sábado, 8 de noviembre de 2008

Un episodio.


Ayer no lo incluí porque es para echarle de comer aparte. Hay momentos en la vida que son como un mazazo. En la mía fue el destino/destierro de mi marido. Nueva plaza: Ceuta. Un 7 de enero, con los juguetes recién estrenados. Casi dos años duró la broma.


Era ¿divertido? cuando Jesús explicaba que viajaba por tierra mar y aire... para poder ver un día y medio a su familia. Excepto en bicicleta, todos los tranportes. El taxi del juzgado al puerto; el barco, del puerto hasta Algeciras; el bus desde Algeciras a Málaga con transbordo en Marbella; en avión desde Málaga a Barcelona; en tren desde Barcelona a Tarragona y, de nuevo, en taxi hasta casa. Con levante fuerte, en helicóptero desde Ceuta hasta Málaga. Realmente, si lo pensáis , sólo le faltaba la moto o la bici.


Os dejo el artículo que escribí en su momento y publicaron en el "Diari de Tarragona". Al cabo de dos semanas de su publicación vivimos y lloramos el 11-M- . Aún ahora me estremezco.


TOLERARSE O IGNORARSE


Leo “La Plumilla” de Antoni Coll y saco del almacén de la memoria una vivencia ¿interesante?.


Por motivos laborales he tenido la oportunidad de pasar temporadas cortas en Ceuta. La primera vez que crucé el estrecho y pisé tierra española en África, creí pisar tierra de todos. Judíos, musulmanes, hindúes, cristianos... múltiples razas y culturas atravesaban las mismas calles, entraban en los mismos comercios, subían y bajan del mismo barco. Digo creí porque de tierra de todos... nada.


Lo de Ceuta daría pie a una novela que muy bien podría titularse “Ceuta se escribe con D”. Allí la Diversidad acentúa las Diferencias dando lugar a una sutil Discriminación, incluso entre los propios españoles. Me explico. Uno llega de la Península y le pregunta a otro con un aspecto similar al suyo que de dónde es y el otro puede contestar: “Yo soy español”. Y uno insiste; de acuerdo, pero de dónde. Si la pregunta ha sido formulada sin mala idea y se nota mucho que acabas de bajar por primera vez del barco, entonces es cuando te aclaran: “Yo soy español, he nacido en Ceuta y, por tanto, soy ceutí; pero ¡ojo!, un ceutí caballa”. Y uno, que es la primera vez que pisa Ceuta, empieza a entender que lo de caballa no es un pescado y que el tema de ser ceutí tiene su miga.


En una ciudad que a su vez es Comunidad autónoma y que en pocos kilómetros cuadrados reúne personas de todas las procedencias, ser ceutí no quiere decir nada. Lo importante es ser cristiano, de padres, abuelos y bisabuelos cristianos, más o menos como “el castellano viejo” del artículo de Larra. Porque también hay ceutíes musulmanes y éstos parece que son de segunda categoría.


La segunda pregunta que se suele hacer cuando uno baja por primera vez del barco es que cómo anda la convivencia en un lugar tan exótico. Y entonces la respuesta ya no depende de si tienes cara de novato o no. “¿Convivencia?. Pero qué dices... Aquí ni siquiera nos toleramos. Procuramos ignorarnos con cortesía. Si no, no se podría vivir”.


¡Toma castaña! piensa el que acaba de bajarse del barco y que también se acaba de bajar del guindo. Por favor, que no se escandalicen los de la Península, pero eso es una verdad como un puño de grande. De determinados temas se habla en voz baja, a determinados bares no se entra, en determinadas tiendas no se compra, por determinadas calles no se pasea, a determinadas playas no se va, de Benzú no se pasa y, o lo tienes muy claro, o no cruzas el Tarajal.


Este “equilibrio” que se aguanta con pinzas por poco se rompe cuando el Perejil. Allí estábamos mi marido, mis cuatro hijos y yo para contarlo. De repente, como quien le da la vuelta al calcetín, los musulmanes empezaron a sonreír y los caballas enmudecieron. Nadie apartaba la mirada ni del mar -¡menudo despliegue de fragatas!- ni de los helicópteros que sobrevolaban el cielo. Todo solucionado cuando el entonces Ministro Trillo dijo aquello de “con levante fuerte...” ¿Todo solucionado?. Todo sigue igual. ¡Qué lástima!.

59 comentarios:

Anónimo dijo...

Sunsi, "con fuerte aire de Levante"... Yo me partí de risa de su narrar tan ¿quijotesco?.

Pues mira tú que mi marido siempre dice que va a pedir destino allí, que se vive muy bien. Le voy a enseñar el artículo, que yo de la Península no salgo, a ver si se le quitan las ganas.

¿Y no nos cuentas nada del Aniversario?. Mira qué eres...

sunsi dijo...

