga Antonieta y estos días me acuerdo de ella, queriendo y sin querer. Es noviembre. El mes de los difuntos. Pero hay difuntos que no me lo creo. Están cerca , como si te rozaran cuando haces algo habitual. La memoria no es tan cuerda como quisiera. Sube en ascensor hasta un punto que no distingues el horizonte que ves con el que viste.


Por la noche suelo abrir la ventana y salgo al fresco. Miro recto y luego arrriba. Me pregunto quién estará viendo la noche en ese mismo instante. Siempre pienso lo mismo: estamos contemplando lo mismo, nos vincula el mismo objetivo. Me pregunto si miran en silencio, sin preguntarse nada o si se preguntan qué hay detrás del manto oscuro.


"¿Pero qué haces? Cogerás frío". Ya voy. Necesito como el agua o como el pan ese rato de silencio. Y un poco de oscuridad. Después de una jornada que me ha atiborrado de imágenes, de ruidos, de risas o de malhumor, necesito oír nada y ver lo mínimo. Los sentidos se serenan, se aplaca la euforia y el sufrimiento, si lo ha habido. ¿Para pensar? No. Para contemplar y ensimismarme. No es malo ensimismarse. Es poder notar que eres alguien que cerró el día, que ha vivido un día más. El balance entonces es como un parto sin dolor. A veces no hay parto. No he estado encinta. No he engendrado. No hay tema para debatir con la conciencia porque no hay nada de qué hablar. La conciencia, sepulcral pero no tranquila.


Hoy todavía no he abierto la ventana. No ha acabado el día. Es el santo de Carlos y siguen llamando por teléfono. Tardaremos en cenar.


Hoy, a ver... De momento, mientras termino esta breve entrada, estáis en mi memoria todos lo que sé positivamente que mañana le echaréis un vistazo al blog. Os repaso uno por uno. Y mis hijas que están esperando su turno para que les preste el ordenador, me miran raro porque me río sola.


Buenas noches.








26 comentarios:

Anónimo dijo...

Mientras amanece en Río de Janeiro, anochece en la estepa siberiana.
El día en el que tú lloras en el hemisferio norte, unos trillizos nacen en las antípodas.
Una elefanta hindú parió mientras que tú enterrabas a un amigo.
El día de tu cumpleaños, mientras lo celebrabas con tu familia, alguien comenzó una batalla.
...
Y por la noche, cuando buscas un momento de tranquilidad, lo oyes.
Va a doscientos y hace ruido.
Es tu corazón humano.

El turbo que te empuja.
Cada día.

Máster en nubes dijo...

Me he acordado con tu post de esa imagen final de la película de Jean Jaques Annaud, "En busca del fuego": una pareja de "neolíticos" neandertales o lo que fueren... -ella de una tribu más avanzada, él de otra un poco más bestia- miran la luna, juntos.

Ella está embarazada.

Es el final de una peli dura pero estupenda.

No sé por qué me vino a la cabeza. Amanece en Madrid, Sunsi. A por todas.

Anónimo dijo...

Pepa.
Como este mes es tu cumple, se me está ocurriendo regalarte un cuento.
Sólo tengo el título. "Cuando soy mala, soy mala; cuando soy muy mala, todavía soy mejor".
¿Me das luz verde?
Ojo, si el semáforo se pone verde, luego na hay vuelta atrás.
Pero me tienes que decir qué es lo que más te gusta de todo lo que te gusta.
Si ese dato no soy capaz de escribir nada de nada.

Saludos desde los madriles.

Anónimo dijo...

Pepa:Dile que sí, no lo pienses dos veces

Anónimo dijo...

Buenos días, compañeros.

Yo, como vosotros, soy una pájara de día.

Me encanta el silencio de la mañana, tomar un café en paz, ordenar mis ideas (fácil: sólo hay una) vaguear un poco.

