"La importancia de la Filosofía". Carmina Álvarez

Hoy cuelgo un artículo de Carmina. Tiene 18 años. Es escritora. Escritora reconocida por Excelencia literaria, una aventura de Miguel Aranguren. No ha sido una aventura utópica, Miguel. Va dando sus frutos.

En los escritos de Carmina se nota esa inquietud de fondo, las ganas de saber más y de volcar con palabras lo que sabe. Un abrazo, Carmina.

Unos hombres se encuentran en una cueva, atados de tal manera que no pueden ver lo que hay al otro lado de la entrada, por la que pasan personas que llevan a cuestas esculturas de animales y diferentes utensilios. De día, las sombras que generan los paseantes se proyectan dentro de la cueva y los prisioneros aceptan que ésa es la realidad.

Pero un buen día, uno consigue zafarse de sus ataduras. Al salir de su prisión se deslumbra con la luz del sol. Da una vuelta y observa que su vida en la caverna no era ni una mínima parte de la vida que hay fuera de ella. Se da cuenta entonces de que la verdadera realidad es aquella que está alumbrada por la luz del sol, y no la que queda sumida en la oscuridad de la caverna, meras sombras, reflejos inciertos.

El antiguo prisionero quiere volver a la cueva para avisar a sus compañeros de que todo lo que conocen no es más que una ilusión, pero lo reconsidera porque sabe que no le creerán y tratarán de acallarlo.Platón nos contó, de una manera comprensible para todos, que sólo existe una verdad y que todo lo que las personas creemos que lo es, resulta subjetivo, pues no es otra cosa que la visión que cada uno tiene del mundo (subjetiva, incompleta).

Esta visión se cumple en el debate político actual. No hemos comprendido todavía que no es malo tener ideas propias, lo malo es no saber con exactitud en qué nos hemos basado para llegar a esas opiniones. Es muy fácil hablar de todo; lo complicado y costoso es comprender el porqué. Por ejemplo, si se pregunta a cualquier joven sobre su posición ante la política observamos dos situaciones: la primera es la conocida abstinencia del derecho al voto, la comodidad del conformismo; la segunda es el sentimentalismo, es decir, votar al que vota la mayoría sin otro motivo que el movimiento de la masa, claro de la oscuridad de la que habla Platón. Pero hoy se considera correcto vivir sumidos en el mito de la caverna.