domingo, 14 de diciembre de 2008

Podemos darle la vuelta.


Transcribo un viejo artículo. Sólo he tenido que cambiar los verbos del primer párrafo. El pretérito en lugar del presente. Porque mi suegro ya no está. Lo releo y observo que no ha caducado, por desgracia. Creo que habría que añadir más cosas... pero si empiezo acabaría en un listado dramático de brutalidades que ya todos conocemos. No es necesario. Lo dejo tal cual.


Se acercan las fiestas de Navidad, fiestas de familia. La convivencia será más intensa. Y los padres podemos dedicar un tiempo a recomponer. Siempre estamos a tiempo.



Conocía a este personaje desde hace mucho tiempo. Nos reuníamos con él el día de San Esteban desde hace también mucho tiempo. Año tras año contemplaba con un mal disimulado orgullo cómo la familia iba creciendo. Los hijos, los hijos y sus respectivas... después los nietos. Este aragonés, trabajador infatigable, feliz porque la mesa se había quedado pequeña y había que añadir otra y otra era mi suegro. Cada año se levantaba y alzaba la copa de cava. El brindis siempre era el mismo: “Que seáis buenos...”. Los de la segunda generación nos dábamos cuenta de que últimamente nos miraba y miraba a los más pequeños con una intensidad distinta. La frase de siempre la pronunciaba más despacio. “Sed buenos...” Casi nada.

Ahora la bondad de los niños está en el punto de mira y la sociedad se interroga porque no hay quien digiera los sucesos que ocupan los telediarios. Los teléfonos móviles se utilizan para enviar imágenes de torturas, palizas, vejaciones. Agresiones en la escuela, entre compañeros. Violencia en la calle; los mendigos son un objetivo fácil porque están indefensos. Y violencia en la familia; agresiones a los hermanos, ¡a los padres! ¿Cuál es la causa? ¿Les divierte ? ¿Es una forma despiadada de reafirmarse, como apunta la psicóloga Victoria Noguerol ? La sociedad se pregunta qué estamos haciendo mal. El Poder Legislativo con la reforma de la ley del menor fue el primero en responder. Como siempre, a toro pasado, cuando se vislumbraba la punta del iceberg. Y sigue sin resolverse la cuestión de fondo. Porque la cuestión de fondo es la ausencia de valores. Esto ya no hay nadie que lo discuta. Pero nos hemos atascado en este punto y parece que da miedo seguir interrogándonos.

La transmisión de conocimientos es un tema relativamente sencillo; la escuela se encarga. ¿Y transmitir valores a nuestros menores? ¿A quién corresponde? Si seguimos con el auto-interrogatorio podemos llegar a obtener respuestas molestas, que nos pueden herir. Pero tal vez va siendo hora de someternos a un tercer grado y actuar en consecuencia. Hablamos de ausencia de valores que empujan a muchos chicos –algunos todavía niños- a comportarse con crueldad. El significado de la palabra ausencia viene marcada por una idea: “nada”. Implica falta, inexistencia, vacío, privación. ¿Por qué hay cada vez más menores que crecen sin valores? Estudiosos de la comunicación han confirmado un dato. Cuando nos comunicamos verbalmente, informamos en un 55% con el cuerpo –la mirada, la expresión del rostro, los gestos...-, en un 38% con el tono de nuestra voz y en un 7% con el contenido del mensaje. Hay, pues, una diferencia sustancial entre lo que aprendemos con lo que vemos y con lo que escuchamos.