Ya estoy lista para afrontar el día: afilo el colmillo y procuro no morderme, por aquello del veneno.

Mi pastoril Driver, ahora mismo estoy como Rocco (un perro recogido, feo, feo, feo) es voluntarioso, entusiasta y obstinado; la lengua le cuelga de emoción peluda.

Así que escríbeme lo que quieras; a mí me gusta casi todo (los pájaros no) una pista, me encanta el sentido del humor de Chesterton, Woodhouse, Sharpe, Ussía, Davis y por ahí.

¡Menuda manera de empezar!

Gracias, colega.

Anónimo dijo...

Bien Pepa.
Tú te lo has buscado.
Tengo la historia de la primera mujer española que conduce excavadoras, y su primer trabajo consiste en demoler el Congreso de los Diputados.
Como verás, cambio el chip pastoril, por el chip demoledor.
Mejor que compréis un casco de obra.
Va a salir mucho polvo de los escombros.
Espero que Chesterton se ría.
Yo ya me río de sólo imaginármelo.
¡Reunión de pastores, oveja muerta!

Día gris en Madrid.
Ideal para demoler edificios.

Diego /Driver

sunsi dijo...

Algún día volveré al silencio de la mañana. Es cuestión de etapas.

Cuando tienes un pack de pequeños, nunca hay silencio. Cuando uno duerme , el otro llora porque le toca la toma y el otro se ha hecho caquitas y hay que cambiarlo... algunos sabéis a qué me refiero.

En la etapa escolar la que gritas eres tú. Hay que arrastrarlos literalmente de la cama, pero antes vas a mil preparando desayunos, uniformes, firmando una nota o la agenda...

Después, siguen siendo escolares con muchos exámenes.Los hay que prefieren estudiar a partir de las 5 y los que prefieren quedarse hasta las 5. Son esas noches de luz artificial y el rumor de una voz que repite machaconamente los apuntes.

Así que el silencio hay que buscarlo a la intemperie. Mejor de noche. Por la mañana hay prisa. Es el turbo, Driver.

Hola, Máster. Por las horas, hoy has visto amanecer. El amanecer tiene otra cara y otra versión del día. Cuando sale el sol, no sabes aún cómo te lo vas a comer. Cuando muere ya lo has digerido. Por la mañana das gracias por la nueva jornada, por la noche das gracias porque has sido capaz de acabarla.
No conozco la peli. La buscaré. Gracias por la idea.

¡Un cuento para Pepa! Pepa, eres afortunada. Cuando Driver se pone puede salir lo más insólito. Igual Mireia lo fotocopia para un comentario de texto.

De hoy no pasa que no escriba una entrada pastoriiiil y lo acompañe una música que dé dentera. A ver si lo consigo.

Abrazos a todos.

Anónimo dijo...

Sunsi ¿a qué buscar algo más pastoril?

Ahora mismo, tienes varios rebaños en marcha, pastorcilla.

Conste que yo sigo gritando (¡) tal vez el silencio es más mental que físico.

Como tú ya sabes, cuando aprendes a echarte a la espalda el pack completo, el silencio gana enteros.

y, sí, muy afortunada: admitida en las églogas pastoriles del ciberespacio y, además, el buen pastor me dedica un cuento y la pastorcilla cuelga música de lagrimón.

La BOMBA.

A la que no me atrevo a llamar tierna pastorcilla es a Mireia ¿más bien el perro pastor?

Je, je.

Anónimo dijo...

Pastorcillo, pastorcillo, ojo con las ovejitas de este espacio: algunas muerden.

sunsi dijo...

No, Mireia no. Ya está de vuelta. Tiene una visión de conjunto, creo. Su visión es tan amplia y tal libre que cabemos TODOS, siempre y cuando vayamos de la mano de la honestidad.

Anónimo dijo...

Pues ya es mucho caber; si es por volumen ¡calcula!

Venga, hedbanna pastorcilla, márcate unas risas, que estás intensa.