¿Sabes cómo llaman a Ceuta? La jaula de oro. Se gana más (sólo faltaría...) pero si te descuidas te atrapa. Hay gente que alrga su destino para tener "un colchoncito"... y la araricia rompe el saco.

A Jesús lo miraban como si fuera extraterrestre. "Pero si te gastas el plus en viajes..."

En Ceuta no se puede hacer NADA. El ambiente asfixia y el levante te deja chafado. Bueno, sí, se puede beber y mucho. Y ver pasear a los legionarios que beben los que más.

Recuerdo esa época con cariño, pero porque ya se cerró y porque allí dejamos amigos de verdad: Mina,una abogada musulmana de quien aprendí de verdad y de primera mano qué es el Islam, y Emilio Jalhil, otro abogado cristiano mahorita nacido en el Líbano... toda una institución en Ceuta que trató a Jesús como si fuera su hijo.

Del aniversario te cuento ... la música que he colgado. ):

Besos. Y pasear, que ya sé que en Madrid hoy tenéis un día estupendo

sunsi dijo...

Estás muy bien donde estás, Luisa. A todos les resultó difícil adaptarse a Ceuta. El levante es uno de los motivos.

Cena con los chicos ,cava catalán, unas flores silvestres para mí y unos coches de juguete monísimos para él. Ellos lo compraron con sus dinerillos.

Es romántico según se mire. Este año estamos pelín nostálgicos por el tiempo pasado. Porque este año los tenemos a los cuatro en la misma honda. Y cuesta encontrar un refugio para dos. Ellos empiezan a vernos algo mayores y nosotros vemos cómo empiezan a ser ellos mismos, ninguno igual, con el mismo referente pero cada cual creciendo a su ritmo. Supongo que eso pasa en todas partes. Pero yo tengo la mala costumbre de tener gafas de aumento.

Gracias, Luisa.

Anónimo dijo...

Sunsi ¿Tienes resaca o te mueres por las motos?
¿Qué quiere decir que tus hijos están en la misma "Honda"?Sueño se le llama a eso, prenda

sunsi dijo...

Corcho,Mireia...¡toma falta de ortografía!. onda, onda quería decir. Malvada, que no se te escapa una.
Lo de hoy sí es sueño. He dormido ( es decir, no he pegado ojo) en la Ciudad Residencial con niñitas de catequesis de comunión. Ya no me acordaba de esas movidas. Y, definitivamente,no tengo edad para estos trotes. A una de ellas le he dicho que la llevaré a la radio ... madre mía la de historias que ha contado... y yo con los ojos atravesados...

Odio las motoooos

Anónimo dijo...

La Residencial me trae muy buenos recuerdos. Tan buenos que no me gustaría volver a pisarla.Cómo somos los humanos
¿Has mirado tu correo?Hoy todo me sale mal

Anónimo dijo...

Eso te pasa por tener un gusto musical de pena morena, pastorcilla.

¿Romina y Albano? Acabáramos, con eso te va durar el buen rollito unos cinco minutos.

Ya entiedo que , tal vez, Los Salvajes, sea pelín heavy, pero hay términos medios.

Vamos a ver: Raimon, Nana Mouskuri, Romina y Albano.

De Sinatra me gustan mucho más otras (ej, The lady is a vamp)

Sabina, casi siempre.

¿Romina y Albano? Señor, señor.

En cuanto a a entrada, creo que a lo más que podemos aspirar es a predicar con el ejemplo.

Es más, hablar poco y actuar conforme a nuestras convicciones.

Contra la intolerancia (poco me gusta ese concepto, algún día tendrías que hacer un post a respecto) la capacidad de actuación es limitada.

Y todos, en mayor o menor medida, somos racistas, intolerantes.......

Con Dios, pastorcillos.

Anónimo dijo...

Sunsi, lo siento, chata, pero te he tagueado en mi blog. Es una chorrada pero puedes asomarte por si acaso.

Saludos a todos.

sunsi dijo...

Pepa, no vamos a ponernos de acuerdo, guerrera de la excavadora. He eliminado la música del blog ...pero no te creas que es por ti, que te acepto todas las críticas, es que no funciona bien el programa y se oye fatal. Porque te tenía una preparada que lo ibas a flipar.

Llevas razón. A poco que hagamos autocrítica sale ese ramalazo. Pero lo de Ceuta es para verlo y no creerlo.

A mí no me gusta nada la palabra tolerancia. Está tan manoseada que ya no sé ni lo que significa. Escribí un día sobre ello. Tal vez haga un refrito y lo cuelgo. Si mal no recuerdo tiene una dosis elevada de lirismo pastoril. Ya sé a qué me expongo. No sé si sabré defenderme. Tiemblo sólo de pensarlo.

Ala, con Dios.

Lo de ala, viene de Ahlah.

Anónimo dijo...

Joder, Sunsi, como estás de ortografía. Hala con "h", chata, con "h".