Si la responsabilidad educativa de los niños es de sus padres, la noción de lo bueno y lo malo, la capacidad de compartir, el respeto a las opiniones de los demás, la sinceridad... se aprende en la familia, desde edades muy tempranas. Los gestos de aprecio, los brazos que arropan, los besos porque aquello no sucederá más y otra vez será o porque ha sido fantástico que haya sucedido, la sonrisa, el tono cálido de nuestra voz... emanan valores, impregnan la atmósfera del hogar y de los miembros que viven y conviven en ese entorno positivo. La calidad de lo que transmitimos con nuestra presencia amable funciona como la niebla, que va envolviendo poco a poco. Al principio apenas se percibe, pero al cabo de unas horas penetra en nuestro cuerpo hasta empaparnos. Lo que valen los valores se aprende por “empape” continuado, sin treguas ni paréntesis. Es la calidad de las cosas menudas que conforman nuestro hogar lo que prepara a los hijos para la vida. Una calidad que hace indispensable nuestra presencia. ¿Será eso? ¿Tendrá que ver con que cada vez estamos menos en casa y atravesar el umbral es lo más parecido a un aterrizaje forzoso que un momento de encuentro con nuestro cónyuge y nuestros hijos? Dicen que lo que importa es la calidad de nuestras relaciones interpersonales. Pero, ¿hay calidad sin cantidad? ¿Pueden nuestros hijos empaparse de buenos sentimientos, de afectos duraderos, si no estamos con ellos? Es un tema de reflexión importante. De nuestra respuesta depende su respuesta –la de los menores- ante la agresión, la crueldad, las vejaciones, el trato con los ancianos y con sus iguales más débiles o menos agraciados.

“Sed buenos”. Estas dos palabras, las del brindis de cada año, encierran todo un programa que puede llegar a definir el sentido de nuestra existencia y la de los que dependen de nosotros.
Imagen: gentileza de mi hija Blanca que colecciona cositas de este estilo... tiene 13 años...

13 comentarios:

Anónimo dijo...

sunsi, tengo que presentar un trabajo de 20 pp. sobre el amor platónico o que tenga relación con este tema y no sé por dónde pillarlo. ya que tú sabes de esto y además tienes buenas ideas... ¿me darías una?
espero tu respuesta,
Carmina

sunsi dijo...

Carmina, me tengo que ir ahora mismito. Dime cuándo tiene que presentarlo. Mientras... voy pensando en algo...
Te echaba de menos.

Besiños (los que no puedo darle Pepa, que no quiere... no le gusta...))):)

Anónimo dijo...

ajajajaja
lo tengo que presentar el jueves.. pero tmbn tengo que estudiar.
he pensado en una progresión de lo que era a lo que es. El amor en la época medieval da mucho juego. (creo) pero no sé muy bien por donde pillarlo!! luego tambien puedo hablar de la degradación que ha sufrido ese concepto en la actualidad (y hacer un poco de critica jaja que se me da bastante bien)

un besitooo*

Máster en nubes dijo...

Nadie pidio mi opinión, pero como tengo confianza en esta casa ajena la doy.

Amor platónico: pensar en que fulanito es "Tan".... listo, guapo, inteligente, valiente...

El amor platónico se basa en ver a un hombre "tan"... lo que sea...

El amor real es cuando empiezas a verle solo "muy". O incluso empiezas a pensar que ese "muy" que antes era "tan" y que te encantaba... te pone nerviosa, incluso.

Era "tan" generoso... y ahora es "muy" generoso ¿o es un puñetero manirroto y no llegamos a fin de mes? Entonces empiezas a querer sin Platón.

Amor platónic: ver a alguien inmenso, grande, grande, como la canción... italiana. Ver a alguien como cúmulo de "tanes".

Amor real: verle pequeño, limitado, malón. Y quererle. Ver que incluso ese "tan" tiene su otra cara... y te fastidia incluso.

Sólo una idea.

En otros amores más allá del guay por antonomasia -ese boy meets girl- ocurre igual. Ver a tu madre "tan" de pequeña, verla solo "muy", e incluso aborrecer ese detalle que antes te fascinaba. Y empezar a querer entonces, no antes. Antes no era amor, era otra cosa.

Admirar o necesitar sólo no es amor, es otra cosa.

El amor platónico se basta a si mismo, no es sobre la otra persona, es sobre uno mismo, una idea, es igual. Desgraciadamente. Por eso no es amor.

Anónimo dijo...

Yo pienso que eso de la calidad por encima de la cantidad es una farsa.

Pienso que lo fundamental es "estar" disponible, ser presencia. Que los peques sepan que su madre, su padre están ahí.