Además,el tiempo no está mal, el resto como siempre ¿quién da mas?

Anónimo dijo...

Desgraciadamente nunca me han adjudicado el adjetivo de tierna. De pastorcilla tampoco, pero me encantaría ir de tierna, en plan sonrisa dulce, larga melena, tipazo y mirada recoleta mientras de un golpe sacudo la imaginaria melena . Ves. Quería decir que balanceaba suavemente la melena y me sale en plan de "sacudo el pelo".
Cuando no hay, no hay.

Sunsi sí da el pego si no habla.Rubia, ojo azul, sonrisa eterna, pero pobre de tí si te dice con voz cazallosa debido al humo: "Mireiaaaaa"
Echate a temblar. Se avecina buena.

Anónimo dijo...

¿Y a tí quién te ha dicho que no tengas la mirada recoleta?

Verdad, verdaera, decía una señora que aldea asturiana "¡ye que les peores son les mansulines!"

Pues eso.

Anónimo dijo...

Y yo aquí con mi mono azul de michelín, mi gorra de campsa y mi mirada pastoril.
¿Me habré equivocado de peluquería?

Anónimo dijo...

Sguro que tú también tienes la mirada recoleta,Driver.

Y eso del mono azul(¡Michelín!, guauuuuuuuuu) y gorra es de lo más sugerente.

Que sepas.

Anónimo dijo...

Si me vieras con mi miopía, mis gafas de culo de vaso, y mi mirar lejano..., ¡a correr toca!

Anónimo dijo...

Nada de eso, Driver.
Yo te imagino -utilizando el símbolo bucólico- como lo que memórizábamos en mi infancia "pastorcillo lusitano"

Era Viriato. Nada menos

Anónimo dijo...

No, si al final me vais a hacer reir.
¡Y se me caerá la dentadura postiza, el carnet de la tercera edad y los "chuches" que acabo de comprar para los nietos!

Anónimo dijo...

Si ya me barruntaba yo que eras arrebatador.......

sunsi dijo...

Pero ¿qué os pasa? no tenía ni idea de que aún estabais en el Silencio.

Acaba de entrar Chus y me ve llorando de risa frente a la pantalla, que se van a creer en casa que estoy grillada.

La pena que me das Driver. Éstas no dejan títere con cabeza. No te apures, ya me pongo yo en plan pastoril aunque si lo que escribo se oyera , con esta voz de cazalla, perdería todo el encanto.
Que no lo digo yo, que lo dice Mireia. "Pareces Bárbara Rey,Sunsita"

Cuando quiera reírme, me paso por aquí.

Anónimo dijo...

Sunsi.
¿Pero de dónde has sacado a estas chicas?
Acabo de reflexionar profundamente, para llegar a la conclusión de que soy más cursi que un sandwich de pétalos de rosas.

Así que mi venganza es ésta:un cuento sobre las prisas en la gran ciudad.

AMANECE CADA DÍA

He llegado al edificio donde vivo. Son las 23:45, o sea, las 21:45 solares.
Es curioso pero hay días - coincide que son aquellos en los que el agotamiento me domina -en los que mi mente se escapa hacia los recuerdos; esos días veo una calle de mi ciudad, pero a la vez se me manifiesta la nítida imagen de la bicicleta de mi hermano pequeño, o la casa de un viejo amigo.

Aparco el vehículo con el que discurre mi cotidianidad por la gran ciudad. Llegando al portal recojo el correo, tomo el ascensor y pulso distraído mi número.

Mientras el ascensor cumple su cometido, mi mente hace balance del día. Me duele la cabeza.

El ascensor se detiene. La luz de la escalera comunitaria no funciona. Busco afanosamente las llaves.

La puerta entreabierta. Aquí alguien ha cometido un fallo. Tendría que buscar un culpable, pero sin ganas ni fuerzas, mejor dejarlo.

La luz sigue sin funcionar.