A ver, devuelve el título de Filología, que ya llevas dos en un día :P

sunsi dijo...

¿Se nota tanto que no he dormido?
Qué bochorno. De todas formas, como os pongáis así,amigas filólogas, os corrijo los acentos. A ver quién devuelve el título...

Venga, que sí, que os agradezco las correcciones.

Patricia . Me he pasado por el blog. Menudo compromiso, pero gracias. Eres un cielo.

Besos y un "soplo"

Anónimo dijo...

Venga sí, que estoy con los dedos que se me hacen huéspedes

Y vete ya a la cama, no vaya a ser que, además de faltas de ortografía, te de por estar en falta.

¡Chistosa estoy, oye!

Anónimo dijo...

Gente, Sunsi ahora echa balones fuera con lo de las tildes. No tienes vergüenza :P.

Lo de los tags es un compromiso, lo sé y lo siento, pero me amenazaban con la discografía completa de Camela y no puedo con ellos. De verdad que no.

Gracias por tu soplo. Mañana me va a hacer falta porque tengo tres clases muy complicadas con tres niños también muy complicados. Y me da una pereza...

Anónimo dijo...

Pues pensaréis lo que queráis, pero lo de "ala" con "h" o sin ella os recuerdo lo del presente de subjuntivo "ojalá", que viene de oh alá de los árabes. Así me lo enseñaban mis profesores para apenderlo: "ojalá" yo hiciera, tú hicieras.... Osea, en conclusión, que perfectamente puede ir sin "h" si es, como dice la blogera, de Alá.

En cuanto a la música, a cada uno le gusta la que le gusta y contra gustos.... A mí me gusta "El chico de la armónica", que, por cierto, ¿va con "h" o sin ella?.

Saludos.

Anónimo dijo...

Señor Martín, no me toque la ortografía que me pongo muy malita :D.

Se escribe hala con "h" precisamente para diferenciarla de la "ala" de las aves.

En lo de la música estoy de acuerdo con usted. Cada loco con su tema...

Anónimo dijo...

Oye, ¿mañana más?, ¿y por qué me tratas de usted?

Anónimo dijo...

¡Ay!. Como no te conocía...

Anónimo dijo...

El respeto siempre es bien recibido y dice de tu persona. Gracias por tutearme, aunque no nos conozcamos compartimos los comentarios en el blog... y es lo que aquí se lleva. Gracias por el ejemplo.

sunsi dijo...

Don Martín. Que te tratan como un anciano. Con lo jovencito que eres.

Ya echaba en falta algún comentario tuyo. ¿Quieres que coloque alguna canción de Miki?. No creo que ni Pepa ni Mañana lo puedan soportar...

Llego tarde. Hasta luego

Anónimo dijo...

Nano cuento ortográfico.

"El ave bate sus alas sobre las olas.
¡hala, olas!".

Anónimo dijo...

Pues que sepas que, esa en concreto, me devuelve a un tiempo en el que todo era infinitamente más fácil.

Huelo el calor del sol, la luz dorada, la alegría de vivir, el calorcillo de sentirse querido.

Hala con el ala de la ave fría sobre las olas marinas del fondo del mar; ¡hola! entre mí decía, "¿hay quién más cursi que yo?"

Sin más, atentamente.

sunsi dijo...

Driver... tal como está el patio, me tomo tu comentario como un apoyo a esta pobre que escribe y que le dan por todos lados.

La H, una herencia de los romanos que nos dieron la F ... y de la F a la aspirada gracias a los árabes que estuvieron en nuestra tierra 8 siglos. Y luego enmudeció.
Es muda. Eso pasa.

Lumroc dijo...

Con esos pocos datos: destino canarias hace unos años, ahora Tarragona ....

(supongo que antes lleida, antes Igualada....)

No nos conocemos. Un abrazo a un colega y a su mujer.

sunsi dijo...

Lumroc... Igualada, Tortosa, Ceuta, Lleida y Tarragona/Reus. Por este orden. A punto de ser Canarias en lugar de Igualada...

¿Colega? Currante. Muy currante, como todos. Un servicio a la sociedad que la sociedad no acaba de entender.
Os admiro mucho. De veras. Sobre todo los que trabajan en silencio, sin pregonarlo.

Lumroc dijo...

Muuuuy currante.

Pero...., vale la pena.

Força!.

Mis años de Cataluña fueron estupendos. Y Tarragona es un trocico de cielo ... ¡Buenos amigos allí!

sunsi dijo...

Lumroc, ¿tienes blog?

Anónimo dijo...

Sunsi. :))))))))))
Hay que hacerle sitio como sea a Lumroc en tu blog.
Es currante, buen escritor y ¡es un tío!.
¡Lumroc, te necesito!
Con tanta mujer se me está poniendo una vocecita pítida,y me fijo cada día más en los escaparates y en la ropa.
Voy por mal camino.
¡Comenta, tío, comenta!