Sí, que a veces somos unos compañeros fantásticos de juego... y que eso está muy bien... pues sí Pero algo me huele en la nariz que no es eso, que lo necesario no es ser un compañero más de juego. Para mi que lo importante es estar al lado de... disponible para... aunque nunca nos necesiten: ni para jugar ni para solucionar sus cosas. Creo que se padre y madre es mucho más cuestión de presencia disponible que de persona activa que todo te lo soluciona y juega con el peque. Ellos tendrán que defender su mundo solitos ¿no?... no vamos a vivir siempre a su lado... pues... que empiecen con su mundo ya desde peques.

Creo que ahora tenemos mucho sentimiento de culpabilidad por toda esa presencia que dejamos de dar a nuestros hijos. Nos llenamos la boca con lo de la calidad. Y la llenamos porque sabemos que es mucho más fácil estar trabajando que en el campo de tiro... anda que no ha habido veces que piensas... menos mal que me voy a trabajar y la escopeta le toca al otro cónyuge.

No nos engañemos.

A mi me da muchísima pena. Cuando voy a la piscina... al parque... los papás juegan con sus hijos... y yo me digo que no es eso... que los niños han de jugar con sus iguales... y el papá y la mamá que se sienten en un banco para los por si acasos... que la mayor parte de las veces ni se dan. Ellos se defiendienden solitos con sus cosas. Vamos... que me dan cien patadas esos supermegapapis que juegan son sus niños... y les quitan la estupenda posibilidad de tener mundo. En todas las edades debe existir un mundo propio. Y hoy los niños desgraciadamente no lo tienen pues deben jugar con sus papis el poco tiempo que los papis tienen libre... haciendo un enorme papel en la vida porque la calidad está por encima de la cantidad.

Creo que no. Creo que los tiros no van por aquí... no se si me equivoco. Y ni siquiera sé si me he explicado bien... o no me he sabido expresar.

Y bueno... que si queremos hay tiempo para todo.

Anónimo dijo...

Katt: No desperdicies este blog. Ya ves cómo es la gente que pasa por aquí

Anónimo dijo...

Bien Katt, te diré como lo veo.
Blanco y frío.
Estoy atascado en el puerto de Somosierra, con cinco grados bajo cero.
...
Y me acuerdo de los griegos.
Habían avanzado tanto en filosofía y pensamiento, que un buen día decidieron llegar a las más altas cumbres e idealizaron el amor.
Si los Dioses pueden hacerlo, ¿vamos a ser menos?.
Si hemos logrado rozar la perfección en tantas ramas del conocimiento y la abstracción, no nos detendrá un concepto tan simple como el amor.
Y se tiraron a la piscina de las divinidades, con las armas del pensamiento.
Como el amor humano era un poco, digamos, sudoríparo, como la vida es breve, y los humanos nos enredamos en inútiles disputas y pasiones, decidieron alzar el concepto del amor y dignificarlo con el aura de la pureza.
Y tan puro construyeron el concepto que lo parieron inasible e inalcanzable.
Luego, los humanos pensamos; ya que esto del amor terreno es tan brusquete, recreémosnos con el amor idílico y puro.
Y allí que nos fuimos a pacer con los pastores griegos, con el amor platónico.
Esto, a parte de producir un inmenso volumen de literatura romántica, no nos ha producido sino frustaciones, pues el listón platónico se sitúa tan alto, que sinceramente, nadie recibía una llamada telefónica para tomarse un cafelito.
Así que el siguiente paso fue "cosificar" el amor. Es decir, si no podemos alzarnos a las altitudes platónicas de forma potente, vamos a jugar con el concepto. Lo compramos, vendemos, consumimos, disfrazamos e incluso le ponemos un lazo por Navidad.
...
Pero afortunadamente estais la gente de veinte.
Capaces de reinventaros el amor.
Tal vez de reconstruir la cosmologia platónica.
Tal vez series capaces de descosificarlo.
En cualquier caso, me fío más de vosotros que de los griegos.
Ellos fallecieron en un sublime intento de alcanzar la belleza.
Y los adultos estamos atascados en el puerto de Somosierra, a cinco grados bajo cero.

