domingo, 24 de agosto de 2008

La felicidad en un cubo rojo de plástico


Driver escribe desde Denia.


A la sombra de la montaña mágica, el Mongó.

Demasiado alta para estar tan cerca del mar.

Salitre,algas y espuma.

Paseo por el espigón del puerto.

Y allí están.Un abuelo y su nieto pescan en la bocana.

Me acerco por curiosidad.

Un cubo rojo de plástico entre el anciano y el niño.

Dentro del cubo el fruto de la pesquera, un salmonete con escamas de plata.El niño sonríe complacido mientras el abuelo le advierte: "No te acerques al borde, que si te caes, ya verás tu madre".

El niño vuelve a lanzar el sedal y espera.

Ahora es el abuelo quien me sonríe complacido, toca el remolino de pelo del nieto, me mira y me dice:"Cuando sea mayor será la bomba".



Atardece en Dénia, a la sombra del Mongó, la montaña mágica.

Tal vez la felicidad esté flotando en un cubo de plástico ojo, mientras un abuelo enseña a pescar a su nieto....

Junto al mar.

Al pie de una montaña mágica.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

…pues este milagro o este portento
en gran manera me turba.

BOECIO.

De Consolatione Philosophiae,

L. IV. Prosa VI


"Dichoso aquel que, como Ulises, ha hecho un viaje aventurero; y para viajes aventureros no hay mar como el Mediterráneo, el mar interior que los antiguos encontraban tan inmenso y tan lleno de prodigios. Y, en efecto, era terrible y maravilloso, pues no somos sino nosotros mismos, regidos por la audacia de nuestras mentes y los estremecimientos de nuestros corazones, los artesanos únicos de cuanto portentoso y novelesco hay en el mundo.

El tenebroso y tremebundo mar de las andanzas del astuto Ulises, agitado por la cólera de los dioses olímpicos, que albergaba en sus islas la furia de extraños monstruos y los ardides de bellas mujeres; la ruta de los héroes y los sabios, de los guerreros, los piratas y los santos; el mar cotidiano de los mercaderes cartagineses y el lago de recreo de los césares romanos, reclama para sí la veneración de todo marino en tanto que patria histórica de ese espíritu de abierto desafío a los grandes mares de la tierra que es el alma misma de su vocación. Saliendo de allí rumbo al oeste y al sur como abandona un joven el abrigo del hogar paterno, este espíritu halló el camino hacia las Indias, descubrió las costas de un nuevo continente, y atravesó, por último, la inmensidad del gran Pacífico, rico en agrupaciones de islas remotas y misteriosas como las constelaciones del firmamento."

Joseph Conrad. "El espejo del mar".1919.

Atentamente. Driver.

sunsi dijo...

A mis soledades voy
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.

¡No sé qué tiene la aldea
donde vivo y donde muero,
que con venir de mí mismo
no puedo venir más lejos!

Ni estoy bien ni mal conmigo;
mas dice mi entendimiento
que un hombre que todo es alma
está cautivo en su cuerpo.

Entiendo lo que me basta,
y solamente no entiendo
cómo se sufre a sí mismo
un ignorante soberbio.

De cuantas cosas me cansan,
fácimente me defiendo;
pero no puedo guardarme
de los peligros de un necio.

El dirá que yo lo soy,
pero con falso argumento,
que humildad y necedad
no caben en un sujeto.

La diferencia conozco,
porque en él y en mí contemplo,
su locura en su arrogancia,
mi humildad en su desprecio.

O sabe naturaleza
más que supo en otro tiempo,
o tantos que nacen sabios
es porque lo dicen ellos.

Sólo sé que no sé nada,
dixo un filósofo, haciendo
la cuenta con su humildad,
adonde lo más es menos.

No me precio de entendido,
de desdichado me precio,
que los que no son dichosos,
¿cómo pueden ser discretos?

No puede durar el mundo,
porque dicen, y lo creo,
que suena a vidrio quebrado
y que ha de romperse presto.

Señales son del jüicio
ver que todos le perdemos,
unos por carta de más
otros por cartas de menos.

Dijeron que antiguamente
se fue la verdad al cielo;
tal la pusieron los hombres
que desde entonces no ha vuelto.

En dos edades vivimos
los propios y los ajenos:
la de plata los extraños
y la de cobre los nuestros.

¿A quién no dará cuidado,
si es español verdadero,
ver los hombres a lo antiguo
y el valor a lo moderno?

Dixo Dios que comería
su pan el hombre primero
con el sudor de su cara
por quebrar su mandamiento,

y algunos inobedientes
a la vergüenza y al miedo,
con las prendas de su honor
han trocado los efectos.

Virtud y filosofía
peregrina como ciegos;
el uno se lleva al otro,
llorando van y pidiendo.

Dos polos tiene la tierra,
universal movimiento;
la mejor vida el favor,
la mejor sangre el dinero.

Oigo tañer las campanas,
y no me espanto, aunque puedo,
que en lugar de tantas cruces
haya tantos hombres muertos.

Mirando estoy los sepulcros
cuyos mármoles eternos
están diciendo sin lengua
que no lo fueron sus dueños.

¡Oh, bien haya quien los hizo,
porque solamente en ellos
de los poderosos grandes
se vengaron los pequeños!

Fea pintan a la envidia,
yo confieso que la tengo
de unos hombres que no saben
quién vive pared en medio.

Sin libros y sin papeles,
sin tratos, cuentas ni cuentos,
cuando quieren escribir
piden prestado el tintero.

Sin ser pobres ni ser ricos,
tienen chimenea y huerto;
no los despiertan cuidados,
ni pretensiones, ni pleitos.

Ni mumuraron del grande,
ni ofendieron al pequeño;
nunca, como yo, afirmaron
parabién, ni pascua dieron.

Con esta envidia que digo
y lo que paso en silencio,
a mis soledades voy,
de mis soledades vengo.

Lope de Vega