Anónimo dijo...

Lumroc: Aquí a Driver lo tratamos como un rey, que sepas

Sólo Pepa se rebela porque se ve reflejada en algunas cosas.Creo.

Ahora llegará el chaparrón de Pepa. Estpy preparada

Anónimo dijo...

Sí Sunsi, sí, si puedes me colocas la de la "armónica", gracias. A pesar de tanta "gente entendida" observo que todavía nadie ha dicho nada de si va con "h" o sin ella.

sunsi dijo...

Oído cocina, Martín. La busco, que no quiere decir que esté disponible.Y si no, cuelgo un video de Youtube. Una incógnita lo de la "h".

A ver, Lumroc, si encuentras un hueco en tu apretada agenda. Hazlo por Driver. Aunque también entra Martín, por fin.

Mireia lleva razón.
Voy a buscar rápido a Miki, que empieza a ser tarde y toca comer.

Anónimo dijo...

¡Hala!
Ya tengo trabajo.
Cuentos para Lumroc y Sr. Martín.
¡A ver señores, decirme qué es lo que más os gusta de todo lo que os gusta!
Sunsi me "tiene enseñado" a dar la bienvenida al blog con un cuento.
Y yo a Sunsi no la puedo defraudar.
Es mi "casera" preferida.
Mi socia literata.

Atenta la mente.

Anónimo dijo...

Gracias Driver, a mí me gusta el tenis, a ver qué puedes hacer. Gracias.

Anónimo dijo...

Buenooooooooooo.

Distingamos:

1) Me encanta el fondo de Driver; el concepto, genial.

2) Me causa alergia la forma: cuando se pone blandito y alegórico, venga pajaritos y así.

3) Me gusta mucho más cuando se pone seductor y coqueto.

4) Driver, colega, la voz pítida se te pone cuando estás pastoril, elegíaco y cursilón.

5) Nosotras no tenemos la culpa:

- Sunsi gasta voz de cazalla y dismula cuando se pone en plan tierna pastorcilla.

- Mireia es la hermana loba del cuento, de mirada recoleta y picarona, aunque de extremosa autoridad.

- Yo, no soy nadie; no tengo trono ni reina y llegué antes de ayer a este vuestro sitio.

Así que no te pongas estupendo, mamá driver, coquetón y escribe algo varonil, de pelo en pecho vaya.

6) Mireia, espero que haya entrado a tu trapo lo suficientemente ............ ¿borrascosa? A tus pies recoletos.

P.S.

Armónica: Instrumento provisto de una serie de orificios con lengüeta, que se toca soplando o aspirando por estos orificios.

SIN HACHE, FILOLOGAS. SE ESCRIBE CON HACHE EN LATIN "HARMONICUS"

Anónimo dijo...

Pepa.
Dicho y hecho.
Un cuento más varonil.
¡A sus órdenes!

EL DINERO.

Me encantan los ferraris.
Desde que, con dieciocho años vi en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, una exposición sobre diseño italiano, amo a esas máquinas.
Exponían el diseño en estado puro: los planos con líneas blancas y fondo azul, los motores desarmados, las carrocerías firmadas por Pirinfarina. Con 18 puedes mirar el diseño y obviar el componente monetario. Eres inocente.
..........
Estaba yo el otro día conduciendo por Logroño.
Me adelantó un F-400.
Su sonido era magnífico.
Tras unos kilómetros lo ví aparcado en una gasolinera.
Paré para contemplarlo con calma.
Tras el gustazo, cafelito mañanero.
Acodado en la barra del bar, el conductor de "la machina".
Pagó su café con un billete de 200 €.
Entabló charleta conmigo.
Me contó que a él lo que realmente le gustaban eran los camiones, pero que no había podido aprobar nunca el carnet para vehículos pesados.
Puso dos billetes de 200 pavos sobre la barra y me pidió las llaves de mi camión para darse un voltio.
Allí estaban mis huesines; con una cuenta corriente paupérrima y unas ganas de mercarme una máquina de retratar digital, que te rilas.
Mi cabina es mi puñetero mundo.
En ella paso mis peores y mis regulares momentos.
Y de pronto, me sorprendí a mí mismo.
"¿Las llaves de mi camión?. Ni de coña amigo, ni de coña".
.....
Mi cabina es mi puñetero mundo.
Y ese día más.

Driver.

Anónimo dijo...

¿Qué haríamos sin ti, Pepa,madre de la criatura.
¿De quién habrá heredado esa vena existencial que comenta?No es la primera vez que le pasa, para tranquilidad de todos

Anónimo dijo...

No te dejes influir por Pepa, Driver.Escribe como quieras.
Mira como si que le gustó el cuento dedicado a Katt.No lo digo por nada

Anónimo dijo...