Soñando con tener veinte años y ser una osa en la universidad de Barcelona.

Dando zarpazos.

sunsi dijo...

Señor...¡qué gente hay por estos lares! Sois amor de verdad.
Katt, esto es el amor en una de sus dimensiones. Tal alcanzable como emitir un SOS y ya te han contestado. Gracias Máster, Driver... Ana contesta al post : toma nota sobre cómo se conjuga cantidad/ calidad.

¡¿¿¿¿El jueves.....???? Carmina, tesoro, vas a tener que echar mano de tu creatividad. Estoy de acuerdo con la idea que te ha dado Máster. Driver te ha dado pistas para sacarle más jugo.

Yo, que me he tirado una siesta de aúpa (trancazo...), te diría:
El "tan" de Máster que se traduce en la "recreación" de Driver es la idea AMOR. El AMOR como idea pura es perfecta. No existe en elmundo sensitivo. Pertenece al mundo de las ideas. El que dice tener un amor platónico está enamorado del AMOR, que no existe. Verá participación o sombras de ese amor en personas con nombres y apellidos pero siguen sin ser el AMOR. Luego no son capaces de amar.

Sólo amamos cuando superamos el dualismo platónico. La idea AMOR, tan platónica como inalcanzable se recupera con el realismo filosófico. Claro que el hombre sabe qué es el AMOR, que roza la perfección. Pero existe sólo como concepto. La realidad nos muestra sólo seres concretos en los que encontramos rasgos del concepto.Es lo que Máster ha denominado "muy".Estos "muy" son distintos en cada ser humano ... el"muy" tuyo será distinto al mío y al de máster y al de ana o de driver o de mireia. Porque ese "muy" se aplica a seres concretos que habitan en el mundo sensible.
También puedes aplicar grados en el"muy", como hacía Platón... algunas son sombras más lúcidas, otras más borrosas.

El enamorado de AMOR no ama con cuerpo y alma. Recuerda que el cuerpo era una cárcel. Sólo ama una idea que no existe, luego persigue una idea que jamás encontrará, luego no será capaz de capturar en alguien concreto parcelas de amor.

Esto,si quieres,puedes completarlo con "El banquete". Busca en Mr. Google y encontrarás información.
Y con esto creo que eres capaz de desarrollar bastante. Juega con el mito del carro alado, con el de la caverna... métete a fondo con la superación de la teoría del conocimiento dualista...y ¡SUERTE!

Besiños.

sunsi dijo...

Ana, que no me olvido de tiporque he disfrutadomucho con tu comentario. Yo también creo que es una farsa. Se puso de moda en un determinado momento y creo que va de capa caída.

Puede existir cantidad sin calidad. Pero calidad sin cantidad, literalmente imposible. Creo, sinceramente, que esa teoría se inventó para aliviar las conciencias de quienes dedican sólo unos minutos a sus hijos porque están ocupadísimos.

Traer hijos al mundo no es parirlos. Pienso que en momentos determinados es cuestión de pararse y revisar nuestras prioridades. Y que a veces hay que coger la tijera y recortar lo que nos impide estar. Calidad, claro, pero para ello hay que disponer de un tiempo.

Teorías... La realidad es muy rica y cada cual debe saber cuáles son sus circunstancias y cómo utilizar la tijera.

Besos

Anónimo dijo...

muchísimas gracias por vuestras ideas. Me basaré en ellas para el trabajo. Os lo voy a dedicar.

Un besazo enorme!!

sunsi dijo...

A trinfar!!!

Besos

Anónimo dijo...

¡Ja! Menos mal que he llegado tarde a esta, Katt tienes un morrillo importante, guapa.

Vosotros blogeeros, gracias a todos, a osaposa le voy a meter un collejón..............

Anónimo dijo...

bah, mamá, no seas reticente jajaja
estaba estresada y sin ideas!
Por cierto, me faltan cuatro páginas contadas.
:D