viernes, 25 de julio de 2008

La felicidad por la ruta del amor







Ayer colgué alguna pincelada del pensamiento del Doctor Serrano. Hoy, como cada día, me ha llegado un e-mail con noticias del Santo Padre. El Papa trasciende; no se queda anclado en el individuo. Incide, una vez más, en lo que está siendo la tónica de su pontificado : el amor... y el Amor.


Pensaba que cualquier cosa, cualquiera, incluso la más insignificante, la que pasa desapercibida a los ojos de los hombres, puede conjugarse con el verbo amar. Hacer lo que sea, pero amando. Y las cosas, que antes eran globos pequeños, se hinchan hasta poder lanzarlos. Cada "tontería"- o lo que el mundo califica como tontería- , hinchada con amor, es un globo que vas soltando . Y sube hasta que desaparece de nuestra vista. Amar o no amar; esta es la cuestión.



El Papa y el amor
24/07/2008


Abrirse "a la fuerza del amor de Dios" para transformar el mundo. Ha sido una de las peticiones de Benedicto XVI dirigida a los jóvenes en la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud.


"Madurad vuestra fe a través de vuestros estudios, el trabajo, el deporte, la música, el arte. Sostenedla mediante la oración y alimentadla con los sacramentos, para ser así fuente de inspiración y de ayuda para cuantos os rodean".


Después de confesar a los jóvenes que se sentía “muy feliz” por estar con ellos, les recordó que "la vida, no es un simple acumular, y es mucho más que el simple éxito"."Estar verdaderamente vivos es ser transformados desde el interior, estar abiertos a la fuerza del amor de Dios. Si acogéis la fuerza del Espíritu Santo, también vosotros podréis transformar vuestras familias, las comunidades y las naciones".


Refiriéndose a los dones del espíritu, alentó a los jóvenes a reconocerlos: "Liberad estos dones. Que la sabiduría, la inteligencia, la fortaleza, la ciencia y la piedad sean los signos de vuestra grandeza".


El discurso del pontífice ha sido calificado por Giovanni Maria Vian, director de "L'Osservatore Romano", diario de la Santa Sede, como "uno de los más bellos del pontificado".




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hubiera gustado ser pescador en Galilea.
Remar con mis compañeros en el mar y pescar.
Tal vez un día nos habría sorprendido una tormenta.
Sentiríamos miedo de morir ahogados.
Miedo de dejar solas a nuestras familias.
La inmensidad del mar atemorizaría nuestros corazones.
Y tal vez, en nuestra barca,nos acompañaría un joven carpintero, reconvertido en pescador.
Y me imagino que la tripulación, presa del pánico, se miraría el ombligo y no podríamos hacer nada para mejorar el inminente naufragio.
Veo elevarse al joven carpintero, aferrarse al mástil de la barca, otear el horizonte y gritarnos:
"No temais compañeros, si vamos a morir hagámoslo con dignidad, rememos en dirección a poniente con todas nuestras fuerzas, pensemos en nuestra gente y rememos con fé, tal vez muramos en el intento, pero os aseguro que tras aquellas olas, tras las amarguras de este temporal pasajero, os espera una playa de amor".
Y me figuro a los pescadores remando con brío, venciendo su miedo, alimentados por la fe que surge cuando, temosos y descarriados, escuchamos un grito enmedio de la tormenta.
El grito que nos marca el camino de la simpleza.
La ruta del amor.
Sorteando las temibles olas del temporal.

Anónimo dijo...

En este relato -precioso- observo que aludes a la simpleza. Me he sonreído porque hace poco le comenté a una amiga ... "¡cómo me gustaría ser simple". Y me contestó: "Chócala. Bienvenida al club". Supongo que la felicidad de cada uno pasa por caminos distintos; no existe ni un ser humano idéntico. El amor no es genérico, se va haciendo ovillo grande, perceptible cuando amas "en concreto"... en una conversación, limpiando un baño, haciendo un huevo frito... da igual lo que sea. Creo que es eso, que cuando amas ...aquello o aquellos que rozas con el corazón te regalan descomplicación, simplicidad, sencillez. El amor es el atajo. Pero es un atajo si es amor indiscriminado, sin luces intermitentes -tú sí,tú no- si hay gratuidad, si no persigues recompensa.

Siento la extensión. Yo también nací casi pegada al Mediterráneo.

Anónimo dijo...

Si te interesa la simpleza y la religión, te recomiendo un libro que es una auténtica bomba.
Hace poco estuve en Fátima y lo ví allí. Es un libro de contestaciones de la madre Lucía, la única de los tres pastorcillos que ha tenido una larga vida,a las preguntas de muchos fieles.
Parece ser que muchos católicos le han hecho muchas preguntas en los últimos años, y tras pedir permiso al Vaticano, la madre Lucía se ha extendido en las respuestas.
La magia del libro está en que descubres a una monja muy mayor, que no ha perdido la frescura y la simplicidad de una adolescente que vivía en el campo, en un ambiente rural, en una sociedad muy pobre, respetuosa con los mayores y con una vida muy cercana a la naturaleza.
El título, no me acuerdo muy bien, porque se lo regalé a un familiar, algo asi como "Las respuestas de la madre Lucía".
En alguna librería especializada en religión se podrá encontrar.
Recomendable. Muy recomendable.

Anónimo dijo...

Muchas gracias. A ver si lo encuentro.