Tranquila Mireia.
Me divierten los retos.
Hacen que me esfuerce.
Cambiar de registro es como cambiar de marcha al conducir.
Te sientes vivo.
...
En el fondo cuando Pepa me da marcha, lo agradezco.
...
Pero muy en el fondo. :))))

Anónimo dijo...

Me retuerzo de risa.

Así me gusta Driver, varonil e incorruptible; muy Paul Newman; no, calla, mejor McQueen, no tan guapo, pero con un puntillo. Y ese fondo, nada hondo; está ahí, a flor de piel.

Mi recoleta amiga ¿qué esperabas?
Ya sabes que, menos la hermosura, se hereda todo.

Anónimo dijo...

Caray pepa, ¿tú también eres filóloga? Gracias por aclarar el misterio.

Anónimo dijo...

Yo también soy filóloga, ja, ja, ja. Sunsi, cambia el nombre por filólogos de oficio, ja, ja, ja.

Pepa: con Driver me pasa lo mismo que a ti. En plan pastorcillo me sale urticaria, no puedo con él, me da repelús, pero su fondo noble me gusta.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho la crítica.
La urticaria y el repelús son fáciles de curar: con no leer los cuentos se soluciona.

A la crítica siempre se le puede sacar una conclusión positiva.

Me has ayudado a darme cuenta que mis cuentos son para niños.
En la Catequesis de Primera Comunión siempre hay un par de niños que me los piden.
Para mí son como parábolas que tratan de llegar al corazón de la gente.
Mis referencias más potente son las parábolas de los Evangelios.
Y mientras que un sacerdote, un niño o un creyente o no creyente me los pida, los seguiré escribiendo.
Hay mucho trabajo por delante.
Sobre todo con los niños.
Gracias por la crítica.
Ayuda a centrar ideas.

Anónimo dijo...

Venga Driver, no te mosquees.

A mí ya sabes que los pajarillos, las florecillas y eso no me impiden ver las cagarruta d elos pajarillos, los mosquitos, las avispas, arañas ........ Y que entre la hierba se esconde la serpiente.

Lo cual, a su vez, no me impide apreciarte.

Lo cual, a su vez (como a mañana) no impide que me gustes más en plan Mc, corazón.

Cuando les esto, supngo, te habrás tomado un par de "cafelitos" y desayunado como Dios manda; habrás visto a tus hijas y, claro, estarás de mejor humor.

Así que estarás más compasivo con mañana y conmigo y comprenderás que, tal vez, se nos vaya el punto un poquito ante las efusivas manifestaciones de pájaros y flores.

Besos (para tí, sí) nuestro seductor caballero del ciberespacio.

Que pases un muy buen día.

Anónimo dijo...

Perdona, Martín, no ví tu entrada.

No, no soy filóloga sino algo mucho más prosaico: soy picapleitos, de esas que defienden a los malos; para nada "glamurosa"

Buenos días para tí también.

Anónimo dijo...

Pepa.
Imposible mosquearme.
Totalmente imposible.
Lo único que me gustaría aprender de las críticas, y para eso es recomendable argumentarlas un poquito.
Si ya me parece positiva una crítica sin argumento, imagina si se argumenta. La bomba.
Además, siempre se aprende de ellas.
Por eso te estoy tomando estima.
Porque los aplausos sólo llenan el oído, pero las críticas haces que te esfuerces.
Y a Mc le gusta sudar.
Que tengas un buen día, "picapleitos".

sunsi dijo...

Pero, ¿todavía estáis aquí?.

Me ha dado por hacer un recuento. A ver...

Filología: Mañana, Mireia y yo.

Jurisconsultos y derivados: Pepa, Lumroc, Luisa. (incluyo a Modestino, que me felicitó el día del aniversario)y mi santo esposo que no comenta pero le echa un ojo al blog

Contrucción: Driver, mamá Driver, Driver Mc, Driver Diego, Driver tecleador...

¿Martín?

¿Máster?

Por mayoría relativa gana el sector de la construcción ¿o no, mañana?

Aviso: ya hay otro post colgado.

Anónimo dijo...

Para Driver: no te pongas así, hombre, que en esto de los cuentos cada uno tiene su gusto particular.

Me gustaría que recordaras el cuento del padre, el hijo y el asno. Hicieran lo que hicieran siempre había alguien que no estaba de acuerdo. Al final terminaron haciendo lo que les vino más en gana.

Pues tú lo mismo, haz lo que te plazca y lo que te llene de satisfacción. A unos gustarás más que a otros. ¡No le puedes gustar a todo el mundo!.

Me he pasado con lo de la urticaria y el repelús. Lo sé y te pido perdón por ello ;P. Soy así de directa... y de burra.

No obstante, Driver, no me gustan tus cuentos. Y la razón es porque me resultan muy pastoriles, muy idílicos, demasiado empalagosos. Abunda la descripción y se echa en falta acción, tema, argumento. Es un estilo que está muy de moda, pero a mí no me va.