Demasiado cansado para buscar las velas, me dirijo al dormitorio directamente. Me desnudo, sumergiéndome a oscuras en el mar de algodón.

María no llega. Trabaja demasiadas horas. Su contrato basura le obliga a llegar más tarde que yo. Esto empieza a afectar a nuestra relación.

Son las 00:30 oficiales, es decir, las 22:30 solares.

Es curioso, pero a veces, viajando en autobús o esperando en un hospital, ves la cara de un fulano que te resulta familiar, que se parece a un primo lejano, muy lejano.

Ruido de puerta. Viene María. No tengo ganas de hablar.

María se desnuda en silencio y a oscuras. Afortunadamente ella tampoco tiene ganas de hablar.

Hace tiempo que María y yo nos hemos alejado un poco. Antes hablábamos mucho y ahora nos vemos muy poco. La situación laboral va de mal en peor, nunca coincidimos y no tenemos tiempo para hacer casi nada juntos.

Alargo mi brazo y la estrecho dulcemente. Ella entiende mi mensaje.

En el silencio y la oscuridad de la noche, nuestros cuerpos se dejan caer por la ladera de la pasión. Los caballos corren veloces y en silencio. Se cumple el tópico de “sobran las palabras”, más por cansancio que por convencimiento.

Tras la batalla…el silencio.

Amanece en la gran ciudad. Los primeros rayos de sol se dejan entrever en un rincón. La preocupación laboral me despierta. Al incorporarme estiro la espalda. Me levanto en la penumbra y subo la persiana.

Aquella no es mi casa y aquel no es mi dormitorio…, luego aquel cuerpo no es el de María.

Son las 7:45, las 5:45 solares. Debería de tomar una decisión urgente sobre el tipo de vida que practico, pero……

De momento voy a salir de aquí de la forma más rápida y silenciosa que pueda.

sunsi dijo...

Driver, leí este cuento en otro blog. Recuerdo que pensé... realmente esto no es vida, cualquier día , con tantas prisas, no sabremos ni quiénes somos ni qué suelo pisamos. Muy gráfico el cuento.

¿Que de dónde he sacado a estas chicas? Yo no las saco, salen ellas solas. Mireia (con tu permiso,Mireia)es la mejor profesora que conozco. Le gustan los retos, suele llevarse mejor con los alumnos difíciles y rebeldes que con los políticamente correctos. Es mi amiga, con mayúsculas. La conozco desde hace mucho tiempo. Tiene algo que nunca deja indiferente.

Pepa (con tu permiso, Pepa) es una amiga. Da igual el tiempo que haga que no la veo. Su hija y mi hijo son amigos y suelen salir con elmismo grupo. Ella es... , pues eso, guerrera. Y que le dure.

Y ,por favor, no dejes de comerte el sadwich con los pétalos que sean. En este mundo cabemos todos: pastores, ovejas, jinetes, caballos...

Un saludo afectuoso

Anónimo dijo...

Driver, a mí me encontró en la calle y de lejos se veía que de galana no tengo nada de nada (ni siequiera la mirada recoleta, como Mireia9

Estaba convecida que detrás de tanto floreo y pajarillo se escondía un seductor caballero.

Mireia, el cuento merece una clase de lengua y literatura ¿a que sí?

Anónimo dijo...

El cuento es apasionante.

Tengo pendiente trabajar cuentos-Driver en clase, pero ahora estamos en el lío de las funciones del "que". Me da corte confesar que me apasiona este tema (el del "que") porque parezco de otro planeta

Anónimo dijo...

Bueeeeeeeeeeno, Mireia, eso nos pasa un poco a todos ¿ o no?

sunsi dijo...

Ei! Mireia. Te olvidaste de que los usos del que es una de mis pasiones sintácticas. ¡Mi pasaporte para aprobar la oposición!

Ya somos dos extraplanetarias. Arriba la sintaxis...