Soy más del ácido y la ironía mezclados con algo de filosofía existencial, tipo Quevedo; ¡cada uno es como es!.

Todos tenemos nuestro estilo, el NUESTRO. No lo cambies por nadie; aunque no guste a todo el mundo es el tuyo.

Buenos días a todos.

Anónimo dijo...

J***, Sunsi, con el rollo de Driver te has camelado ya 47 comentarios. Yo quiero ser como tú ;P

sunsi dijo...

Eres la monda, guapa.Ya me he pasado por tu blog.

Gente... Mañana tiene un blog de rompe y rasga.

Anónimo dijo...

Gracias por tu argumentación, "mañana más".
Así, con un razonamiento la crítica es constructiva, lo entiendo, y creo que puedo cambiar de registro de vez en cuando.
Es lo que me gusta de la literatura, la variedad.
Intentaré hacerte un cuento a tu gusto.
Me gustan los retos.
Si no lo consigo tampoco pasa nada.
El objetivo es esforzarse en la creatividad.
Gracias.
(De verdad verdadera que no me mosqueo, nunca).
Una crítica razonada es como un beso de tornillo.
No es fácil de olvidar.

Anónimo dijo...

Ja, ja, ja. Sunsi y Driver: me estáis haciendo no reír, si no partirme de risa.

Sunsi, son más de la construcción, pero los filólogos somos mejores, bueno, ¿y qué?, ja, ja, ja.

Insisto en que pongas un chat. Esto no es serio y te lo digo partiéndome de risa, ja, ja, ja.

Driver, espero ese cuento. A ver cómo te sale. Te advierto que soy muy exigente. Cosas de filólogos... ja, ja, ja.

Anónimo dijo...

ah, y el próximo comentario lo dejo en el nuevo post, que ya está bien. A este paso llegamos al centenar.

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, bueno ¡como se nos ha puesto esto!

Más que nada, por no callar:

- Sunsi, yo de jurisconsulto nada; Picapleitos y ya.

- Driver, así me gusta, en plan "destroyer" envuelto en suave frufrú. Gracias Mc.

- Mañana ¿puede pasarme por tu blog? Me caes bien.

Anónimo dijo...

Pues claro, Pepa. Eso ni se pregunta. La puerta está siempre abierta, como en los pueblecitos ;P

Anónimo dijo...

Para "mañana más":

Te dejo un trozo de un borrador de un intento.

STROMBOLI.

De cada cuatro personas que recogen chapapote, dos representan el cincuenta por ciento.
El veinticuatro de diciembre del 2.002, Juan Sánchez, mariscador y seguidor del Depor, se levantó a las cuatro y media de la mañana.
Se preparó un café muy cargado, cogió el cubasquero y una pala, y se dirigió a su ría.
Si el año hubiese sido normal, por aquellas fechas estarían en plena faena.
Aquel año no había sido normal, y por aquellas fechas le habían hecho una faena.
De cada veinte toneladas de chapapote extraídas del mar, cuatro representan un veinte por ciento.
Si Juan hubiese puesto atención a las noticias de aquellos días, si hubiera leído la prensa o hubiese escuchado las explicaciones de los políticos, Juan se habría cabreado profundamente; él no estaba en disposición de perder su atención. Necesitaba estar concentrado, absorto.
Tan temprano no había nadie.
Mejor -pensó-
Estuvo media hora concentrado hasta que salió el sol. Una hermosa media hora que aprovechó intensamente en conseguir un profundo estado de paz. La mente dentro de ti y mirando hacia dentro.
A las cinco treinta y ocho de la mañana, se descorrió el telón de aquel día de Navidad.
Cuando los primeros rayos del sol iluminaron su playa, la oscuridad dejó paso a una tenue claridad.
Y así, un día más se pudo ver la maldita maldición otra vez.
La playa que ayer estaba limpia, hoy estaba negra.
Juan se esforzó en no perder su estado de concentración, sabía que no lo podía perder en todo el día, sabía que cuando llegaran los militares y los voluntarios el bullicio le podía perturbar.
Así que bajó a su playa, empuñó su pala, miró al cielo con cierta complicidad difusa y empezó a baldear .
Modulaba el ritmo para no agotarse . Necesitaba dosificar sus fuerzas. Precisaba trabajar ocho horas seguidas.
De cada cien paladas, veinticinco son una cuarta parte.
Entre el cielo y la playa, un hombre luchaba para no perder lo único que nadie le podía robar. Aquello que le mantenía vivo. Su dignidad.

...
El Gordo explicaba a Jovanni, el dueño del taller Stromboli, que las tetas de la Marta Sánchez erán tan inmensas como las cinco Copas de Europa que el Madrí había ganado seguidas.
“Inmensas, oceánicas”.
El italiano defendía su identidad nacional diciendo que la presencia de Sofía Loren en la historia del cine superaba con creces todo lo imaginable.
“Bella, bellísima”.
Aquellos dos hombres de la carretera estaban cimentando una futura y sólida amistad.
El Gordo miraba el reloj y se preguntaba dónde estarían sus compañeros de viaje.
“Dame una copita Jovanni, que estos pardillos no llegan”.

...

El Driver y María estaban repostando en una gasolinera de la Texaco.
Tras unas horas de inquietante oscuridad mental, Driver seguía sin saber cómo decirle qué a María.
La llegada a la gasolinera le relajó. Aquel olor a goma quemada le era tan familiar, que al tropezarse con la bandera del gordo michelín, le saludó con entusiasmo.
“Salud, tío”.
María se dirigió al gasolinero.
“Lleno, por favor”.
La mujer que sabía tocar el piano preguntó por dónde se iba a Stromboli.
El hombre que dispensaba gasolina le explicó por dónde se iba a Strómboli.
Driver supo en ese momento que el tiempo se le acababa.
“Si una mujer coge la iniciativa, estás jodido”, le había dicho el Gordo en más de una ocasión.
“Date por jodido , Driver” – masculló para sí-.
“¿Qué dices? “– preguntó la mujer que amaba la música-.
“Nada, nada, que nos vamos a Strómboli”

...

Aquel pueblo italiano a la orilla del mar era blanco.
El mar que bañaba aquel pueblo blanco era muy azul.
Las piedras del volcán que estaba junto al pueblo blanco, que era bañado por un azul muy de mar, eran piedras de un negro tan negro que reflejaban el blanco en el azul, y el azul en el blanco.
María y el Driver pasearon por el muelle, comieron en una taberna y se sentaron en un banco.
En la placita de aquel pueblo blanco de piedras negras, había una iglesia de color iglesia.
Junto a la iglesia del pueblo blanco había un parque de color parque.
En el parque del pueblo blanco con piedras negras había una niña amarilla.
La niña amarilla del pueblo bañado por un mar, de color muy de mar, se les acercó y les preguntó una pregunta de color inocente.
“ Hola, ¿sois novios?”
María miró a la niña e imaginándose la cara de circunstancias que el Driver mantendría en ese momento, respondió a la niña:
“Sí, somos novios”
La niña amarilla se marchó a jugar con su muñeca negra a la plaza del pueblo blanco.
Driver se sintió obligado a decir algo al respecto, pues aquella era la primera noticia que tenía sobre el estado de sus relaciones sentimentales.
El destino le echó una mano, y cuando estaba abriendo la boca para decir algo, aunque no sabía exactamente qué, un estruendoso estallido de campanas verdes rompió el silencio.
La plaza se empezó a llenar de parroquianos severos, de niños arreglados, de señoras de buen y mejor ver, de dos curas, de un vendedor de helados, de una pandilla de adolescentes y de dos familias que endomingadas hasta arriba esperaban a unos novios.
A los pocos minutos, siguiendo la más arraigada de las tradiciones, el novio llegó montado en una jaca. Descabalgó y ató las riendas en el banco donde estaban sentados Driver y Martía.
Se aproximó a uno de los dos grupos de familiares, que apiñados en la escalinata, esperaban ver lo que ya tenían grabado en la mente de tanto desearlo.
El novio, vestido de negro con una especie de traje regional, se acercó al se supone que sería su suegro. Sacó una navaja del bolsillo, se la entregó al padre de su futura, e inclinándose delante de él, le ofreció su cuello con una ligera inclinación de la cabeza.
El suegro abrió parsimoniosamente la navaja, miró al cielo, miró a su mujer, y reprimiendo el claro deseo de cortarle el gaznate a aquel mozuelo que le iba a robar a su hija, sintió que al menos durante unos segundos había tenido su vida en sus manos. Con eso se daba por satisfecho. Guardó la navaja, abrazó al mozo y dejó que la fiesta continuara.
Dentro de la iglesia el cura ofició una corta ceremonia, ya que el padre de la novia, un antiguo brigadista de la Guerra Mundial, había negociado una duración máxima de veinte minutos.
“No piso una iglesia desde el 25 de marzo de 1944; tengo sólo una hija; le doy veinte minutos, ni uno más”.
El cura oficiaba a cuatro mil quinientas vueltas; si en un repecho de la ceremonia bajaba la velocidad, la mirada del padre de la novia le hacía meter tercera y subir a cinco mil setecientas, ya cerca de la marca roja.
Una vez acabada la ceremonia, la gente salió a la plaza y se dirigió a una pradera donde las mujeres de negro del pueblo blanco, habían preparado unas mesas con unos hules rojos.
Driver y María observaban desde el banco.
En un indeterminado momento de una alborotada algarabía, la novia se acercó a la pareja de forasteros del banco, les miró fijamente, se fijó en los confusos ojos del Driver, absorvió la cálida mirada de María, se acordó de cuando llegó a Milán y era una forastera; y como estaba contenta y feliz, se permitió hacer lo que le hubiera gustado que alguien hubiera hecho por ella. Tomó su ramillete de novia, se lo entregó a María con una dulce sonrisa, luego se quedo plantada delante del Driver, y entonces fue cuando ocurrió.
La novia blanca del pueblo blanco le apretó un fuerte guantazo a un forastero con pinta de camionero.
Aquel golpe no aclaró para nada las ya de por sí confusas ideas de Driver, sino que más bien le cabreó, le cabreó profundamente.
María se quedó perpleja, el Driver estaba petrificado y cabreado a la vez.
El novio se dio cuenta del movimiento general que había protagonizado su actual señora, y no se sabe muy bien, si por solidaridad con ella, si motivado por las dos copas de vino siciliano que llevaba ya en el cuerpo, o simplemente por que María estaba como un queso; el caso es que se acercó a María y le apretó, así sin venir a cuento, delante de ciento ochenta invitados, a veintidos minutos de estar casado, y con un par, un enérgico y a la vez sensual beso en la boca.
Las mujeres de negro del pueblo blanco ni hablaban español, ni italiano, ni inglés ni ningún idioma comunitario. Maldita la falta que les hacía. Aquellas mujeres observaban los acontecimientos y reían, reían con la ingenua complaciencia con la que ríe una anciana con sangre latina.
El brigadista de la Guerra Mundial se acercó al Driver con la doble intención de evitar, por una parte, la más que probable reacción de aquel confuso forastero cuya novia acababa de ser públicamente morreada, y por otra hacerle comprender algo que parece ser era muy importante.
Para esa doble función se plantó delante de Driver, cogió un guijarro del suelo y de una forma convulsiva empezó a darse a sí mismo suaves golpes en la frente con el susodicho guijarro. A continuación acercaba el pedrusco a la frente del Driver, y presionándolo sin prisas pero sin pausas, lo frotaba en la frente de aquel muchacho del barrio de Los Angeles de San Rafael, con la sana intención de transmitirle un mensaje de gran trascendencia.
Por mucho que se esforzaba Driver, el mensaje no llegaba a su cerebro; así que se dejó llevar por los acontecimientos, se mezcló junto a María con el gentío, comieron, bebieron y bailaron .
Aquellos parroquianos de Strómboli les saludaban como si fueran paisanos suyos de toda la vida. Les felicitaban con la misma energía con la que felicitaban a los novios recién casados. Bebían y reían con ellos.
Los acontecimientos que siguieron a la fiesta son de imposible descripción, ya que entran directamente en la intimidad de nuestros protagonistas. No seré yo el que se ponga a hablar de noches de vino y rosas; no estoy aquí tecleando para describir lo que pasa entre dos seres humanos cuando la vida se desboca. No, ése no soy yo.
Solo diré que Driver y María se encontraron desayunando al día siguiente en el único hotel que había en el pueblo, en compañía de los novios, y que Driver tenía una enorme resaca .
Una vez que los novios se despidieron, María se fijó que tanto Driver como ella llevaban en el cuello un hasta hoy extraño collar de piedras volcánicas.
María se dirigió al camionero:
“Driver, creo que esta gente nos ha casado por algún rito desconocido para mí”
“María, ¿ no habremos firmado algo sin darnos cuenta?”
“Driver, yo no he firmado nada; de todas formas no me hace falta firmar nada. A mí me vale así”.
Driver se tocó la mejilla golpeada por la novia italiana, se frotó la frente raspada con el guijarro del brigadista, pensó que ya eran muchos golpes en tan poco tiempo y respondió a María.
“ María, a mí también me vale”.

Entre el cielo y la playa, un hombre luchaba para no perder lo único que nadie le podía robar. Aquello que le mantenía vivo. Su dignidad.

Anónimo dijo...

Driver, ummm, sigue siendo prosa lírica pero menos pastoril, gracias.

A ver cómo queda al final.

sunsi dijo...

De repente he pensado ... ¿qué ha sido de Ceuta, de los caballas, de los ceutís? ¿Sabéis cuántos comentarios lleva "el episodio"?

Driver, currante. ¿Puedo sacarme el sombrero?

Gente, éste es EL EPISODIO DEL SIGLO. Que dura ¿por los siglos de los siglos?

Anónimo dijo...

Gracias,tus comentarios me aportan.

Hazme un favor,en este blog hay un cuento que se llama "La Fortaleza", si le das a "etiquetas", "Driver", lo encontras.

Está dedicado a "las madres solas".

Tiene acción. Léelo.

Me interesa mucho tu opinión.

Gracias anticipadas.

Anónimo dijo...

Amen

sunsi dijo...

Y fin . Comentario nº 60. Me apetecía un número redondo.

Gracias a todos por ser tal cual, por vuestro buen humor. Sois geniales todos.